Carlos Scavino
EL HOBBIT, El señor de los Anillos, El Silmarillion y los Cuentos Inconclusos, son obras de J.R.R. Tolkien que funcionan como unidades, aunque además las integra hábilmente conformando entre todas, un todo. A esta creación dedicó sesenta años y en ella introdujo aspectos de su mundo interior —como el de la Tierra Media, que hasta cierto punto fue para él más real que su propia vida—. Trabajaba prácticamente todo el día como profesor, escribía por las noches y a ratos perdidos; fue recompensado con el éxito y la fortuna un poco tarde.
FANTASíA E IMAGINACIÓN. El padre de Tolkien, Arthur, se trasladó de Inglaterra a Bloemfontein en Sudáfrica, para ocupar un cargo en el Banco Lloyds. En esa ciudad, se casó con Mabel Suffield. Tuvieron dos hijos: John Ronald Reuel que nació el 3 de enero de 1892 y Hilary, el 17 de febrero de 1894. En 1895 Mabel partió con ambos hacia el Reino Unido para instalarse en Birmingham y al año siguiente murió Arthur en Bloemfontein.
A falta de padre, los hermanos entablaron entre sí y con su madre una muy buena relación. Tuvieron una infancia feliz y en las vacaciones se divertían creando historias imaginarias e inventando juegos. Su madre impulsaba el afán de ambos por la lectura y los introdujo en el mundo de los cuentos infantiles de esa época como La Isla del Tesoro, Alicia en el País de las Maravillas o historias tradicionales como El Flautista de Hamelin. Pero a Ronald, que tenía siete años, la obra que más le entusiasmaba era El Libro Rojo de los Cuentos de Hadas, que le sirvió luego, para idear elementos de sus libros. A los hermanos les encantaba vivir en Sarehole, un lugar tranquilo y silencioso rodeado de campos y bosques, a dos kilómetros de Birmingham. Este entorno natural sublimado por la literatura, estimulaba la fantasía de Tolkien quien, al igual que la mayoría de los niños, se imaginaba en tierras fabulosas habitadas por monstruos y bestias terribles.
Como Mabel deseaba que sus hijos tuvieran una buena educación, debieron mudarse nuevamente a Birmingham para que asistieran al prestigioso colegio King Edward’s, donde Ronald obtuvo una plaza en 1900. También en esa época, Mabel se estaba convirtiendo a la fe católica, una decisión que la malquistó con su familia, debiendo arreglárselas sin su ayuda. Por fortuna, en 1902 conoció el Birmingham Oratorio, en el que residía una comunidad de sacerdotes donde entabló una buena amistad con uno de ellos: Francis Xavier Morgan que sería como un segundo padre para los hermanos Tolkien. Dos años después, Mabel murió de diabetes, lo que afectó la personalidad de Ronald e influyó decisivamente en sus ideas religiosas, convirtiéndose al catolicismo.
Era un buen alumno querido por profesores y compañeros, que disfrutaba estudiando. Su interés lo compartía entre las disciplinas académicas y los deportes, especialmente el rugby. Fue el primero del colegio a finales de 1905, cuando se hizo amigo de Christopher Wiseman. Con él y otros dos compañeros más del King Edward’s, Robert Gilson y Geoffrey Smith, fundó un club cuyas reuniones diarias se llevaban a cabo después de clase en la biblioteca o en un café llamado Barrow’s Stores. Dudaban entre llamarse el Tea Club o la Barrovian Society (por Barrow’s Stores). Después de una interminable discusión decidieron juntar ambos nombres y llamarlo Tea Club Barrovian Society. Eran alumnos brillantes que en sus reuniones leían fragmentos del Beowulf o de Sir Gawain el Caballero Verde y hablaban sobre las noticias del momento, o debatían acerca de sus descubrimientos en temas de libros y arte. Cada uno de estos cuatro muchachos que charlaban mientras tomaban una taza de té, demostraban una gran confianza en sus capacidades intelectuales y cada uno ya había empezado a encontrar su camino. Fue en ese momento en el que Tolkien comenzó a meditar en la posibilidad de ser escritor. Su primera poesía conocida, El Viaje de Earendel, el Lucero de la Noche, relata la historia del marinero Earendel, y en ella comienza a mezclar la imaginación con elementos de la mitología escandinava.
