IGNACIO ALCURI
El mes que viene habrá que elegir un nuevo intendente para los montevideanos (situación aplicable al resto de los 19 departamentos). Pero también se elegirán alcaldes, encargados de los Centros Comunales Zonales e incluso a aquellas personas que realizan actos circenses en cada uno de los semáforos de nuestra capital.
No me miren a mí, es un complejo sistema de burocracia directa llamada "descentralización".
Y mientras la Junta Electoral estudia cómo distribuir tantas listas en los cuartos secretos (dicen que se precisarían superficies similares a las de un supermercado pequeño para cada circuito), nuestra ciudad está sufriendo penurias que no son atribuibles exclusivamente a esta gestión, ni a las cuatro últimas, sino que se arrastran desde el tiempo de la conquista.
Por eso resulta imperioso que el próximo intendente, sus alcaldes, comunalistas zonales y artistas circenses, sin importar el color de su bandera (y en el caso de los artistas, el color de sus extravagantes ropas), aborde algunas de las temáticas más urgentes, como por ejemplo:
1. Aniquilar al monstruo de las alcantarillas. No importa que cada vez que mandamos un grupo de científicos y soldados a lo profundo de Montevideo no volvamos a saber de ellos. Es hora de que esa criatura infernal sea aniquilada de una vez por todas. Basta de gastar el dinero de los contribuyentes en ofrendas cada luna llena. ¡Queremos soluciones definitivas!
2. Más hipódromos. Parece que ninguno de los anteriores jerarcas entiende que la verdadera pasión que corre por las venas del pueblo es ver a una decena de equinos dando vueltas alrededor de una enorme plaza. Quizás sea nostalgia de las calesitas del Parque Rodó cuando éramos niños, no sabría decirlo. Pero nos encanta.
3. Un contenedor de basura por hogar. Esto no vale la pena ni explicarlo. A nadie le gusta caminar 50 (¡cincuenta!) metros cargando desechos olorosos en bolsas que suelen gotear. Nada sería más lindo que abrir la puerta de nuestro hogar y encontrarnos con nuestro propio receptáculo. Sería la mejor forma de combinar el nuevo sistema con aquellos canastitos de alambre de antaño. Sí, quizás esté demasiado nostálgico. Les pido perdón, acabo de cumplir treinta años.
4. Que vuelva la media estación. Antes uno sabía que entre los calores achicharrantes y los fríos polares, teníamos por lo menos dos o tres semanitas en las que podías salir a la calle con una remera de manga larga, o con una camisa abierta encima de la remera. ¿Dónde está nuestro otoño, señores gobernantes? ¿Quién se ha llevado la primavera? Y no quiero respuestas poéticas, sino la realidad. Más vale que el próximo intendente venga con dos estaciones bajo el brazo.
5. Lo del monstruo de las alcantarillas. En serio, no es moco de pavo. Los niños temen jugar al cordoncito porque podría salir un tentáculo de la boca de tormenta y ese sería su fin. Destinen parte del presupuesto a entrenar a un grupo de élite que plante una bomba en el corazón de la bestia y la vuele en mil pedazos.
6. Que llegue la revista Barcelona a los quioscos. Ta, este es un pedido bastante más egoísta.
Lo ideal sería que todos los candidatos firmaran un documento en donde se comprometen a abordar estas temáticas ineludibles. En estos días les mando el archivo por mail y después les toco timbre para levantar sus rúbricas. No, de nada.