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Florencia Infante: "Para las mujeres es más difícil hacer reír"

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Florencia Infante durante una función de Intensidad

EL PERSONAJE 

Es comunicadora y actriz egresada del Instituto de Actuación de Montevideo. Hace radio, televisión y teatro. Su unipersonal Intensidad viene agotando todas las funciones.

Kairós: “Es un concepto de la filosofía griega que representa un lapso indeterminado en que algo importante sucede. Su significado literal es ‘momento adecuado u oportuno’”. Esa es la primera definición que surge si se busca la palabra en Google. Kairós: estar en el lugar indicado en el momento justo.

El 29 de mayo de 2020 Florencia Infante, de 38 años, madre de dos hijos, actriz, comediante y comunicadora, salió al aire por última vez con el programa De arriba un rayo en Océano FM.

Poco antes, una de las radios más importantes del país había anunciado que desde entonces sería una emisora que solo pasaría música. Poco después la llamaron de TNU para conducir, junto a Diego Waisrub, TA, Tiempo de aprender.

En septiembre, Florencia dio positivo de coronavirus y estuvo 26 días encerrada en su casa, primero sola y después con sus dos hijos, que también tuvieron el virus. Ninguno de los tres tuvo síntomas. Al principio no durmió pensando en que podía haberle hecho daño a otras personas sin quererlo. Después, cuando todos en su entorno se hisoparon y dieron negativo, empezó a disfrutar de estar en casa.

Este año, además, se divorció, se alejó de Impronta, compañía de improvisación teatral en la estuvo desde los inicios, en 2009, y no pudo viajar a Madrid a ver a su padre, que fue diagnosticado de leucemia.

Un lunes de noviembre, sentada en el living de su casa, mientras toma un té sin azúcar, Florencia cree que 2020 no fue un mal año. Dice, con la convicción de un rezo, que pasando raya y mirando hacia atrás, todo lo que le pasó estuvo “de más”.

“Una amiga me dijo algo que me quedó muy en la cabeza. Ella me dijo: ‘Quedate tranquila, porque por más que te quedés sin laburo o tengas que estar encerrada en tu casa, sos mucho más libre que mucha gente que tiene todo resuelto’. Tengo mucho trabajo en mí, entonces, todo esto que me pasó, si le pasaba a alguien más se venía abajo. Y, en realidad, y lo digo con mucha honestidad, creo que estuvo bueno lo pasó. Obvio que tengo terror porque el mes que viene se termina lo de TNU y me quedo sin trabajo, pero estoy tranquila”.

Cree que cuando se terminó lo de Océano pasó algo que hizo que ella se posicionara como una mujer comunicadora sin que ella hiciera nada. “Me llegaron muchos mensajes de colegas y de pibas y era como... acá está pasando algo. Tuve un reconocimiento que no esperaba”.

En el medio, Florencia regresó al teatro conIntensidad, un unipersonal de comedia que estrenó el año pasado en la sala grande del Movie y que, desde que volvió este año, primero a La Trastienda y después al Undermovie, agota todas las funciones. Todavía queda una oportunidad, el viernes, para poder verla. “Me parece que hay que entender que las cosas pasan por algo o para algo”.

Kairós: estar en el lugar indicado y en el momento oportuno. Florencia usará esta palabra cuatro veces durante la entrevista. Una, por 2020. Las otras porque cuando mira hacia atrás entiende que muchas de las cosas importantes de su vida, esas que aparecen para cambiarlo todo y marcar un rumbo diferente a cualquier plan, han pasado así.

Independiente

Era una niña cuando su padre se fue a vivir a España. Por eso, los recuerdos de la infancia son siempre los de un “mano a mano” con su madre y con su abuela. “Mi madre trabajaba de sol a sol. Fui muy independiente desde chica, más por la circunstancia que por motus propio, pero también esa independencia estuvo buena, como que me habilitó a muchas cosas. De re chica yo andaba sola en bondi, por ejemplo. No me comía ninguna, me hice medio que sola. O sea, mi mamá está recontra presente, solo que en ese momento éramos solas y tenía que salir a laburar”.

Esta es la segunda vez que usa la palabra kairós: “Yo pienso muchas cosas de las que hacía sola y digo: ¿cómo nunca me robaron?, ¿cómo nunca pasé por una situación medio creepy?”

Cuando tenía 13 años una amiga le dijo que la acompañara a hacer un taller de teatro. Y Florencia, que no sabía nada de teatro ni qué quería hacer de su vida, se anotó solo por ella. Cuando llegaron a la clase le gustó un chico del grupo. Y siguió solo por él. Y nunca más se fue. Kairós: estar en el lugar oportuno y en el momento indicado.

A los 20 tuvo meningitis y, después de estar un mes y medio internada, decidió que a partir de ese momento solo iba a hacer lo que quisiera. Dejó la facultad de Ciencias Sociales en la que desde hacía dos años estudiaba trabajo social y también dejó a su novio de entonces.

“El único lugar donde yo me sentía viva y feliz era el escenario, entonces me planté y empecé de nuevo haciendo solo lo que quería. Es un ejercicio interesante de hacer. Yo sé que la necesidad a veces va por un carril y lo que uno quiere va por otro. Yo pude hacer todo eso porque era joven, no tenía hijos y porque mi única responsabilidad era autosatisfacerme. Ahora si yo tengo que transar con el sistema lo voy a hacer porque tengo dos niños que dependen de mí. Pero en aquel momento decidí solamente hacer las cosas que me gustaban o que me convencían. Y lo empecé a usar como modo de vida y me fue resultando”.

