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Biografía de un hombre bueno: Alejandro Atchugarry

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Mauricio Sabaj

Crisis del 2002 y más

Mauricio Sabaj trabajó sobre lo ya publicado y renovó los relatos con testimonios de colaboradores, adversarios y familiares del Ministro de Economía de la crisis del 2002.

Hoy son sexagenarios los que de veinteañeros pelearon por volver a la democracia. Recuerdan con gratitud a varios políticos que, sin llegar a presidentes, se ganaron el respeto de propios y ajenos: Wilson Ferreira Aldunate, Líber Seregni, Hugo Batalla. Pero es singular el caso del Dr. Alejandro Atchugarry (Montevideo, 1952–2017), que no fue candidato a la Presidencia, pese a lo mucho que le insistieron, para honrar la promesa de no postularse hecha a blancos y frenteamplistas cuando les pidiera apoyo durante los trece meses en que se desempeñó como Ministro de Economía y Finanzas, durante la “Crisis del 2002”.

El periodista Mauricio Sabaj hace una presentación completa del personaje, comenzando por el niño obeso y retraído que, aunque de adulto sería esquelético, no perdería nunca el perfil bajo y el tono tranquilo y respetuoso que, de modo paradójico, fueron sus mayores fortalezas en un ámbito tan agresivo como es el de la política. Adicto al trabajo, más por amor al deber que al dinero o al prestigio, la austeridad fue una de sus mayores virtudes, lo que lo hizo creíble y hasta querible para los uruguayos que lo vieron dejar el alma en el Ministerio, en jornadas de veinte horas, cuando era viudo reciente de Adriana Rubino, su único amor, y tenía tres hijos adolescentes por terminar de criar.

El autor explota muy bien las fuentes de prensa y los libros escritos sobre la “Crisis del 2002”, pero el fuerte de este trabajo es el puzzle que Sabaj arma en base a entrevistas y testimonios de familiares, colaboradores, correligionarios y adversarios del “Flaco”, que sin dejar de incluir visiones críticas ni de marcar posibles errores de gestión, convencen de que fue un ser humano ejemplar. En palabras de José “Pepe” Mujica: “Atchugarry era un hombre bueno, en el buen sentido de la palabra, como dice Don Antonio Machado (…). Y por esa sensación de buena persona que genera, te crea, como contrapartida, que nunca lo podés traicionar”.

Afean este libro valioso algunas erratas serias —definir AFE como “Asociación de Ferrocarriles del Estado”, en vez de Administración, y otras por ese estilo—, que más que al autor habría que imputárselas al creciente descuido por la corrección de pruebas que campea, de un tiempo a esta parte, en el ámbito editorial. Sería bueno corregirlas en futuras ediciones.

ALEJANDRO ATCHUGARRY: EL HÉROE IMPROBABLE, de Mauricio Sabaj. Planeta, 2022. Montevideo, 392 págs.

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