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Cómo cuidar a la primera barrera de defensa

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El excesivo lavado de manos al que obliga la prevención del COVID-19 tiene consecuencias en la piel.

Salud

La higiene excesiva de manos a la que nos obliga la pandemia puede terminar por dañar la piel; dermatólogos aconsejan tomar cuidados para mantener la salud del mayor órgano.

La piel soporta una prueba exigente por estos días. En particular la piel de las manos. La medida de higiene más recomendada para combatir el coronavirus es, precisamente, el lavado repetido y profundo de manos. Pero este exceso de higiene también tiene efectos que pueden, incluso, tener un rebote negativo e inesperado. La piel termina por resecarse y agrietarse y en esas grietas también puede alojarse el virus en su dimensión microscópica. Lo cierto es que la higiene de manos no solo previene del coronavirus, sino también de alrededor de 200 enfermedades.

Pero no solo la piel de las manos está sufriendo los efectos de la pandemia. El confinamiento también puede tener efectos adversos sobre la piel, una contracara que también ocasiona otros trastornos. Por ejemplo, la falta de vitamina D que obtenemos, simplemente, con exponernos al sol como lo haríamos en circunstancias normales. Sin embargo, según los expertos, esta carencia puede subsanarse con relativa facilidad si se toma la precaución de exponerse al sol durante unos 20 o 30 minutos por día; con ello sería suficiente para mantener la síntesis que hace el organismo. De todos modos, las exposiciones más prolongadas también terminan por tener efectos negativos.

El lavado de manos, entonces, requiere de algunas precauciones adicionales. Por ello Revista Domingo consultó a la presidenta de la Sociedad de Dermatología de Uruguay, la doctora Alejandra Peyré, quien indicó algunas recomendaciones al respecto.

cuidados. El lavado frecuente de manos o el uso de alcohol en gel tiene efectos inmediatos. “Puede alterar la barrera cutánea normal, que tiene un fin protector de la integridad de la piel, y producir sequedad de la misma, enrojecimiento, prurito, grietas o fisuras”, señala Peyré.

“Para evitar esto recomendamos, en lo posible, el uso de jabones sin perfume, cremosos. Luego del lavado de manos y secado correcto, colocar crema hidratante de manos, de preferencia sin perfumes, y, sobre todo en la noche, para que permanezca en la piel por más tiempo”, explica la especialista.

Asimismo, la dermatóloga indica que para aquellas tareas que requieran el uso de guantes recomienda el empleo de los de vinilo o nitrilo. Pero, si aún así el daño permanece en la piel, recomienda la consulta con el dermatólogo.

La psoriasis es una de las afecciones de la piel que pueden acentuarse.
La psoriasis es una de las afecciones de la piel que pueden acentuarse.

La higiene de manos, cabe recordarlo, debe hacerse en forma regular pero sobre todo luego de haber tocado superficies expuestas al público -picaportes, puertas, tableros de ascensores, mesas, sillas, pasamanos de todo tipo, entre otras-, así como luego de haber ido al baño, antes y después de comer. Se recomienda hacer el lavado en toda la mano, palma y dorso, dedos y muñeca, durante al menos unos 20 segundos y, de ser posible, utilizando agua tibia.

Pero no solo el exceso de higiene, obligado por la pandemia, puede traer consecuencias para la piel. Una situación como la que se vive actualmente tiene, además, grandes componentes de estrés y ello tiene efectos directos en algunos patologías de la piel presentes en muchas personas. La psoriasis, la dermatitis seborréica o atópica son algunos ejemplos (ver nota aparte en esta página).

“Situaciones de estrés como la que estamos viviendo pueden contribuir a la exacerbación o empujes de enfermedades inflamatorias crónicas como, por ejemplo, psoriasis, dermatitis atópicas, dermatitis seborreica, entre otras”, señala Peyré.

Y contrariamente a lo que se puede creer, el problema no solo está en las manos por su repetida higiene.

“En estos tiempos es prioritario el uso de tapabocas. Se pueden poner de manifiesto distintas dermatosis en esa área, como empujes de un acné preexistente, foliculitis de la barba por oclusión, dermatitis de contacto o alérgicas entre otras”, explica la dermatóloga.

Los cuidados requieren una actitud vigilante o de auto observación para detectar cualquiera de estos inconvenientes en forma prematura o simplemente a tiempo para mitigarlos.

