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Novedad literaria

Más que una novela de amor

Gustavo Valle construye una trama con detalle, inteligente y muy eficaz.

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Gustavo Valle

por Carina Blixen
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Nacido en Caracas en 1967, Gustavo Valle es poeta, narrador, ensayista, guionista de cine. Se licenció en letras en Venezuela, vivió 6 años en Madrid, donde realizó estudios de doctorado, y desde 2005 vive en Argentina. Debutó con poesía, Materia de otro mundo (2003), Ciudad imaginaria (2006); publicó crónicas, La paradoja de Itaca: de ciudades y de viajes (2005) y su primera novela Bajo tierra (2010) recibió el premio Adriano González León. Siguieron otros libros y reconocimientos. Ahora llega su última novela, Amar a Olga, que alcanza para despertar un fuerte interés por seguir conociendo su obra.

La novela relata, en principio y de manera inteligente y muy eficaz, una historia de amor. Sin nombrar el lugar en que se desarrolla la acción, el contexto es el de una ciudad caótica agobiada por la arbitrariedad de los militares que la gobiernan. Amar a Olga está contada en primera persona por un narrador que da a conocer su nombre recién en la última línea de la narración. “Las novelas no terminan, se interrumpen” dijo el autor en una entrevista (subida a Youtube) al presentar el libro.

En el presente de la novela, el narrador/protagonista ronda la cuarentena, tiene una relación de pareja insatisfactoria y un trabajo precario. Estas son las circunstancias más visibles que alimentan su perturbadora obsesión por encontrar a Olga, su primer amor. La novela es también un viaje al pasado, a una juventud aparentemente distante, pero escondida en alguna zona de la subjetividad del protagonista. El contexto social y político es asfixiante y, por una vuelta de tuerca de la segunda parte de la novela, aparece encarnado en un enemigo muy personal.

El lector acecha los movimientos y actitudes de ese protagonista un poco disparatado que gira alrededor de tres mujeres. El tema es la pasión y el delirio, pero la manera de contar es contenida. La trama, cuidadosamente construida, llega a un climax que no significa derrota o triunfo. Al final se produce un desvío, un cambio de ruta y un apaciguamiento.

El otro ingrediente que no debería olvidar para acercar un poco el mundo imaginario creado por la novela es el humor sutil con que se despliegan situaciones y caracteres. En un ámbito hostil, la respuesta no es solo el delirio, también juega la posibilidad distanciadora de una ironía que no busca especialmente el grotesco (aunque por momentos pueda rozarlo), sino la sonrisa que facilite la comprensión.

AMAR A OLGA, de Gustavo Valle. Pre-Textos, 2021. Valencia, 203 págs.

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