Stephany Guzmán/El Tiempo GDA
Por miedo a padecer una infección urinaria, muchas mujeres optan por colocarse en posición de cuclillas para orinar en baños públicos. Sin embargo, poco se habla de la tensión que se genera en los músculos del piso pélvico que, con el paso del tiempo, se ven seriamente afectados.
Este tipo de esfuerzos ocasionan cierto estrés en la cintura, lo que dificulta que la orina fluya con facilidad e implica que la mujer puje con fuerza para que el fluido salga rápidamente.
En ese sentido, la presión que realiza hacia abajo mientras se está en esa posición, puede ocasionar un prolapso de los órganos pélvicos del cuerpo, es decir, que estos sufren un desplazamiento anormal hacia abajo, dejando un abultamiento como resultado.
Además, la postura de cuclillas no evita del todo la aparición de infecciones urinarias, de hecho, aumenta el riesgo de que el tracto urinario se enfrente a una de las más comunes, la cistitis.
¿Cuál es la forma correcta de ir al baño?
Al momento de ir al baño evitá orinar de pie o de cuclillas, ya que el periné, debe poder relajarse y contraerse a demanda. Una manera de comprobar que no está esforzando el piso pélvico, más de lo debido, es que al momento de contraer la parte baja de su cuerpo, no debe haber ningún cambio de presión en los glúteos.
A partir de esto, la forma correcta en la que se debe orinar es sentada, por lo que es necesario que mantenga la espalda recta, la mirada al frente, relaje su abdomen y deje que la orina salga.
En caso de que esté en un espacio público y deba dirigirse al baño, en lugar de ponerse en cuclillas, es recomendable que limpie el inodoro con papel higiénico antes de sentarse para que sentirse cómoda.
Si esto no es una opción viable, puede intentar colocar el papel sobre el asiento para forrar el sanitario.
Por otro lado, recuerde respetar la llamada de su cuerpo, pues generalmente este le avisara cuando sea momento de evacuar, así que procure no aguantar hasta que ya no pueda más, debido a que su vejiga y riñones pueden verse afectados.
Otra práctica que puede perjudicar su salud es el ‘stop-test’, que se da cuando empieza a orinar, para por unos segundos y vuelve a retomar la acción. Esta interrupción voluntaria del líquido altera la frecuencia de reflejos del piso pélvico.