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Ghosting: si te he visto, no me acuerdo (o no te doy like)

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En Australia existe una web que se encarga de decirle a tu pareja que la relación no va más.

El término, que puso de moda la actriz Charlize Theron, define a aquel que “desaparece” como un fantasma de la vida de su ex, borrándolo de todas sus redes sociales. No conoce fronteras de edad, dicen los especialistas.

Puck, el duende travieso de Sueño de una noche de verano, podía lograr que una persona se olvidara de que estaba enamorada de otra. En tono de comedia, Shakespeare ya exploraba esta fantasía tan humana como universal de borrar al ser amado de los recuerdos. Charlie Kaufman, guionista de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, inventó una máquina para lograr el mismo fin, cuyos efectos en la vida de Clementine y Joel, los protagonistas, nos llevaron por los turbulentos caminos del olvido y nos obligaron a preguntarnos: ¿se puede lograr que una persona que fue parte de tu vida desaparezca de tu memoria, como si nunca hubiera existido? En tiempos de redes sociales como lugar de interacción amorosa, al parecer, sí. Y la "máquina" se activa de una manera muy sencilla: sacar a la persona en cuestión de todos estos lugares. Si no te puede contactar, entonces no existe. El comportamiento ya tiene un nombre: se llama ghosting y define literalmente al que "desaparece" como un fantasma.

Fue Charlize Theron quien por estos días lo puso de moda: tras enterarse de que su novio y prometido, Sean Penn, la había engañado con su doble de riesgo, envió un comunicado a la revista People para anunciar su ruptura y lo eliminó de su vida sin mediar palabra entre ellos. No dio lugar a explicaciones ni perdones. Lo arrancó de cuajo de su corazón.

"Salimos dos años. Nunca formalizamos en el sentido de llamarnos novios ni presentar a la familia, pero era una relación estable. De un día para el otro dejó de contestar mis mensajes de WhatsApp. Me leía, pero no me contestaba, después lo llamaba y nada. Dejé pasar un par de días, no sabía muy bien qué hacer, hasta que me puse a mirar su Instagram y vi una foto con una chica a la que taggeaba y ponía algún hashtag de amor", cuenta Josefina, de 31, licenciada en Administración. Pronto descubrió también que la había bloqueado en WhatsApp y eliminado de sus amigos en Facebook. "Así me enteré de que habíamos terminado."

¿Una reedición del clásico me voy a comprar cigarrillos y vuelvo? "Hay una característica epocal", dice Carlos Antar, médico psiquiatra, excoordinador del Departamento de Pareja y Familia de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y ex director del Centro de Investigación y Orientación Enrique Racker. "No es nada raro escuchar la queja de alguna persona que dice: Me dejó por WhatsApp. Pero la culpa no la tienen los medios de comunicación ni la rapidez. Sí es cierto que se hace más visible. Mucha gente en vez de llamar y tomar un café para charlar, decide la ruptura por estos medios. Se da menos la cara, es decir, en forma corporal. Pero si hubo un mensaje, aunque no sea a nivel físico, hubo comunicación", explica.

En este sentido, Juan Eduardo Tesone, médico psiquiatra y psicoanalista miembro de APA y de la Sociedad Psicoanalítica de París (SPP), advierte sobre las implicancias para el ghost: "Si no se encara una ruptura, es decir, no se da la cara, es porque en ese tipo de vínculos no hay rostro humano, tan sólo imágenes borroneadas que se superponen. Ignora que de tanto eliminar sin palabras puede suprimir al mismo tiempo su propia subjetividad", dice.

Las rupturas con el "método ghosting" no conocen fronteras de edad: "He terminado muchas relaciones de esta manera", cuenta Antonia Ruiz, de 55, que suele acudir a sitios de citas y recientemente terminó con una pareja con la que mantuvo una relación intensa durante casi tres años. Lo eliminó de sus redes sociales y nunca más se volvieron a ver.

