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No al entrevero

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El gobierno nacional ha impulsado una política de tolerancia -sin atender la sostenida acción derrotista de la dirigencia sindical propietaria del viejo Frente Amplio- y viene encarando según datos indiscutibles, con resultado positivo a graves desafíos. Como la pandemia, la guerra de Ucrania, la pulverización de la economía y el peso argentino, la crísis de China y actualmente la feroz sequía que castiga con rigor a la producción fundamental del país. Hechos que castigan al diario vivir de la gente.

“Good news no news” (“la falta de noticias es una buena señal”) reza una máxima de raíz anglosajona que rige al periodismo en todas su formas. Debe completarse con otra que dice ”no hay mejor noticia que la mala noticia”. Es la que vende. Esta última explica que hechos que encuadran dentro del comentario introductorio se diluyan en el éter mientras las pitonisas del desastre tienen tinglado amplio en los medios de comunicación. A la suma de accidentes y crímenes suma cotidianamente en la “información” la abusiva presencia de personajes con mensajes tóxicos. Son monocordes: “todo está mal y es culpa del gobierno”. Daré un testimonio ilustrativo personal de mi última atención a un informativo televisivo nacional. Durante unos 25 minutos -avisos de por medio- se sucedieron ante cámaras Pereira, Abdala y Orsi. Una nada discursiva que ataca a la paz del hogar. Ejercicio de inteligencia cero que para su digestión exige el estómago de un rinoceronte.

El rosario de la crítica es infinito. Empezó con el Covid cuando se pedía el encierro total del pueblo y sugería la importación de la vacuna rusa Sputnik que hasta hoy no tiene reconocimiento internacional. Continuó con la oposición a la LUC queriendo incluso negar protección física al personal policial y acortando camino llega a nuestros días con una negación desencajada de la realidad de una temporada de verano exitosamente iniciada con un movimiento turístico que registra abigarrada presencia de cruceros y visitantes extranjeros. Alegría para centenares de miles de uruguayos y divisas que entran al país. Ya que cuando se corta un churrasco el turista que lo consume está pagando a una cadena que va desde el personal y el dueño del comercio, pasando por muchos servicios como fletes y carnicerías, hasta llegar al establecimiento y el peón de campo que luchan hoy por encontrar una aguada para el ganado.

Tras perder las elecciones el partido sindical actual no lo asumió como corresponde en una democracia que supone la rotación de las organizaciones partidarias en el poder. Y, desde el vamos puso una piedra tras otra en el camino a la nueva administración y la República, con una meta obsesiva: las próximas elecciones nacionales.

Es heredera directa de las experiencias comunistas y socialistas fracasadas universalmente. Hoy disimuladas bajo el disfraz del “populismo” continental con propuestas de unidad latinoamericana inviables. Debiendo de advertirse que cuando aquí se dice “socialismo” no se alude a las expresiones varias de las social democracias europeas, que en última instancia están vivas en las realidades liberales que en nuestro país han construido históricamente los partidos tradicionales. Sino a las del paredón. Hay quienes “científicamente” promueven al viento hay que entreverar todo y decir todo da igual. Cuando llegue el tiempo electoral será la hora de no ceder un tranco de pollo al entrevero.

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Ricardo Reilly Salaverri

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