“Es importante realizar el autoexamen de la piel, o sea mirarnos la piel en su totalidad. Si detectamos lesiones nuevas, raras, que cambien, crezcan, sangren, debemos estar atentos y realizar la consulta”, indica Peyré.

La profesional recuerda que todos los dermatólogos están prestando atención en la modalidad de telemedicina en las diferentes instituciones que cuentan con esta especialidad.

confinamiento. La permanencia prolongada en recintos cerrados tiene también consecuencias sobre el órgano más grande del cuerpo. Sin embargo, aunque se cumpla un confinamiento total, el cuerpo igualmente permanece parcialmente expuesto a la radiación ultravioleta solar a través de los rayos que penetran por una ventana, por ejemplo.

La falta de sol, empero, tiene perjuicios y beneficios.

“Es cierto que puede verse disminuida la síntesis de vitamina D a través de la piel, la cual requiere de la radiación ultravioleta para activarse, pero la mayoría de expertos coincide en que con una exposición moderada, y exponiendo brazos o piernas durante 20-30 minutos al día sería suficiente”, señala el doctor José Luis Ramírez, de la Clínica Dermatológica Internacional en España, consultado por el periódico El Confidencial.

Sin embargo, la menor exposición a los rayos del sol trae también algunos beneficios. De hecho, disminuye los riesgos de contraer cáncer de piel, una de las consecuencias más negativas de la sobreexposición sobre todo en época de verano. Los especialistas también recuerdan que la menor exposición contribuye a disminuir también el envejecimiento de la piel y evita las características manchas.

Pero el confinamiento no es solo falta de sol. El avance del invierno hace que en muchos hogares se utilicen artefactos de calefacción, lo cual puede exponer a la piel a exposiciones prolongadas a fuentes de calor artificial. Ello tiene efectos dérmicos negativos, puede favorecer la sequedad y agudizar algunos problemas cutáneos preexistentes como los señalados.

Los dermatólogos recomiendan el uso de hidratantes y cremas que permitan mantener la humedad de la piel, así como el uso de mascarillas de las que habitualmente se usan para embellecer el cutis.

La piel, la primera barrera del cuerpo y su órgano de mayor tamaño, juega un papel clave en la prevención sanitaria. En estas circunstancias parece haber quedado más en evidencia que nunca. Cuidarla es también otra forma de mantener el estatus de salud más adecuado.

La dermatitis atópica o la seborreica pueden ser recurrentes en estas circunstancias.
La dermatitis atópica o la seborreica pueden ser recurrentes en estas circunstancias.

Afecciones de la piel más frecuentes

¿Qué es la psoriasis? 
La psoriasis es una enfermedad frecuente de la piel que acelera el ciclo de vida de las células cutáneas. Hace que las células se acumulen rápidamente en la superficie de la piel. Las células cutáneas excedentes forman escamas y manchas rojas que causan comezón y, a veces, dolor. La psoriasis es una enfermedad crónica que suele aparecer y desaparecer. El objetivo principal del tratamiento es detener el crecimiento acelerado de las células cutáneas. No existe una cura para la psoriasis, pero los síntomas se pueden controlar.
?Dermatitis atópica y seborréica.
?Son dos tipos de dermatitis relativamente comunes. La atópica es un trastorno cutáneo prolongado (crónico) que consiste en erupciones pruriginosas y descamativas. Es un tipo de eccema. Se debe a una reacción en la piel. Esta provoca picazón, hinchazón y enrojecimiento. La seborreica es un trastorno frecuente de la piel que principalmente afecta al cuero cabelludo. Causa manchas escamosas, piel enrojecida y caspa persistente. Puede afectar las zonas oleosas del cuerpo, como el rostro, los lados de la nariz, las cejas, etc.

Un hábito que puede salvar vidas

El lavado regular de manos se ha convertido en una de las principales armas de prevención contra la trasmisión de la COVID-19. Para su realización adecuada la Organización Mundial de la Salud ha emitido algunas recomendaciones. La primera es el uso de agua y jabón, en lo posible neutros, durante un mínimo de 15 segundos. Posteriormente es necesario secarlas por completo, si es con toallas descartables mejor. El uso de guantes de látex o similares nunca debe sustituir a la higiene de manos; por ello cada vez que se retiren es necesario lavarse de vuelta las manos. Se recomienda el cuidado de la piel para que permanezca hidratada con el uso de cremas aptas para este fin. Es conveniente la higiene en todas las actividades cotidianas, después de tocar alimentos crudos, mascotas, toser o estornudar, ir al baño o tocar superficies expuestas.

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