Durante todo el mes de julio se realiza la campaña “Julio Amarillo”, una iniciativa internacional que procura informar y generar conciencia sobre el sarcoma, un tipo de cáncer poco frecuente pero con alta mortalidad, que afecta principalmente al tejido conjuntivo, es decir, el que sostiene y conecta los diferentes órganos del cuerpo.
En Uruguay, este tipo de cáncer provoca más de 80 muertes por año y requiere mayor conciencia pública, tanto para favorecer un diagnóstico precoz como para asegurar un tratamiento adecuado.
El objetivo de “Julio Amarillo” es la enseñanza, promoción y educación los sarcomas. “Se busca informar a los pacientes y a los colegas”, detalló Nicolás Casales, médico, presidente de la Sociedad Uruguaya de Ortopedia y Traumatología y referente en el tratamiento de tumores músculo-esqueléticos.
“Es una patología que en nuestra formación como médicos generales no se profundiza con detalle. Dentro de la especialidad, se genera una subdisciplina: la ortopedia oncológica. Somos los traumatólogos quienes más nos dedicamos a esta patología, incluso en el mundo”, explicó.
En Uruguay, según datos del Registro Nacional del Cáncer, se diagnostican en promedio 147 casos anuales de sarcomas óseos y de partes blandas, y se registran 86 muertes al año vinculadas a estos tumores. Aunque representan apenas el 1% de los cánceres en adultos, en la población pediátrica su prevalencia puede alcanzar hasta el 25% de los casos oncológicos, lo que evidencia la necesidad de detección precoz y tratamiento adecuado.
Casales señaló que, a diferencia de la percepción popular, los traumatólogos oncológicos no tratan únicamente huesos: “Desde el punto de vista de la ´vox populi´, parecería que el traumatólogo se encarga solo de los huesos. Pero atendemos más cantidad de tumores de partes blandas que de hueso”, aclaró. Esto se debe a que los sarcomas tienen predilección por zonas ricas en tejido conjuntivo, como los miembros superiores e inferiores y la columna vertebral.
Uno de los mayores desafíos en torno al sarcoma es su diagnóstico precoz. Muchos de estos tumores se presentan como bultos indoloros que crecen lentamente, lo que puede llevar tanto a los pacientes como a los profesionales no especializados a subestimar los síntomas. “Con frecuencia se piensa que se trata de un golpe, un hematoma o un lipoma, que es un tumor benigno. Pero si ese bulto supera el tamaño de una pelotita de ping pong y sigue creciendo, hay que sospechar”, advirtió el especialista.
Síntomas.
En el caso de los sarcomas óseos, el dolor es una señal de alerta. “Es un dolor en el hueso que no se calma con analgésicos comunes, que no permite dormir. Y desgraciadamente, se ve con más frecuencia en adolescentes, por lo que es clave prestar atención”, explicó.
El desconocimiento sobre el sarcoma también afecta a los profesionales de la salud. Según Casales, uno de los objetivos de la campaña es también “la enseñanza, promoción y educación sobre estos tumores raros”, tanto dentro como fuera del ámbito médico. En este sentido, se vuelve indispensable fortalecer el sistema sanitario para canalizar adecuadamente los casos sospechosos.
“Esta patología debería ser tratada en un centro de referencia”, dijo. Si bien el marco legal para su creación ya fue aprobado, aún falta instrumentarlo. Desde hace más de una década, Casales trabaja en la Unidad de Patología Oncológica Músculo Esquelética (Upome), un equipo multidisciplinario que funciona en la Universidad de la República junto a ASSE, con el objetivo de consolidar un centro nacional específico para el tratamiento de sarcomas. “El centro de sarcomas es uno de los proyectos en los cuales deberíamos pensar hoy en día para centralizar esta patología”, aseguró.
El impacto emocional del sarcoma también deja huella en quienes lo tratan. El profesional destacó el aprendizaje que dejan los pacientes: “Tienen una tenacidad y energía increíbles, que muchas veces nos enseñan a nosotros tanto como la medicina misma”.
“Julio Amarillo” busca derribar el desconocimiento que rodea a esta enfermedad. La clave está en difundir los síntomas y promover el acceso a diagnósticos oportunos. Como destacó Casales, es necesario tener un alto índice de sospecha: si un bulto crece y persiste, o si un dolor óseo no cede y afecta el sueño, hay que consultar. La detección temprana puede marcar la diferencia.