Redacción El País
Las sábanas y almohadas acumulan sudor, células muertas, aceites corporales y ácaros del polvo, convirtiéndose en un foco de riesgo para la salud respiratoria. Según expertos, lavar la ropa de cama con regularidad es clave para prevenir alergias, irritaciones e incluso infecciones graves.
¿Por qué es crucial el lavado frecuente?
Primrose Freestone, microbióloga clínica de la Universidad de Leicester (Reino Unido), explica que durante el sueño, las personas pierden cientos de células cutáneas, secretan aceites naturales y pueden producir hasta medio litro de sudor. Además, la piel humana alberga hongos y bacterias que se transfieren a las sábanas, agravando los riesgos de contaminación microbiana.
Aunque los ácaros del polvo en sí no son dañinos, sus heces contienen alérgenos que pueden empeorar afecciones como:
- Dermatitis
- Asma
- Rinitis alérgica
El peligro oculto: hongos patógenos
Uno de los mayores riesgos es la proliferación del hongo Aspergillus fumigatus, común en almohadas sucias, que puede causar infecciones pulmonares graves, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Señales de alerta
Freestone advierte que los siguientes síntomas podrían indicar una infección relacionada con la higiene deficiente de la ropa de cama:
- Dificultad para respirar
- Tos con sangre o mucosidad espesa
- Sibilancias
- Fiebre persistente
- Pérdida de peso inexplicable
- Fatiga extrema
La especialista insiste en cambiar las sábanas al menos una vez por semana y buscar atención médica si los síntomas respiratorios persisten más de tres semanas, ya que podrían reflejar una afección pulmonar seria.
Mantener la ropa de cama limpia no solo evita malos olores, sino que protege contra patógenos peligrosos.