El ruso que conquistó a Estados Unidos a puro dibujo

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Genndy Tartakovsky, terminó siendo un gurú de la animación.

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Genny Taratovsky creía que el futuro le iba a deparar lo mismo que a su padre: ser dentista. Pero se fue a Chicago y terminó siendo un referente en animación.

Genndy Tartakovsky sonaba, digamos, animado mientras hablaba de lo lejos que está del futuro que pensó o esperó de niño. Hay que tener en cuenta que Tartakovsky, el creador y/o director de programas de televisión como (1996-2003), Samurai Jack (2001-2004, 2017) y Star Wars: La Guerra de los clones (2003-2005), además de las películas animadas Hotel Transylvania (2012) y Hotel Transylvania 2 (2015), vivió en Moscú hasta los 7 años.

"Cuando era un niño pequeño, en Rusia, mi papá era dentista, y en aquel entonces probablemente pensabas que ibas a ser lo mismo que fuera tu papá", comentó Tartakovsky. "Entonces, cuando llegué aquí a Estados Unidos en la década de 1970, descubrí la televisión. Estaban Warner Brothers, Hanna-Barbera, Tex Avery y todas esas caricaturas y cómics; me sentía realmente atraído por ellos, como cualquier niño, y nunca se me pasó.

"Crecí en Chicago, donde la industria de animación o de arte o de cualquier cosa que se le parezca es inexistente", dijo, "pero, a pesar de ello, de algún modo decidí ser creador de animación. Creo que es mi recuerdo más remoto de querer hacer esto".

Ahora estaba aquí, sentado en el auditorio de las modernas oficinas de Sony en Manhattan, listo para hablar sobre su película más reciente: Hotel Transylvania 3: Summer Vacation, que se estrenó el jueves pasado en Uruguay. Tartakovsky, quien todavía tiene un aspecto juvenil a los 48 años, se maravilló de haber podido hacer realidad sus sueños de animación.

"Créanme, trabajé toda mi vida, primero como cocinero o lavaplatos o en un teatro o donde fuera, así que valoro lo que hago", afirmó, sonriendo. "Soy un obrero y en definitiva conozco el valor de lo que hago. Es sorprendente. Cuando era más joven pensaba, o esperaba, que mi carrera consistiría en trabajar en la animación durante cuarenta años, y luego quizá tendría la oportunidad de dirigir. "A los 24 era todo lo contrario".

Tartakovsky se inclinó hacia adelante al hablar de lo que le inspira la animación. Algunas personas, reconoció, creen que debería simplemente entretener, mientras que otras creen que debería entretener y aspirar a algo más grande. Argumentó que los proyectos animados deberían ser "sinceros" y presentar "algo que enganche, pero no un truco barato"; algo que conecte mucho más profundo.

El Laboratorio de Dexter fue el programa de televisión que le enseñó una lección. La popular serie siguió a Dexter, un niño genio anteojudo que trabajaba en su laboratorio secreto en la casa familiar y batalla todo el tiempo para mantener a su curiosa e irritante hermana mayor Dee Dee fuera de su camino.

"Al principio pensé que Dexter tenía éxito porque, sí, teníamos chistes divertidos y lográbamos contarlos bien y además había acción de comedia divertida", explicó Tartakovsky, "pero entonces —y eso sucedió mucho antes del Internet— cuando comencé a ver gente en las convenciones y los lugares donde daba conferencias, me decían: Ay, mi hermana hace eso o Mi hermano hace aquello. Comencé a darme cuenta: Ah, claro, le di en el clavo a la relación hermano-hermana.

"No solo eran los chistes ni la acción de comedia", dijo. "Era eso, hasta cierto punto, pero en realidad se trataba de esta conexión emocional accesible y central. Sucedió con Dexter. Es muy difícil fabricar algo como eso. Sin embargo, sin importar lo que hagan, o lo que yo haga, tiene que ser honesto. Así que tienen que tener una conexión emocional y luego necesitan algo especial, quizá algo fantástico que la audiencia no pueda imaginarse por cuenta propia.

"Así me siento", continuó Tartakovsky. "Quiero ver algo que nunca se me hubiera ocurrido y quiero que me sorprenda. Si es algo visceral y diferente, y provoca sentimientos al verlo, puede diferenciarse y hacer que la gente se vincule, sin importar qué sea. Lo peor, y reitero, la peor respuesta que puedo obtener es un mmm, de que no fue ni bueno ni malo. Prefiero que odien o que amen algo a que solo lo reciban con indiferencia".

Parece que los espectadores de cine apreciaron —en todos sentidos— las primeras dos películas de Hotel Transylvania de Tartakovsky, que bien pueden describirse como comedias juguetonamente extrañas con corazón.

La primera nos presenta a Drácula (en la voz de Adam Sandler en inglés y Germán Fabregat en América Latina), propietario del Hotel Transylvania, un destino turístico para monstruos, y su hija vampira, Mavis (interpretada por Selena Gomez en inglés y Violeta Isfel en español), así como Johnny (a quien da vida Andy Samberg en inglés y Cristóbal Orellana en el doblaje para América Latina), un humano que llega de visita. "Así que quería entrar al mundo humano o salir del hotel y ver cómo sería para los monstruos", manifestó. "Ahora tenemos un crucero de monstruos, escalas para monstruos y villanos que son monstruos: todo el paquete".

Después de Hotel Transylvania, la primera película, Tartakovsky declaró públicamente que planeaba hacer algo más que la franquicia en ciernes. No obstante, el día de la entrevista, sonreía furtivamente mientras veía parte de los artículos promocionales de Summer Vacation a su alrededor en el auditorio. ¿Esto será todo, entonces, o habrá más películas de "Hotel Transylvania" si la gente así lo quiere? "No", respondió. "No. Ya terminamos. Me parece que también dije eso en la segunda, pero, al avanzar, tras la buena experiencia que tuve en Samurai Jack, en la última temporada, puedo asegurarles que es todo.

"Les diré por qué", comentó Tartakovsky. "Tras hacer Samurai Jack me di cuenta de que tengo que hacer lo mío. Tengo que dar vida a otro Samurai Jack, a otro Dexter o lo que sea que venga. Tengo que seguir lanzando el anzuelo e intentar cosas nuevas", sostuvo. Y agregó: "Con las variantes de los servicios Netflix y Hulu, hay una enorme competencia ahora para nosotros, los animadores, y eso es muy bueno. Si las personas, al igual que Sony, me dan una oportunidad, entonces debo aprovecharla".

Tartakovsky reveló que hay "un par de cosas para televisión que están en desarrollo, un par de personajes en desarrollo", pero advirtió que era demasiado pronto para hablar de ellos.

Así fue como la conversación terminó con Tartakovsky considerando lo que él mismo habría opinado de sus películas y programas de televisión cuando era niño. "Ay, me parece que me habrían encantado", afirmó Tartakovsky. "Y, por cierto, hago esto para mi niño interior".

¿En serio? "Claro", contestó Tartakovsky. "No sé qué que te gusta a ti, no sé qué le gusta a los demás. Así que hay que hacer las cosas para uno mismo. Hay que ser honestos. Hago esto para mí y el equipo, y espero que funcione. Así que todo lo que hago es algo que me habría gustado ver de niño". 

UNA CARRERA Y MUCHOS ÉXITOS

De El laboratorio de Dexter al éxito de Hotel Transylvania. Hotel Transylvania impactó a todos al recaudar 358 millones de dólares a nivel mundial y dio lugar a una secuela inevitable. Hotel Transylvania 2 contaba la historia siete años después, después de que Mavis y Johnny estaban casados y eran padres de un niño de 5 años, Dennis. Drácula pasó buena parte de la historia preocupado por la evidente falta de habilidades vampiresas de Dennis y la llegada sorpresiva de su propio padre, Vlad (interpretado por Mel Brooks en inglés e Ignacio López Tarso en español).
?Hotel Transylvania 2 recaudó 473 millones de dólares en todo el mundo, preparando el escenario para el estreno de Hotel Transylvania 3 el jueves pasado. Además de dirigir la tercera entrega, Tartakovsky también escribió el guion. En este filme envía a toda la pandilla a un crucero, donde Drácula, soltero desde hace tiempo, queda embelesado por la capitana del barco, Ericka (interpretada por Kathryn Hahn y Galilea Montijo en el doblaje).

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