El voraz rumbo recaudador

En estos días muchos montevideanos se han desayunado con un nuevo mazazo propiciado por la Intendencia de Montevideo. Es que comenzaron a llegar los recibos de la primera cuota de la contribución inmobiliaria. Y vaya sorpresa, los aumentos llegan a superar el 40 y hasta el 50 por ciento.

El incremento fue aprobado el año pasado por la Junta Departamental con los votos del Frente Amplio. Según el gobierno de la ingeniera Carolina Cosse, el aumento fue dispuesto para hacer carne aquellos de que “pague más el que tiene más”. Claro que a cambio no se ofrece nada, simplemente se expolia al ciudadano. Y uso el término expoliar basándome en la definición que del mismo trae el Diccionario de la Real Academia Española: “despojar algo o a alguien con violencia o con iniquidad”.

Usted dirá qué otra cosa se puede esperar de la Intendencia de Montevideo que desde 1990 es gobernada por el Frente Amplio. El FA no ha hecho otra cosa a lo largo de estas tres décadas y tres años ininterrumpidos , que castigar a los contribuyentes con aumentos permanentes de impuestos. O como en la administración pasada, instalando radares por toda la ciudad con el afán de seguir alimentado sus arcas para financiar una burocracia gigantesca y las campañas electorales de los intendentes de turno.

A cambio de los cuantiosos impuestos, tasas y multas que cobra, tenemos una ciudad mugrienta, descuidada, con un pésimo servicio de transporte, con barrios emblemáticos como la Ciudad Vieja transformados en tugurios por los que no se puede transitar apenas se oculta el sol.

¿Se ha preguntado usted qué obra de real importancia se ha hecho en Montevideo en los últimos treinta años? Durante todo ese tiempo pasaron por el Palacio Municipal Tabaré Vázquez (1990-1995), Mariano Arana (1995-2005), Ricardo Erlich (2005-2010), Ana Olivera (2010-2015), Daniel Martínez (2015-2020) y Carolina Cosse (2020).

Lo cierto que la justicia social que el FA pregona, implica que un comerciante de Pocitos que tiene un mini mercado y le da trabajo a siete personas, deba pagar por cada cuota de contribución inmobiliaria de su local $ 40.000 más que en 2022, es decir $ 120.000 al año. ¿Será una cajetilla, como se refería José Mujica a los pocitenses? O que el propietario de un apartamento de 120 metros cuadrados y sesenta años de antigüedad en el Cordón pase de pagar $ 10.000 por cuota a $ 17.000. Un oligarca, según Graciela Villar.

También hay muchos casos en Carrasco y Punta Gorda, donde los incrementos promedian el 40 por ciento y llegan hasta el 50 por ciento. Por si no lo saben, hay zonas de Carrasco sur que no cuentan con saneamiento y tampoco la actual administración proyecta construirlo.

Por este ajuste, la Intendencia va a recaudar este año $ 650 millones, algo más de U$S 16 millones. Los jerarcas municipales han dicho que este monto se redistribuirá y se destinará a bajar la contribución a los padrones de menor aforo. Esto -si sucede- se concretaría en 2024, casualmente año electoral.

Cosse un día sí y otro también habla de un país sin rumbo. Sí queda muy claro cuál es el rumbo y la razón de ser del gobierno de Montevideo: recaudar, recaudar, recaudar. Se sabe las campañas electorales son carísimas.

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Diego Fischer

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