The New York Times
Para prevenir las cardiopatías y otros problemas graves de salud, es fundamental medir y controlar el colesterol. Saber cuándo hay que hacerse la prueba y qué indican los resultados puede ser abrumador.
¿Hasta qué punto es perjudicial para la salud el “colesterol malo”? ¿Deberías preocuparte si tu colesterol total está a punto de ser demasiado alto? ¿Y qué tanto podés reducir tus niveles cambiando tu dieta o haciendo ejercicio?
Les preguntamos a los expertos qué hay que saber sobre las pruebas y el control del colesterol.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es una sustancia grasa (también llamada lípido) que se produce en el hígado. Es esencial para producir membranas celulares, hormonas y otros elementos. Normalmente, el hígado genera todo el colesterol que necesitas. Pero algunos alimentos, como la carne y los productos lácteos, pueden aumentar el colesterol que circula por la sangre, por lo que es posible que te pidan que ayunes antes de hacerte una prueba de colesterol.
El colesterol tiene mala fama porque hay pruebas sólidas que relacionan niveles elevados con la acumulación de placa en las arterias y el endurecimiento de las paredes de los vasos sanguíneos con el paso del tiempo. En términos médicos, esto se denomina aterosclerosis. Con el tiempo, la acumulación puede bloquear el flujo sanguíneo que va hacia al corazón y provocar un infarto. Los trozos de placa también pueden romperse y desplazarse a otras partes del cuerpo, provocando un derrame cerebral.
La mayoría de las personas no presentan síntomas hasta que sus arterias están gravemente obstruidas. Por eso los médicos se fijan en los niveles de colesterol para detectar y tratar con anticipación los problemas cardiovasculares, señaló John Wilkins, profesor de cardiología.
¿Cuándo se necesita medir los niveles de colesterol?
Según la Asociación Estadounidense del Corazón, todos los adultos a partir de los 20 años deben revisar sus niveles de colesterol cada cuatro o seis años. Es posible que necesites revisiones más frecuentes si tenés algunos factores de riesgo, como hipertensión, diabetes o antecedentes familiares de cardiopatías.
Sin embargo, las cardiopatías también son cada vez más frecuentes entre los jóvenes. Algunas instituciones médicas recomiendan empezar a medir el colesterol entre los 9 y los 11 años, o a partir de los 2 años si hay antecedentes familiares de colesterol alto y cardiopatías. Tu médico puede ayudarte a decidir cuándo es el momento de hacerte la prueba.
¿Qué es lo que muestran las pruebas de colesterol?
El médico puede medir el colesterol mediante un análisis de sangre denominado lipidograma o perfil lipoproteico. Este mide el colesterol total, el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) y los triglicéridos, otro tipo de grasa que endurece las arterias y procede principalmente de los alimentos. Todos estos valores se expresan en miligramos por decilitro (mg/dl).
A veces, la prueba incluye la lipoproteína de muy baja densidad (VLDL), que transporta los triglicéridos a diferentes partes del organismo.
En algunos casos, el médico podría solicitar también una prueba de apolipoproteína B, o ApoB, que es la partícula que en realidad transporta el colesterol en la sangre. Según Stephen Kopecky, cardiólogo, esta prueba se considera un indicador más preciso del riesgo de infarto, sobre todo si las cifras de LDL son moderadas o ligeramente elevadas.
Hay un grupo de pruebas caseras que utilizan una muestra de sangre de un pinchazo en el dedo para comprobar el nivel de colesterol. Si usás una de estas pruebas, deberías consultar los resultados con un médico y, cuando sea posible, someterte a un examen presencial, porque se considera que es más fiable.
¿Cuáles son los niveles normales de colesterol?
Lo que se considera “normal” depende de varios factores. Los niveles de colesterol suelen aumentar con la edad. Los hombres por lo general tienen niveles más altos a lo largo de su vida, mientras que las mujeres suelen experimentar un aumento durante el embarazo o la menopausia. Algunos genes también pueden influir en la cantidad de colesterol que produce el organismo.