Después de un largo noviazgo, disputas sobre religión, un duro tira y afloja con el padre Morgan, se casó en 1916 con Edith Brett y tuvieron tres hijos y una hija. Su experiencia en la batalla del Somme durante la Primera Guerra Mundial lo marcó para siempre y volvió enfermo a Inglaterra. En 1918 dejó el ejército y obtuvo su primer empleo como filólogo para el New English Dictionary, actividad que complementaba con clases particulares. En 1920 consiguió una plaza de profesor auxiliar de lengua inglesa en Leeds y, con el director del Departamento de Inglés, trabajó en una nueva edición del poema Sir Gawain, el Caballero Verde. En 1925 Tolkien fue elegido para ocupar precisamente el cargo que más codiciaba: la cátedra de anglosajón en Oxford. La capacidad de gran comunicador, las cualidades de actor, una cierta pedantería y la soltura para pronunciar discursos que demostraba ante su auditorio, hacían de Tolkien un buen docente. Aunque ser catedrático en Oxford daba prestigio social, el sueldo era poca cosa y, para incrementarlo, no tenía otra opción que corregir exámenes del School Certificate (Certificado Universitario), una tarea muy ardua que desempeñó durante casi veinte años.
INSPIRACIÓN PARA LA LEYENDA. El motivo de Tolkien para idear el mundo de la Tierra Media que aparece en sus obras, debe buscarse en su deseo de crear una "mitología para Inglaterra", que surgió al comprobar que la literatura de ese país no contaba con nada a ese respecto que pudiese considerarse puramente autóctono. Sólo había fragmentos inconexos de leyendas relacionadas con el Rey Arturo y poco más. Junto al impulso por llenar un vacío literario significativo, Tolkien se sentía capacitado, por su formación, para desarrollar este tipo de historia épica. Era un apasionado estudioso de las lenguas antiguas, de las culturas de Islandia, Escandinavia y Europa Central y de las leyendas de esos países como la Prose Edda, el poema épico Beowulf o las fábulas mitológicas del Kalevala, la epopeya finlandesa. A partir de las lenguas antiguas, Tolkien comprendió claramente el concepto de mito y vislumbró cómo éste podía convertirse en un importante documento cultural: el estudio de un idioma supone en realidad analizar toda una cultura. Fue entonces cuando vio la oportunidad de estructurar su propia mitología y desarrollar una cultura imaginaria, un mundo ficticio que tuviera sus raíces en el lenguaje de los habitantes de ese universo fantástico. Por lo tanto, el punto de partida de su epopeya es el lenguaje y en particular los idiomas de los elfos.
En el siglo XIX, la ciencia ficción que utiliza en sus obras argumentos científicos y futuristas, va separándose de la ficción fantástica. Uno de los autores de este género más importantes de la época, el noble irlandés Lord Dunsany (que escribió La hija del Rey de Elfilandia y unos setenta libros más) lo definió: "más allá de los campos conocidos", refiriéndose así a mundos donde todo era prácticamente posible y en los que no siempre se daban por válidas las leyes habituales del universo terrenal. Sin embargo Tolkien no sentía por su obra nada especial pero valoraba de manera positiva la influencia que tuvo sobre él William Morris. Este brillante y polifacético inglés nacido en 1834, a los siete años manifestó un desmedido entusiasmo por todo lo relacionado con la Edad Media, la caballería, los caballeros andantes y las hazañas heroicas. Posteriormente Morris mezcló todo lo medieval con elementos de la mitología antigua para escribir novelas como Sigurd el Volsung (1888) y El Bosque Debajo del Mundo (1894). Indudablemente, Morris es el precursor directo de Tolkien y de su estilo sobrio. Aparte de Morris, también le gustaban Jonathan Swift y Walter Scott, le atraía la ciencia ficción de H.G. Wells y Julio Verne, conocía perfectamente a Chaucer, y en cuanto a Shakespeare, no le interesaba mucho, ni tampoco los autores "modernos". El escritor inglés Eric Rucker Eddison, contemporáneo de Tolkien, optó por la ficción fantástica casi al mismo tiempo que él. En 1922 publicó El gusano Ouroboros, una novela donde el protagonista es llevado a un mundo imaginario y allí se involucra en un conflicto entre tribus rivales.
