Redacción El País
Una investigación desarrollada por científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) alertó sobre los efectos poco conocidos de las lámparas LED utilizadas para el secado de esmalte semipermanente.
Según los resultados publicados en la revista Chemical Research in Toxicology, estas lámparas emiten radiación que modifica químicamente moléculas presentes en la piel, incluyendo la enzima tirosinasa, responsable de la producción de melanina.
El estudio comenzó hace cuatro años, impulsado por la curiosidad de la investigadora María Laura Dántola (INIFTA, CONICET-UNLP) al notar el uso extendido de manicuras permanentes entre sus estudiantes. La accesibilidad y la facilidad de uso de estos kits domésticos, que emplean lámparas LED UVA, motivaron al equipo a analizar qué efectos podría tener su exposición frecuente sobre la piel.
La investigación mostró que con solo cuatro minutos de exposición —lo que dura una sesión típica de secado— se producen alteraciones en diversas moléculas cutáneas. Mariana Serrano, otra de las investigadoras del proyecto, explicó que estas modificaciones afectan funciones biológicas esenciales, al generar compuestos que absorben más luz y desencadenan daños en lípidos y proteínas.
Estas transformaciones se asocian con fenómenos como la fototoxicidad o la fotoalergia, que pueden derivar en reacciones inflamatorias, hipersensibilidad e incluso aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer de piel. El ejemplo más preocupante es el impacto sobre la tirosinasa: al alterar su función, la piel pierde parte de su capacidad natural de defensa frente a la radiación ultravioleta.
Según Germán Vignoni, otro de los autores del estudio, los efectos detectados son comparables a los que produciría la exposición solar intensa en horas del mediodía durante la primavera. Ante estos hallazgos, los especialistas subrayan la necesidad de advertencias en los envases de estos productos, además del uso de protección como guantes o bloqueador solar.
Los investigadores no buscan generar alarma, pero sí fomentar un uso informado y responsable. “Las personas deberían poder decidir con conciencia sobre su exposición, sabiendo que estos dispositivos, aunque prácticos, no son inocuos”, concluyen.