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Dadá y el corajudo Raoul Hausmann

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Raoul Hausmann

Memorias 

Una mirada desde dentro del movimiento dadaísta, por el integrante del Dadá berlinés Raoul Hausmann.

Al lector culto, en el bachillerato, le contaron que en Zúrich, en 1916, un grupo de jóvenes artistas refugiados en la Suiza neutral del horror y sinsentido de la Primera Guerra Mundial, fundaron el Dadaísmo, movimiento que aspiraba a crear un arte sin sentido, como protesta ante la realidad que los rodeaba. Suele simplificarse que, al trasladarse a París, luego de la Guerra, uno de los líderes del grupo, el poeta Tristan Tzara (Rumania, 1896 – Francia, 1963), el movimiento se convierte en una suerte de prólogo del Surrealismo y muere.

Varios méritos tiene Correo Dadá, del poeta y plástico Raoul Hausmann (Viena, 1886 – Limoges, 1971), llegado hace poco a nuestras librerías. Deja claro, con ejemplos concretos, como el de Arthur Cravan (Lausana, 1887 – Océano Atlántico, 1918) y su revista Maintenant, que lo que luego sería Dadá ya se respiraba en varias capitales europeas antes de la I Guerra Mundial. Muestra que las actividades dadaístas en Alemania —Hausmann integró el Club Dadá de Berlín— fueron intensas e interesantísimas y también que el movimiento tuvo peso propio y no se extinguió al surgir el Surrealismo. El libro deja la impresión de que ese espíritu desafiante sigue siendo necesario, y da elementos para discernir las actitudes renovadoras genuinas de las imposturas. Como en todo testimonio acerca de las vanguardias, abundan las rencillas personales entre artistas.

Los dadaístas alemanes eran corajudos. En un país vencido, pero aún nacionalista y militarista, decían en público cosas como “Rodeaos de vuestros generales y de vuestros soldados, vosotros que os hacéis llamar el pueblo de los poetas y de los pensadores: ¡vuestros poetas no sirven ni para ponerlos a remojo en el wáter!” A los que fantaseaban con la revolución bolchevique, lo mismo que a los desempleados de cualquier ideología, les irritaba que estos artistas preconizaran el desempleo como un paso imprescindible para la verdadera revolución, al “permitir al individuo adquirir certezas sobre las realidades de la vida…”. Las críticas a los artistas de vanguardia que buscaban clientes burgueses para sus cuadros tampoco les ganaban amigos.

En varios de sus textos, Hausmann conjuga, con humor e ironía, la lucidez del ensayo con el lirismo del poema en prosa.

CORREO DADÁ (Una historia del movimiento dadaísta contada desde dentro), de Raoul Hausmann. Acuarela Libros & A. Machado Libros, 2019. Madrid, 264 págs.

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