Durante varios años Tolkien fue ampliando los temas esbozados en El Viaje de Earendel, el Lucero de la Noche. Para ello utilizó lo que el llamaba su absurdo lenguaje de las hadas: la base de un sistema lingüístico muy versátil, que se convertiría en las dos lenguas de los elfos: el Quenya (o Alto Elfino) y el Sindarin. Combinando perfectamente ambos elementos (las aventuras y el lenguaje) empezó a surgir de manera paulatina la mitología de la Tierra Media y las Tres Edades.
LOS INKLINGS. El escritor Clive Staples Lewis, muy conocido en esa época, es autor de más de cuarenta libros que en su mayoría tratan sobre apología cristiana, aunque también incursionó en otros géneros, como en el fantástico con Crónicas de Narnia y en la ciencia ficción con Fuera del planeta silencioso. Ya al conocerse, Tolkien y C. S. Lewis tenían bastante en común. Por ejemplo: habían luchado en las trincheras, eran apasionados del lenguaje, les entusiasmaba la mitología escandinava y la literatura en inglés antiguo y ambos eran profesores de materias similares. Se hicieron muy amigos y compartían ese tipo de camaradería que habían iniciado cuando eran escolares, ese mundo de hombres muy importante durante la Primera Guerra Mundial. Su amistad se enriqueció por poseer una formación intelectual similar y por las cautelosas críticas que se hacían sobre sus respectivos trabajos literarios, aunque a veces el ambiente se crispaba con el tema de la religión.
Cuando Tolkien formó un grupo para leer textos islandeses, al que llamó los Coalbiters (del islandés: los que se acercan tanto al fuego que muerden el carbón) invitó a Lewis, que poseía escasos conocimientos de ese idioma, a participar en él. A pesar del objetivo inicial, este tipo de clubes era sobre todo un pretexto para reunirse con los amigos, beber cerveza y dejar atrás los problemas del trabajo. A comienzos de los treinta, una vez cumplido su fin y leídas las sagas islandesas, el grupo se disolvió y tanto Tolkien como Lewis se integraron en otro club literario, los Inklings (Ink: tinta; ling: sufijo despreciativo). Se reunía una vez a la semana, primero en al apartamento de Lewis pero también lo hacían en el pub The Eagle and Child. En 1939 se unió al grupo Charles Williams, que tenía fama de arrogante y por quien Tolkien no sentía simpatía alguna, ni como persona ni como escritor. Cuando Williams murió, la amistad con C.S. Lewis se fue deteriorando por razones muy complejas. Entre ellas, que Tolkien era muy celoso, posesivo con los amigos y si estos lograban el éxito, les guardaba rencor.
REFLEJOS DEL MUNDO. Como modelo para los hobbits, Tolkien utilizó un tipo de ingleses (hombre y mujer) casi extinto, algo así como una caricatura de la clase media anterior a la Segunda Guerra Mundial. Bilbo Baggins, al igual que él, es un inglés de clase media que desconfía del progreso y de la innovación. También incorpora personajes similares a gente que conocía como es el caso de sus parientes de Birmingham, los estudiantes de Leeds, o los reclutas de las trincheras. La aparición de El Hobbit se produjo en una época problemática. A comienzos de 1937 los aires de la guerra volvían a Europa. En primavera, la ciudad vasca de Guernica fue destruida por la aviación nazi. En septiembre los japoneses asolaron Shanghai, donde murieron varios miles de personas. Tal vez esa fuera la causa del éxito de El Hobbit: daba una realidad alternativa, un mundo que parecía "real" por su violencia e intriga, por la presencia del bien y mal sin embargo, todo sucedía en un universo que desconocía los bombardeos, los cañones, los tanques.
El comienzo de El Señor de los Anillos es como la continuación de El Hobbit. La historia se centra en las fuerzas del bien de la Tierra Media que es una versión distorsionada de la Tierra y de los países en los que transcurre la acción. Cuando a Tolkien se le preguntó sobre la geografía de la Tierra Media respondió: "Rhûn es la palabra elfina para Oriente, Asia, China, Japón y todo lo que los occidentales consideran como lejano, remoto. Y al sur de Harad está Africa, los países cálidos". Y al sugerirle que la Tierra Media podría ser Europa, Tolkien replicó: "Sí, claro Europa noroccidental que es de donde procede mi imaginación". Mordor, estaría más o menos por los Balcanes.
