"Existe un cansancio ante la democracia"

| El filósofo español Rafael Alvira, catedrático de la Universidad de Navarra, dice que el sistema de gobierno está en crisis y que debe buscarse un nuevo modelo.

 20110716 674x600

FELIPE LLAMBÍAS

Se hallaba hojeando un libro con las obras completas del alemán Martin Heidegger en una sala de la Universidad de Montevideo minutos antes de la entrevista. "Como me dedico a la filosofía...", dice el español Rafael Alvira, doctor en esta ciencia y director del Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra (España).

La conversación con el catedrático comenzó con la filosofía más etérea, pero rápidamente viró hacia la política y los modelos de gobierno. La opinión de Alvira es categórica: "Existe un cansancio" de parte de la sociedad "ante una democracia que promete mucho y no cumple".

A su entender, los políticos deberían "reflexionar" si a partir de estas "crisis" no "merecería la pena repensar los fundamentos" del modelo.

-¿Cómo ve las movilizaciones actuales comparadas con las de la década de 1960?

-La situación es distinta. La revolución del `68 desde el punto de vista ideológico ha sido la más fuerte que ha sufrido Europa. Era la primera revolución de los niños bonitos. Fueron derrotados, como es lógico, porque no tenían fuerza suficiente, pero ganaron a mediano plazo porque las ideas del `68 tienen un enorme peso en los países occidentales y en muchos dirigentes que son, de un modo u otro, sesentayochistas.

-¿Cómo es ahora?

-Existe un cansancio ante una democracia que promete mucho y no cumple. Llevan dos siglos y medio y, sobre todo, los cincuenta últimos años, repitiendo como (Winston) Churchill, que si acaso fuera el peor régimen político, todos los demás son mucho peores. De esta manera, la democracia ha sido santificada y dogmatizada. Pero claro, un dogma de fe no puede fallar y, sin embargo, prácticamente lo que la gente ve es que en todos los países hay un descontento muy grande con el modo de funcionamiento.

-¿Es de ahora o ya existía?

-Es un cansancio que se ha dado cíclicamente desde que se introdujo la democracia a finales del siglo XVIII. Sobre todo la de origen francés. La anglosajona o norteamericana es más sólida. Después de la Segunda Guerra Mundial hubo varios años en que había bastante esperanza con la democracia. Ha sido recientemente, quizás en los últimos doce o quince años, cuando ha vuelto a surgir el desánimo. Y de hecho las encuestas sociológicas bien hechas son aplastantes: en los países occidentales más de la mitad de la población no confía en sus políticos.

-¿Cuál es la solución?

-Si la digo a lo mejor no me vuelven a entrevistar nunca de ningún periódico. La dogmatización que se ha hecho de la democracia la está dañando. Sucede que los políticos no admiten la duda, porque si se discute sobre los fundamentos del sistema no pueden gobernar bien. Soy partidario de que los políticos se pelearan menos y, en cambio, aceptaran que se debe reflexionar sobre las bases del sistema actual para ver si es perfeccionable. No para volver a ningún tiempo pasado, que carece de sentido, sino para estudiar si estas crisis que se van repitiendo son producto de este cansancio de la gente ante una democracia que considera fuertemente corrupta. Hay que ver si no merecería la pena repensar sus fundamentos para ir hacia un sistema mejor conservando la defensa de la libertad, una cierta igualdad y justicia social.

-¿Qué se debería cambiar?

-Es tal el peso del sufragio universal que cuando un partido gana las elecciones presidenciales controla prácticamente todo. El Ejecutivo coloca a sus amigos en el Poder Judicial, controla también el Legislativo, controla a los medios de comunicación indirectamente. Eso es inconveniente. Debería haber una independencia real del Poder Judicial y en el Legislativo las listas deben ser más abiertas. Al haber listas cerradas el Parlamento es un montaje. Todos saben qué tienen que votar porque se lo han dicho en su partido antes de entrar al hemiciclo. Uno se pregunta: una institución tan noble y tan bonita como el Parlamento, ¿hasta qué punto sirve para algo cuando las discusiones no son para convencer a nadie? Las discusiones se hacen siempre en las secretarías de los partidos.

