Regulá el azúcar y fortalecé tu sistema inmune con esta fruta tropical rica en vitamina C

Redacción El País
Aunque el término “superalimento” se usa con ligereza en muchos casos, hay frutas que realmente merecen ese título por su impacto positivo en la salud. Una de ellas es la guayaba, una fruta tropical de sabor dulce y aroma intenso que, además de ser deliciosa, aporta nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo.

Originaria de América, la guayaba forma parte de la alimentación habitual en muchos países de Centroamérica y Sudamérica, y desde hace años se ha incorporado a los mercados de todo el mundo.

En Uruguay se puede conseguir fresca, en conserva o en forma de jugo, y vale la pena incorporarla a la dieta por su perfil nutricional y sus efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular, la presión arterial, la salud inmunológica y el control de la glucosa en sangre.

Una de las virtudes más destacadas de la guayaba es su altísimo contenido de vitamina C: contiene más del triple que una naranja. Esto la convierte en una aliada natural para fortalecer las defensas, prevenir infecciones y mejorar la absorción de hierro. También aporta vitamina A, fósforo, potasio y hierro, minerales esenciales para la salud muscular y ósea.

Además de su pulpa, las hojas del guayabo también tienen propiedades medicinales. Con ellas se puede preparar una infusión que se utiliza tradicionalmente por su efecto antioxidante y antiinflamatorio, ideal para combatir los radicales libres y retrasar el envejecimiento celular.

Gracias a su contenido en potasio y a su efecto vasodilatador natural, la guayaba favorece la circulación sanguínea y ayuda a mantener la presión arterial dentro de valores saludables. También tiene un rol clave en la salud del músculo cardíaco y del sistema circulatorio en general, lo que la convierte en una buena opción para personas con hipertensión o con riesgo cardiovascular.

Otro de sus beneficios es su acción sobre el colesterol. Favorece la reducción del colesterol LDL (conocido como “malo”) y promueve la producción de colesterol HDL (“bueno”), que es el que ayuda a limpiar las arterias.

Foto: Freepik.

El consumo de guayaba puede ser de ayuda en el control de la glucosa en sangre, especialmente en personas con tendencia a la hipoglucemia o con resistencia a la insulina. Su aporte de fibra ralentiza la absorción de los azúcares, lo que contribuye a mantener niveles más estables en el torrente sanguíneo. Además, mejora la eficiencia de la insulina al trasladar la glucosa hacia las células.

La guayaba se puede consumir cruda, en jugos, batidos, mermeladas o incluso como base de postres.

El té de hojas de guayaba es muy sencillo de preparar: se colocan un puñado de hojas frescas o secas en un litro de agua hirviendo y se deja hervir durante unos cinco minutos. Luego se retiran las hojas, se deja reposar unos minutos y se puede beber tibio o frío. Esta infusión es ideal para quienes buscan mejorar su digestión, reducir la inflamación o complementar una dieta enfocada en el control del azúcar.