A finales de 1947, había terminado de escribir su mitología. Dedicó los dos años siguientes a reescribir partes íntegras y a agregar secuencias explicativas para conformar una unidad bien sólida. Finalmente, en 1949, se obligó a sí mismo a concluir el trabajo. En agosto de 1954 La Comunidad del anillo llegaba por fin a las librerías.
Lo destacable de esta biografía de Michael White es la forma en que hilvana la vida de Tolkien con la gestación de su obra, su pensamiento y su actitud frente al mundo. Considera que Tolkien se sirvió de El Señor de los Anillos para atacar todo lo que más odiaba: los defensores de la tecnología, y de la modernización, los contaminadores y los consumidores insaciables. Creó un mundo alternativo tremendamente creíble, sin tecnología y plasmó en toda su obra su propio carácter a través de los temas subyacentes: el poder del heroísmo, la importancia de la honestidad, la lealtad, la superioridad de la Naturaleza frente a la tecnología, la lucha entre el bien y el mal como dinámica integral del universo. Un aspecto decisivo proviene de la experiencia en la guerra, la convicción de que el costo de la victoria es muy alto y siempre supone una parte de fracaso. Con este criterio, todos los hechos que ocurren en la Tierra Media lo hacen dentro de una atmósfera de tristeza, fragilidad y limitación.
A Tolkien la gloria le llegó con El Señor de los Anillos, cuando ya había pasado los sesenta, estaba a punto de jubilarse y deseando concluir Silmarillion, el libro en el cual había centrado su energía creadora durante cuarenta años. En muchos sentidos Tolkien había sido viejo antes de tiempo: de joven se complacía con ideas pasadas de moda que conservó hasta el final. Falleció el 2 de septiembre de 1973.
TOLKIEN. Biografía de Michael White. Ediciones Península, Barcelona, 2002. Distribuye Océano, 286 págs.
Antiguas leyendas inspiradoras
EL PROSE EDDA constituye una de las dos partes de los Edda, la otra es el Poetic (antiguo) que conforman el conjunto de la antigua literatura islandesa. El Prose Edda se debe al caudillo, poeta e historiador islandés Snorri Sturluson que lo escribió alrededor de 1222-1223. Consta de un prólogo y tres partes. En las dos primeras se instruye a los jóvenes poetas en las técnicas de escribir los distintos tipos de versos de aquella época. En la tercera, un rey visita la morada de los dioses donde estos le comentan los mitos sobre sus aventuras, el comienzo del mundo, y el destino de todos.
El Beowulf fue escrito en el año 700. Es un poema anónimo donde el héroe, Beowulf, libera a los daneses del monstruo Grendel pero es degollado cincuenta años después, mientras intenta salvar a su propia tribu de un dragón que echa fuego por la boca. Posiblemente la leyenda proviene del folklore escandinavo y fue escrita poco después de la llegada del cristianismo a esos países, motivo por el cual en ella se mezclan elementos paganos y cristianos.
El Kalevala mantiene grandes similitudes con la leyenda creada por Tolkien. Recopilado en forma poema de la tradición oral finlandesa (baladas, canciones y conjuros), tiene por lo menos 2000 años. Kalevala es el nombre poético de Finlandia, significa "tierra de héroes" y es la morada de los personajes más importantes del poema. El jefe de los "hijos de Kaleva", es Vinmöinen, un adivino anciano y poderoso de origen sobrenatural, diestro ejecutante de kantele (especie de arpa). Entre los principales episodios se encuentran: la creación del mundo y los viajes de algunos de los personajes en los que deben afrontar innumerables peligros.
Sir Gawain el Caballero Verde es un poema anónimo del siglo XIV. Se trata de una historia romántica que gira arededor de un hechizo y se desarrolla en la época de los caballeros andantes del Rey Arturo. El héroe es Sir Gawain, un cristiano devoto, humanamente imperfecto, vencedor en la lucha, capaz de resistir la tentación ante la mujer de su señor pero que claudica cuando le ofrecen invulnerabilidad.