-Tal vez eso se dé más cuando un partido tiene mayoría parlamentaria.

-La idea de soberanía popular es una ficción. No se puede convertir en nada práctico. Para (Jean-Jacques) Rousseau, uno de los padres de la democracia, los partidos son todos antidemocráticos porque son siempre una parte del pueblo. Hay que desarrollar un conjunto de instituciones que permitan que la voz de toda la población sea eficaz, que tengan la posibilidad de no convertir en nombre de una presunta voluntad popular, que ha sido prácticamente siempre manipulada, el poder total en manos de un grupo de señores que han tenido la suerte de ganar las elecciones.

-¿Qué opina sobre las manifestaciones populares como el 15-M en España o las revueltas árabes?

-Los movimientos espontáneos de masas ya no existen. Su correlato es creado a través de las redes sociales. Precisamente, el llamado movimiento de los indignados ha sido creado desde redes sociales, pero tengo mis dudas de que los que mueven eso sean absolutamente ingenuos.

-¿En qué sentido?

-Los indicios son masivos a favor de que eso es un montaje, con algún sustento en la realidad. El primer indicio es que surgió menos de dos semanas antes de unas elecciones. Es notorio que quieren incidir en los resultados electorales y cualquier influencia le favorece a la izquierda y particularmente al Partido Socialista, porque dado que ya no podían aspirar a recuperar votos, por lo menos que la oposición tampoco los tuviera. Lo segundo sospechoso es qué bien acogidos que fueron por la izquierda y por el propio gobierno. Después, que siendo un movimiento cuantitativamente pequeño recibió un apoyo impresionante por parte de los medios, que en un 70% están en manos de la izquierda. Hay movimientos sociales más sólidos y serios en España que no reciben ni la milésima parte del apoyo mediático.

-Tal vez no reúnen gente en las calles como pudo reunir el 15-M.

-Si los medios de comunicación tienen el nivel y la calidad que creo que tienen, se tienen que dar cuenta de que reunir gente en la calle no es tan difícil, pero que tampoco es tan significativo. En España hemos visto manifestaciones inmensas de más de un millón de personas contra el aborto, contra la enseñanza exclusivamente estatal, que han sido prácticamente ignorados por el gobierno y maltratados por los medios.

-¿Y las revueltas en el mundo árabe?

-Por supuesto que son un montaje, con cierto sustento real. Cualquiera que ha querido organizar una manifestación, por pequeña que sea, sabe el trabajo que cuesta eso si no tienes apoyos muy fuertes. Francamente me cuesta muchísimo pensar que es un grupo de jóvenes amablemente democrático que está dejando su vida por sus países. No niego que unos cuantos no lo hagan con buena voluntad, pero que ahí tienen el manejo de los hilos otros más poderosos, o que los van a tomar en cuanto haga falta no me cabe la menor duda.

GUERRA POR ENERGÍA

"¿Por qué con Siria no se preocupan siendo que se está muriendo mucha más gente que en Libia? Siendo que hasta hace muy poco (Muamar) Gadafi era abrazado por todos los occidentales, ¿por qué dicen que Gadafi es un dictador y nadie habla de Arabia Saudita, cuyo rey no es precisamente muy demócrata que se diga?", se pregunta el filósofo español Rafael Alvira. E inmediatamente se responde: "Es demasiado fácil ver que Libia es un país muy grande con un potencial de energía; ahora la guerra es por fuentes de energía. Es un botín que al Occidente se le hace la boca agua". Alvira afirma que en los países árabes hay un "riesgo" para los de Occidente: que ganen las elecciones los fundamentalistas musulmanes. "En Egipto, por ejemplo, de pronto dicen de (Hosni) Mubarak, que era por cierto un aliado de Occidente, que es un señor criminal y luego -cuando analizas bien- te das cuenta de que quienes están ahora en el gobierno son los militares que estaban con Mubarak y que no ha cambiado nada. Y que además tienen un miedo horroroso a que si hacen unas elecciones mañana ganen los Hermanos Musulmanes. Eso es un golpe para Israel, por ejemplo, que también está naturalmente detrás de todo esto, agazapado viendo qué puede pasar", finaliza.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar