Pese a ser una institución con más de 100 años en el país, con presencia en todo el territorio y monumentos desperdigados en calles y espacios públicos, pocos uruguayos saben qué es el Rotary y a qué se dedica. Esta organización internacional, fundada en 1905 en Chicago, EE.UU., tiene una nueva gobernadora en Uruguay. Y uno de sus principales objetivos es, precisamente, dar a conocer las actividades solidarias en las que participa, para sumar más colaboradores.
A partir del 1º de julio, comenzó un nuevo año rotario y, con él, la gestión de Graciela Fernández como gobernadora del Distrito 4975 de Rotary en Uruguay. Este distrito abarca casi todo el territorio nacional, a excepción de algunas zonas del litoral -Artigas, Salto, Paysandú y parte de Río Negro- que pertenecen a un distrito binacional con Argentina.
Fernández asumió así el liderazgo de una organización con presencia en el país desde 1918, con una red de 97 clubes rotarios, 2 clubes satélite y 24 grupos Rotaract (integrados por jóvenes de entre 18 y 30 años), además de los Interact, que convocan a adolescentes entre 12 y 18 años. En total, la membresía actual ronda los 1.700 rotarios y 250 rotaractianos.
“Rotary es una organización de servicio que tiene primero la amistad como forma de convocar. Es la amistad en vocación del servicio”, explica a Domingo la nueva gobernadora, quien estará al frente del distrito hasta junio de 2026. “Cada club tiene autonomía y elige sus actividades según las necesidades de la comunidad. Trabajamos en áreas como la educación, la salud materno infantil, la salud mental, el medio ambiente, la paz y el desarrollo económico de las comunidades”, añade. Los socios del Rotary en Uruguay pagan una cuota “simbólica” de $ 250 mensuales y una anualidad de US$ 75 al Rotary Internacional.
Montevideo tuvo el primer club rotario del hemisferio sur. Pero no fue hasta 2023 que Uruguay celebró por primera vez el Día del Rotarismo, reconocido oficialmente por la Ley 20.296, que se promulgó al año siguiente. La fecha del homenaje es el 12 de julio.
A lo largo de su historia, numerosas personalidades uruguayas han sido rotarias. Entre ellas, la exvicepresidenta Beatriz Argimón, el médico Daniel Salinas, el excanciller Didier Opertti, el ministro de la Corte Electoral José Garchitorena, y destacados escritores como Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Juana de Ibarbourou y Florencio Sánchez. También lo fue Paulina Luisi, la primera médica del país.
Miembros y acciones
Una de las prioridades de la nueva gobernadora es revertir el descenso sostenido en la membresía, un fenómeno que afecta al Rotary a nivel mundial. “Es muy importante que sumemos manos para trabajar. Si más personas conocieran lo que hacemos, seríamos muchos más. Y si somos más, podemos hacer más”, asegura Fernández.
En ese sentido, subraya la necesidad de mejorar la imagen pública de la organización: “Históricamente, Rotary entendía que lo que se hacía no era para divulgar. Pero hoy entendemos que hay que mostrar las obras, no por gratificación personal, sino para que la sociedad se entere y quiera sumarse”.
La nueva gobernadora enumeró varias iniciativas de alto impacto impulsadas por Rotary en Uruguay en los últimos años. Entre ellas, la donación de equipamiento médico como cámaras retinográficas para hospitales públicos y ecógrafos que permitieron realizar cirugías intrauterinas sin necesidad de trasladarse al exterior.
Recientemente, Uruguay se convirtió en pionero en América al implementar, con apoyo rotario, un sistema de ultrasonografía asistida por inteligencia artificial en hospitales de Artigas y Montevideo. “Una persona sin formación técnica puede hacer una ecografía y en tiempo real se informa desde otro centro”, explicó.
Además, la organización mantiene convenios con Primaria, como el programa “Leer es vivir”, que entrega libros a niños de escuelas rurales y contextos vulnerables, o el proyecto “Un aula, un ajedrez” para fomentar este juego que pone en jaque al intelecto. También colabora con la Teletón y apoya a distintas escuelas de ciencia.
El fin solidario
Desde su fundación en 1905, Rotary International ha crecido hasta convertirse en una red global de líderes comprometidos con el ideal del servicio por encima del interés personal. Hoy, con más de 1,4 millones de socios distribuidos en más de 200 países, continúa promoviendo la paz, combatiendo enfermedades, apoyando la educación y trabajando por el desarrollo sostenible de las comunidades más necesitadas.
Una de sus acciones más reconocidas es su lucha histórica para eliminar la polio de la faz del planeta, una enfermedad que hoy existe solamente en dos países: Pakistán y Afganistán. En ambas naciones, la transmisión del virus persiste debido a la baja cobertura de vacunación en ciertas áreas conflictivas. Aunque existen otros países donde se han reportado casos de polio derivada de la vacuna, la polio salvaje solo persiste en estos dos.
Gracias a esta campaña, y en alianza con organizaciones como la OMS, UNICEF y la Fundación Bill y Melinda Gates, el Rotary ha contribuido a reducir en más del 99% los casos de polio a nivel mundial.
Fernández subrayó que el Rotary no solo es una red de servicio, sino también una escuela de liderazgo ético: “Capacitamos a los rotarios para que sean líderes en sus comunidades. Nuestra organización se basa en la observancia de elevadas normas éticas, eso nos diferencia”.
Sobre posibles vínculos con otras organizaciones, fue enfática: “Rotary es una organización apolítica y no religiosa. Practicamos la diversidad, la equidad y la inclusión. Todo aquello que pueda dividir está fuera de nuestra organización”.
A lo largo de las décadas, los clubes rotarios uruguayos han sido protagonistas de numerosas acciones solidarias. Entre ellas se destacan las donaciones de equipamiento médico a hospitales públicos; las becas educativas y apoyo a estudiantes de contextos vulnerables; las campañas de salud y jornadas de vacunación; los programas de inclusión digital y alfabetización, y los proyectos medioambientales y de recuperación de espacios comunitarios.
El lema central del Rotary, “Dar de sí antes de pensar en sí”, representa un compromiso ético con el bien común. “No somos partidarios del asistencialismo, buscamos el desarrollo de las comunidades para que puedan mejorar o ser autosuficientes. Aunque el Rotary es una organización de ayuda, lo que principalmente hace es tender puentes, encontrar a personas que puedan ayudar a otras personas”, remata la nueva gobernadora de la organización en Uruguay.