"Cuando dejás de pasarlo bien o descubrís cosas que no te gustan, decís basta y das vuelta la página. Borrarlo de todo es volverlo a la nada. Nunca sucedió. Después de los 50, lo que empieza como una relación intensa, como no echa raíces concretas de hijos, propiedades, amigos comunes, desaparece un día y vos también la podés hacer desaparecer", sugiere.

Según la licenciada Diana Litvinoff, psicoanalista y autora del libro El sujeto escondido en la realidad virtual, terminar una relación de esta manera no es algo nuevo, pero se pone de manifiesto porque las comunicaciones ahora son por la Web. "En las relaciones que se basan en no dar la cara, que comienzan de esta manera, está dentro del código que la ruptura también sea vía mail. Es más frecuente en relaciones que no son demasiado comprometidas de por sí", afirma.

Cómo es el ghost.

"Me hubiera gustado que las cosas fueran de otra manera. Cuídese mucho", reza el final de la carta de ruptura que recibió la artista francesa Sophie Calle, y que disparó la creación de una conmovedora exposición que por estos días se exhibe en el Centro Cultural Kirchner. "Cuando leí esta carta, no entendí qué había detrás de las palabras. Si era un adiós o había una apertura. Entonces se la hice leer a una amiga para que me la interpretara y, a partir de ahí, se la di a mujeres que se dedicaran a la interpretación: actrices, cantantes, psicólogas, filósofas", dijo Calle. Lo que provoca es que todos los que asisten a la muestra quieran entender qué desencadena un final tan abrupto.

Hace un año, un video se viralizó en las redes sociales: una mujer denunciaba que la habían abandonado a través de una carta y que el hombre en cuestión no respondía sus llamadas. Los usuarios de las redes entendieron que era una historia real y de inmediato se armó una cadena para encontrar al ghost, aunque en verdad era una ficción web que experimentaba con esta idea. "La posibilidad de qué hubiera pasado si hubieran podido hablar y el hecho de decidir no volver más era el gancho de esta historia", cuenta Diego Corán Oria, protagonista de esta serie web que se llamó Doble click.

"Los que necesitan hacer ese tipo de ruptura responden a cierto tipo de personalidad, con fobia a la reacción del otro, o a la agresión, o al hecho de que quiera convencerte de no terminar", define Diana Litvinoff. Para Tesone, el ghost concibe al otro desde una fantasía: "No existe un otro, sino alguien que se convierte en funcional a las fantasías de cada uno y, por ende, como figuritas repetidas se cambian rápidamente en el mercado para llenar un álbum de fotos. A la hora de la ruptura, se intenta tapar el posible sufrimiento anulando al otro como tal. Se lo borra con la tecla de suprimir".

Apps para desaparecer sin dejar rastros.

Así como muchas parejas comienzan sus relaciones virtualmente gracias a las nuevas tecnologías, también existe un amplio abanico de aplicaciones y redes sociales que contribuyen a evitar el encuentro cara a cara al terminar una relación. Split, por ejemplo, es una app para seleccionar los contactos con los que no nos queremos cruzar: basado en los datos de geolocalización que incluyen Facebook, Twitter, Tinder, Forsquare y similares. La app te envía una alerta cuando alguno de ellos se está acercando a tu localización. Cloak hace lo mismo con aquellos a quienes uno categoriza como "indeseables" y suma un mapa con sus rutas. Se puede ver a dónde van para evitar ir hacia la misma zona.

El paradigma de la despersonalización de las rupturas amorosas se llama Sorry, its over ("Perdón, se terminó", en inglés) y es una web australiana que ofrece distintos servicios para decirle a tu pareja que no va más en tu lugar. La ruptura por mensaje de texto o mail cuesta aproximadamente 5,50 dólares, mientras que el envío de un emisario con el mensaje —sí, una persona que va y le informa en tu lugar que la relación se terminó— ronda los 66 dólares.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
En Australia existe una web que se encarga de decirle a tu pareja que la relación no va más.

Comportamiento*La Nación/GDA

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