Tiene la superstición de girar tres veces la tetera cuando toma té. No sabé por qué y de qué la protege, pero su madre lo hace y ella se lo copió. Algunos podrán arriesgar que se trata de una costumbre británica, donde el té de las cinco es tradición. Pero Elizabeth Debicki (33 años) no nació ni se crió en el Reino Unido aunque hoy todos la conozcan por ser quien interpreta en la serieThe Crown a una figura icónica de ese país: la princesa Diana de Gales.
Elizabeth nació en París, pero solo vivió allí hasta los 5 años porque su familia se mudó a Melbourne, Australia. Es hija de un polaco y una australiana con ascendencia irlandesa, ambos bailarines, y tiene dos hermanos menores.
Liz, como la llaman sus amigos, pensó en estudiar Derecho, pero fue más fuerte su amor por la actuación y se inscribió en el Victorian College of the Arts donde, cuando cursaba segundo año, fue galardonada con la beca Richard Pratt por su destacado desempeño.
Debutó en cine en 2011, un año después de graduarse, con el film Los padrinos de la boda, pero su primer gran trabajo en la pantalla grande fue en El Gran Gatsby. En la historia protagonizada por Leonardo Di Caprio y dirigida por Baz Luhrmann, encarnaba a Jordan Baker, una flapper (nombre que se les daba a las mujeres que desafiaron las convenciones sociales y culturales luego de la Primera Guerra Mundial). En ese papel lucía el pelo negro y un corte estilo años 20.
Luego llegarían papeles como el de Lady McDuff en Macbeth, la historia real que cuenta un ascenso al Everest, la participación en una de espías como Agente de C.I.P.O.L., otra de venganza y robo como Viudas, y dos presencias en el Universo Marvel como parte de la saga Guardianes de la galaxia. Por allí lo más destacado.
En televisión, estuvo en la serie de misterio The Kettering Incident y luego en la serie The Night Manager (El infiltrado), donde compartió elenco con el único actor con el que se la ha vinculado sentimentalmente: Tom Hiddleston. “Es tan malditamente guapo y un caballero tan cortés que era casi imposible no enamorarse completamente de él”, fue lo único que dijo a The Telegraph, sin confirmar ni desmentir el romance.
La actriz compartió cartel con Mick Jagger en el film Una obra maestra, lo cual le significó cumplir un sueño.
“Fue surrealista. Mick no solo es una leyenda, es un icono. Él es los Rolling Stones”, comentó a Los Ángeles Times. “Ni siquiera me di cuenta de lo fan que era hasta que lo conocí”, agregó. También contó lo caballero que fue Jagger en el Festival de Venecia al ayudarla a controlar una capa que se le volaba con el viento.
Ha dicho que su estatura —1,90 metros— siempre fue un tema que la acomplejó y por el que le hicieron bullying en la adolescencia. Al final aprendió a convivir con el tema porque no quiso que representara una carga toda su vida.
Otro dato curioso es que padece acrofobia (miedo a las alturas) y fue parte del reparto de Everest.
“Estar en el set del rodaje te da un coraje falso, porque no estás siendo tú. Y no hay opción. Tienes que morder la bala y hacerlo o vas a fallar en la película”, aseguró en ese entonces.
Princesa Diana
Elizabeth había hecho un casting para un rol secundario en la primera temporada de The Crown, pero no quedó. Para su sorpresa un productor la vio y dijo: “Di. Tenemos a Lady Di”. La llevaron a vestuario, le pusieron una peluca, la maquillaron y ¡bingo!, ahí estaba Diana Spencer.
La actriz confesó que lo que más le costó del personaje fue cambiar su acento australiano por el británico, cosa que finalmente logró. También tuvo como reto superar la interpretación que Emma Corrin había hecho de Diana en su juventud. Y finalmente estuvo el gran desafío de filmar el mortal accidente en el Túnel del Alma de la capital francesa.
“Recrear las últimas horas de Diana en París, acosada por los paparazzi, fue difícil” ya que “aunque no tuve que interpretar mucho, es realmente horrendo tener a tanta gente gritándote y queriendo algo”, señaló a la prensa.
Elizabeth participó de las dos últimas temporadas de The Crown, algo que hasta el momento le viene reportando un Globo de Oro y un Critics Choice Awards, además de varias nominaciones a otros galardones, entre ellos el Emmy. También en su momento, por otros trabajos, fue reconocida como Actriz Revelación en el Festival de Cannes (2018).
“Al interpretar a Diana y hacer mi investigación hubo cosas que realmente me llamaron la atención y que tal vez no conocía. Una de ellas fue su gran capacidad de amar de una manera que no tenía otras intenciones. Esa habilidad de conectar y ver a las personas, haciendo que se sintieran tan vistas por ella”, señaló a Vogue Latinoamérica. Añadió que la frase que más la marcó de la Princesa de Gales fue: “Cuando me voy a dormir por la noche y apago la luz, sé que hice lo mejor que pude”. Elizabeth sostuvo que piensa en la pureza de esa intención y eso la inspira.
“Interpretarla ha sido un enorme regalo para mi corazón y como actriz un gran desafío, pero uno realmente divertido”, subrayó.
La moda
Elizabeth es Embajadora de Dior Jewellery, por eso mantiene una relación muy estrecha con esta casa de moda y es habitual que elija sus modelos para lucir en la Alfombra Roja. Le contó a Vogue que suele comer muchos caramelos antes de estos eventos que implican desfilar ante fotógrafos y cámaras de todo tipo.
En la presentación de The Crown llevó un vestido negro de Dior que demoró 300 horas en ser confeccionado y que estaba lleno de guiños a Lady Di: recordaba al famoso “vestido de la venganza” (ver recuadro) y estaba inspirado en el traje de noche azul cielo diseñado por Catherine Walker que la Princesa vistió en el Festival de Cannes de 1987.
Uno de sus próximos estrenos en cine será Farnsworth House, junto a Ralph Fiennes, donde encarna a otro personaje real: Edith Farnsworth, la adinerada doctora que en 1945 le encargó al arquitecto Mies van der Rohe la construcción de la revolucionaria casa de cristal que lleva su apellido.
Como Lady Di con el "vestido de la venganza"
El famoso “vestido de la venganza”, diseñado por Christina Stambolian, lleva ese nombre porque Diana lo lució en la cena de la Serpentine Gallery de Londres la misma noche de 1994 en que se emitía una entrevista televisada en la que el entonces Príncipe Carlos reconocía su infidelidad.
“El vestido de la venganza fue mucha presión”, reconoció Elizabeth Debicki en una entrevista con Vogue. “Es un vestido complejo. Dejé que las pruebas se sucedieran a mi alrededor mientras pensaba en lo que significó. ¿Por qué ese vestido? Lady Di lo había tenido durante dos o tres años en su armario, fue súperatrevido en ese momento. Ella estaba reclamando atención. La forma en la que sale del coche, su luminosidad... fue algo extraordinario de ver. Fue decidir lo que dices de ti a través de la moda”, reflexionó la actriz.
Señaló también que todo el vestuario de Diana la fascinó. “Es el espejo de su evolución como ser humano que se libera de la armadura de la corte”, sentenció.