Justin Hawkins, de estrella a crítico de rock

Justin Hawkins

NOMBRES 

El cantante de la banda inglesa The Darkness conoció el éxito, el fracaso y se reinventó como un analista y comentarista de rock en YouTube.

Más pinta de rockero, difícil. Pelo largo, cuerpo esgarbado a lo Mick Jagger, muchos tatuajes y una forma de vestir donde lo estrafalario se fusiona con lo andrógino. “Solo queremos rockear”, era una de las citas que acompañaban a The Darkness cuando el grupo obtuvo el reconocimiento de las masas en Inglaterra, su país. El cantante y guitarrista Justin Hawkins era el que había pronunciado esas nada memorables palabras, como declaración de principios. En los comienzos, eso fue lo que hicieron, y con mucho éxito.

The Darkness es una de esas bandas que no tuvo que grabar muchos discos y hacer muchas giras antes de pegarla. Ya el primer disco, Permission To Land (2003) fue un hit: con tres millones de ejemplares vendidos en Gran Bretaña, múltiples certificaciones de platino y una lluvia de premios, incluyendo el equivalente inglés a los Grammy, los Brits, entregados entre otros por la actriz Scarlett Johansson. Hay algunos videos de esa ceremonia de entrega y ahí se lo puede ver a Hawkins pavonearse con un atuendo que parece ideado por un Liberace con ganas de lucirlo en el carnaval de Rio de Janeiro. Ah, el éxito...

Todas las señales de lo que vendría estaban ahí. Suele ocurrir que aquellas bandas que llegan rápido a la cima, también van a toda velocidad hacia la colisión contra la pared. Un disco y una estadía en una clínica de rehabilitación de la estrella después, en 2006, y la banda ya se había roto: Hawkins se había ido y los que quedaron formaron Stone Gods, que duró solo un poco más que una historia de Instagram. “Hay que tener ego para hacer esto”, diría Hawkins años después, “pero eso también puede ser un problema”. Y sí.

Hawkins nació en Surrey en 1975, pero no es mucho lo que se sabe de su vida antes de ser una estrella de rock. En parte, porque suele evitar responder de forma completamente sincera a cualquier pregunta más o menos personal. A veces lo hace, pero muchas otras elige decir algún disparate para generar un efecto cómico o para provocar. Algunos ejemplos de un cuestionario que le hicieron hace diez años:

—¿Cómo adelgazaste tanto?

—Bulimia y anfetaminas. No, la clave es dejar de comer carne, pescado y pan. Y dejar de tomar leche.

—Se ha dicho que una vez consumiste el equivalente a 150.000 libras de cocaína.

—Eso es una tremenda exageración. Fueron 149.000 libras.

—¿En serio componías jingles para IKEA?

—Sí, así financiamos nuestro primer disco. Pero no solo para IKEA. También para HSBC, chocolates Mars y muchos otros.

Lo que parecería verdadero es que no proviene de una familia particularmente acaudalada. En ese mismo cuestionario, Hawkins dice que su papá fue capataz de obra y su madre ama de casa y que tanto uno como el otro no tuvieron objeciones cuando él y su hermano Dan apostaron a ser parte del firmamento del rock.

Porque Hawkins es un rockero hecho y derecho, aunque tiene un lugar en su corazón para algo de pop. The Darkness es una mezcla de influencias como Queen (tiene tatuadas las caras de los integrantes de esa banda en sus dedos), AC/DC, Led Zeppelin y Def Leppard. Esas inspiraciones están muy presentes en la voz del cantante, que suele ir del registro más grave al falsete en segundos.

Cuestión que Hawkins luego del “crash & burn” (choque e incendio) de la primera etapa de The Darkness y su rehabilitación también intentó hacer algo por su cuenta. Un poquito antes que se terminara oficialmente The Darkness, sacó una versión de la canción de la banda Sparks This Town Ain’t Big Enough... bajo el pseudónimo British Whale (“Ballena británica”), con la que no le fue nada mal, llegando al sexto puesto en las listas de ventas. Ya sin sus antiguos compañeros de banda, intentó liderar otra agrupación llamada Hot Leg, pero el único disco que ese grupo grabó fue un fracaso comercial. Cinco años después de la ruptura de The Darkness, Hawkins volvió a juntarse para un nuevo intento de estar en una banda con algo de estabilidad. Volvieron a grabar nuevos discos y cambiaron de integración, pero ya no era lo mismo que en los días de gloria.

En medio de todo, Hawkins se casó, tuvo una hija, se divorció y cuando su exesposa se mudó a Suiza, él hizo lo mismo para estar cerca de su hija. Desde ese país fue que un día se abrió un canal de YouTube, hace seis meses. Ahí, Hawkins habla de todo un poco, pero principalmente sobre música, y sus videos pueden dividirse en varias categorías: bandas o artistas que le gustan (Queen, Bryan Adams, Meat Loaf), bandas o artistas que no le gustan (Bruno Mars & Anderson Paak, The Glass Animals) y bandas o artistas sobre las cuales tiene opiniones encontradas, como Adele (hizo un video titulado Hmmm... ¿Es tan buena como dicen?), o Ed Sheeran (“Es fácil pegarle, pero tiene algo a prueba de balas, y es que empezó cantando y tocando la guitarra en la calle”). No es que se ponga a hacer diatribas contra tal o cual artista. Como haría un crítico profesional y talentoso, Hawkins analiza las fortalezas y debilidades artísticas de compositores e intérpretes en cuestión y aporta comentarios que ayudan a comprender cuestiones compositivas. O de los arreglos de las canciones, como cuando habla de New Sensation de INXS y señala un “rulo” de batería (Hawkins tiene una particular inclinación por fijarse en lo que hacen los bateristas) que, al hacer lo inesperado, contribuye a lo destacado de la canción. Llega hasta ese nivel de detalle.

Justin Hawkins
Justin Hawkins como youtuber.

Esos videos hacen las delicias de los nerds de la música, pero también tiene otros en los que se aventura fuera de los dominios melómanos para reflexionar sobre temas vinculados a la música o la cultura, desde otros puntos de vista. Como cuando hizo un video a partir de una conferencia del polemista político Jordan Peterson (“No estoy de acuerdo con Jordan Peterson en esto”).

Y para quienes quieran saber un poco sobre cómo es ser estrella de rock, también hay videos. Ahí, sin entrar en detalles demasiado escabrosos, Hawkins cuenta sobre cómo era estar de gira en una banda exitosa, por qué odiaba ser entrevistado, cómo la industria musical maltrataba o estafaba a los artistas y otros condimentos del estrellato.

Hawkins también usa su canal de YouTube para dialogar con —y enfrentarse a— quienes lo siguen (tiene algo más de 100.000 suscriptores). Una vez cada tanto, hace videos en los que elige algunos de los comentarios más negativos que encuentra y responde a ellos con una mezcla de respeto y sarcasmo que consiguen tanto entretener como mostrar un posible camino hacia un diálogo un poco menos tóxico en las redes y plataformas sociales.

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