TECNOLOGÍA

En el ambiente de la música uruguaya muchos conocen a Nacho Cejas. Es un cantante meticuloso, detallista, tal vez el más importante en los géneros country y rock sureño. Pero como tantos uruguayos (y sobre todo artistas para los cuales es muy difícil desarrollarse en este país), tiene un “lado B”: la restauración digital de antiguas fotografías y la creación de retratos con calidad Full HD.

En los últimos tiempos, ha dedicado parte de su tiempo a darle vida y color a algunos de los personajes ilustres de la historia nacional, habiendo generado, entre estos trabajos, una imagen de José Artigas como nunca antes se había visto.

“Desde la infancia tengo una fascinación con lo retro. Un día, mirando fotos familiares noté que había unas cuantas que estaban estropeadas y sentí una especie de frustración, que canalicé por el lado de trabajar para recuperarlas. Esto siempre me pareció importante, porque se trata de salvar una parte de los recuerdos de las personas”, comenta Cejas a Revista Domingo.

“En 2008 hice un curso con un alemán en Mallorca, España. El hombre trabajaba en la restauración y coloración de archivos de la Segunda Guerra Mundial, tanto fotográficos como fílmicos. Hace unos años esto se puso de moda; hay gente que se dedica a colorear viejas fotos utilizando algunos programas que existen para eso. Pero yo soy de la vieja escuela, lo hago a mano, con el lápiz digital o el mouse. No me gusta mucho trabajar con inteligencia artificial porque falsea el resultado”, comenta Cejas, quien volcó el conocimiento adquirido a recuperar importantes archivos nacionales. “Comencé trabajando en la digitalización de la obra del Cabildo de Montevideo, en lo que refiere a mapas, fotografías y cuadros”, recuerda.

El trabajo sobre la imagen de Artigas se basa en diferentes fuentes, pues no existe un uruguayo que no reconozca el rostro idealizado del prócer, el cual fue retratado solamente una vez en vida (que se sepa), cuatro años antes de su muerte.

El dibujo, realizado por el viajero francés Alfredo Demersay en 1846, pertenece al exilio del prócer en Paraguay y lo muestra muy envejecido, sentado en una silla, de perfil, prácticamente calvo y con una prominente nariz aguileña. De esa litografía se dedujeron todas las imágenes posteriores del prócer, como la de Juan Manuel Blanes de 1884, probablemente la más conocida, en la que se lo ve parado en la puerta de la Ciudadela.

“En el caso de la imagen que hice de Artigas se ven hasta los poros de la cara. Me interesa mucho llegar al detalle. Y para restaurar me parece que el trabajo tiene más validez cuando las fotos originales están en mal estado o destruidas”, anota.

Juana de Ibarbourou enriqueció la literatura de América, marcándola con su fuerte y delicada personalidad. Nacho Cejas recupera la figura del blanco y negro, de su época de juventud, trayéndola al presente con toda la elegancia que la caracterizó por aquellos años, en los que descollaba con su pluma excelsa.

Otros rostros que ha trabajado al detalle son el del escritor Juan Zorrilla de San Martín y el del docente e investigador Clemente Estable. También el del caudillo blanco Aparicio Saravia, el del reformador de la escuela José Pedro Varela y el del jugador más laureado del fútbol uruguayo, José Nasazzi.

Nacho Cejas (51) se recibió de periodista en 1992, pero no halló su lugar en la profesión. El único trabajo que hizo fue en la vieja Radio Sport, en el informativo de las 6 de la mañana. “Ahí llegué a entrevistar a Juan Manuel Fangio, el corredor de autos argentino. Y arranqué después para el lado del periodismo de investigación. Como siempre me gustó la historia, Ediciones de la Plaza me publicó en 2012 un libro que se llamó Oro Celeste, con fotos de los primeros mundiales”, comenta.

Cejas nació en La Teja, en la llamada “Cachimba del Piojo”. Comenzó su carrera de cantante en 1992 integrando la banda de rock Diesel, la cual abandonó un año después para formar parte de El Conde de Saint Germain. Luego, con El Águila Blanca, obtuvo en 1994 el primer premio en el Festival de la Canción de Montevideo en la categoría intérprete masculino.

También fue la voz de La Telefónica, la banda del programa El Teléfono que conducía Ruben Rada en Canal 12, con quien después hizo el ciclo televisivo Décadas. Y salió en Carnaval. En los años 2003, 2004 y 2005 lo hizo con Los Diablos Verdes y en 2015 con Momolandia. Además, estuvo en Curtidores de Hongos junto a Pablo “Pinocho” Routin y Freddy “el Zurdo” Bessio.

En 1998 fundó la banda de covers Time Machine y después El Gallinero Funk, con la que tocó 10 años. Empezaron presentándose en el pub El Bacilón y grabaron un disco en 2012, con el cual ganaron el Premio Graffiti en su género. Pero pese a ese galardón, la banda terminó separándose.

Tras esta experiencia frustrante, pensó en dejar de cantar, pero tiempo después, en una jam (improvisación) en Piriápolis, un turista alemán le ofreció llevarlo a Europa. En principio no le creyó, pero a las dos semanas recibió todo el programa de la gira, los pasajes para la banda y el contrato para presentarse en varias ciudades. Corría 2008 cuando estuvo por primera vez seis meses tocando en Europa, con base en España, junto a los músicos que reclutó para esa propuesta. Al año siguiente regresó y cantó otro medio año en una cadena de hoteles que tenía sucursales en ciudades como Mallorca, Londres y Viena. Actualmente está terminando de grabar su primer disco solista, Forastero.