Después se fue a vivir con tres amigas en una casa en Durazno y Convención y trabajó en la Ciudad de los chicos de Montevideo Shopping para pagar el alquiler y una parte de la carrera de actuación en el Instituto de Actuación de Montevideo (IAM). Florencia había trabajado desde los 15: en jugueterías, en supermercados, vendiendo revistas viejas en una feria.

Pero ahora, a lo poco que le sobrara de sueldo lo tenía que usar para comer y a veces ni siquiera le alcanzaba para eso. Durante un tiempo hizo una sola comida al día, cerca de las cuatro de la tarde, y caminó por toda la ciudad con tal de no tener que pagar un boleto. Sin embargo, nunca pensó en abandonar la actuación.

Cuando estaba en segundo de la carrera, Bernardo Trías, que daba improvisación, eligió a un grupo de seis alumnos para montar un espectáculo de impro en un formato teatral. Iba a ser una sola función y terminaron siendo dos años en los que agotaban cada sala.

Algún día, dice Florencia, van a mirar hacia atrás y van a entender que ese espectáculo fue el comienzo de algo más. “Establecimos a la improvisación como género teatral en el circuito comercial”.

Un día fue a Océano FM a hacer improvisación. Y después lo hizo otra vez, pero de forma aislada. Otro día, mientras iba caminando por Luis Alberto de Herrera y 26 de marzo alguien la llamó por teléfono. Era Álvaro Pintos, productor de Océano y quería que Florencia se incorporara como co-conductora a un programa que haría Diego González. Después se unió a Segunda pelota y después a De arriba un rayo.

No esperaba trabajar en los medios pero sucedió. En total pasaron casi nueve años. Al aire, ella siempre dijo lo que pensaba sobre todos los temas.

Florencia quería ser una actriz de esas que hacen llorar y terminó siendo comediante. Ernesto Muniz, director, y Juan Pablo Olivera, productor, la habían visto improvisar, habían tomado clases con ella y siempre le insistieron para que hiciera un unipersonal de comedia. Ella creía que no tenía nada para decir y por mucho tiempo les dijo que no. Así hasta que un día, saliendo del teatro Undermovie se cruzó con Ernesto. Y entonces, kairós. Empezaron a trabajar entre los tres con la vida de Florencia, la pusieron en un papel y la hicieron teatro. La obra se llamó Jardín de infante. Después Florencia le agarró el gusto y escribió Intensidad: otra vez, momentos de la vida y opiniones puestas en un papel al servicio de la empatía y de la risa.

“Para las mujeres es más difícil hacer reír, porque históricamente está instalado que el capocómico es el hombre. Hubo un momento incluso en que las mujeres nos teníamos que afear para hacer humor. Me acuerdo cuando Manuela Da Silveira y Emilia Díaz hablaban de eso y yo me sentía re identificada, es como que no podés ser linda y ser graciosa. Por eso ahora yo estoy como quiero. Me doy para adelante, me pinto, me peino y me pongo un vestido para hacer reír”. Fue un proceso, dice. En todas las funciones de Intensidad la sala está agotada. La gente elige reírse con una mujer. 

sus cosas
Cyranos
El carnaval

Durante muchos años fue parte de Cyranos. Este año, Florencia decidió bajarse. Su decisión, dice, no tiene nada que ver con la oleada de denuncias que se realizaron en el Instagram Varones Carnaval, sino que solo necesita descansar.
Al respecto de las denuncias, dice: “Se rompieron muchas cosas adentro de mí, sobre todo la inocencia. Yo estaba en un conjunto que es muy paritario: mitad hombre y mitad mujeres, las que dirigen son mujeres, las vestuaristas son mujeres. Fue fuerte ver algunos nombres escritos ahí. Yo con las personas que me interesaba hablar, hablé. Porque me parece que se trata de eso, no? Yo quiero escucharte, porque también castigar eliminando no es la forma. Es una página de denuncias y dentro de ellas había algunas realmente muy fuertes y que ojalá lleguen a la justicia y otras que eran denuncias de microacosos, que también está bien denunciar pero no sé si ponerlos en la misma bolsa. De repente leías uno que decía me puso el pene en la cara y al lado leías me responde con un fuego historias de Instagram. ¿Son válidas las dos? Sí. Pero incomparables en que una es un delito. Yo con las personas que quise hablar, hablé". 

Florencia Infante durante una función de Intensidad
Intensidad 

En Intensidad da su opinión sobre muchos temas: el estar soltera después de tantos años de matrimonio, la maternidad, los cumpleaños de 15. La primera función que hizo fue en 2019 en la sala grande del Movie, en la que 630 personas fueron a verla. Queda una función que es el próximo viernes. 

escribir, cuaderno, escritura
La escritura 

En todas la carteras y mochilas, Florencia anda con una libreta. También tiene una al lado de la cama. Dice que se le vienen ideas todo el tiempo y que las escribe de un tirón y después las revisa. Así, cuando estuvo en cuarentena por el coronavirus, empezó a escribir un libro que, dice, espera poder continuar en verano.

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