Quizá la cifra más importante sea el LDL, considerado el “colesterol malo” que se acumula en las paredes de las arterias. Para la mayoría de las personas, el LDL debe estar por debajo de 100 mg/dl, y cuanto más bajo, mejor.
Según el médico Douglas Jacoby, las personas con diabetes, placa acumulada u otros factores de riesgo de cardiopatía deben mantener el LDL por debajo de 70 mg/dl.
Los niveles elevados de triglicéridos también se asocian a un mayor riesgo de cardiopatías. Lo ideal es que estos niveles se mantengan por debajo de 150 mg/dl.
El HDL, también conocido como “colesterol bueno”, recoge el colesterol sobrante de las arterias y lo devuelve al hígado para que pueda ser eliminado del organismo. Por eso, los niveles más altos de HDL suelen considerarse mejores. Procura mantener el HDL por encima de 40 mg/dl, aunque superior a 60 se considera óptimo.
Sin embargo, cuando el HDL supera los 80 mg/dl en los hombres o los 100 mg/dl en las mujeres, es posible que pierda su función protectora y acelere la aterosclerosis, según dan a entender algunos estudios.
Cuando los niveles de LDL o triglicéridos se sitúan en una categoría “límite alto”, podría resultar más complicado evaluar el riesgo de enfermedad cardiaca. En estos casos, el médico revisará algunas cifras adicionales incluidas en el informe de la prueba, como el colesterol total, que se calcula sumando el HDL, el LDL y el 20 por ciento del nivel de triglicéridos.
Una medición aún más útil puede ser la cifra de colesterol no HDL, que sirve para indicar qué porcentaje del colesterol total está formado por LDL y otras partículas que obstruyen las arterias. Esta cifra no incluye los triglicéridos, por lo que refleja con mayor exactitud tu colesterol cuando comes con normalidad, en lugar de en ayunas para un análisis de sangre.
Los especialistas también pueden fijarse en el índice de colesterol, que es el colesterol total dividido por el HDL. Cuanto mayor sea este cociente, mayor será el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca.
¿Qué puedo hacer para bajar mi colesterol?
Comer más fibra soluble como legumbres, cereales integrales, semillas, fruta y verdura, podría ayudar a fijar el colesterol en el tubo digestivo y a eliminarlo del organismo. Algunos alimentos, como los frutos secos, la palta y los pescados grasos, también contienen grasas poliinsaturadas, que reducen el colesterol LDL en sangre.
Intenta limitar los alimentos ricos en grasas saturadas, grasas trans y colesterol, como la carne roja, la mantequilla y el queso, y elige mejor proteínas vegetales como la soja y alimentos mínimamente procesados.
Según Kopecky, si bien los efectos de estas opciones dietéticas sobre el colesterol varían de una persona a otra, pueden “reducir el riesgo de infarto, derrame cerebral o muerte en los tres meses siguientes” a la introducción de los cambios en la dieta.
Hacer ejercicio unos días a la semana puede reducir aún más los niveles de LDL y triglicéridos, al tiempo que aumenta el colesterol HDL, según Kopecky. Y estos cambios en el estilo de vida pueden beneficiar sustancialmente incluso a quienes necesitan medicamentos para reducir el colesterol.
¿Y los medicamentos?
El especialista puede recomendarte medicamentos para reducir el colesterol si ya has sufrido un infarto al miocardio o un derrame cerebral, o si una ecografía o angiografía muestra obstrucciones importantes en las arterias. El médico también podría considerar medicarte si tu colesterol LDL es igual o superior a 190.
Para la mayoría de las demás personas, los médicos toman en cuenta los niveles de colesterol en relación con la edad, los antecedentes familiares de cardiopatías, el hábito de fumar y otros factores antes de decidir si recetan un fármaco, señaló Wilkins.
Los medicamentos más recetados para el colesterol son las estatinas, que reducen el colesterol LDL. Tal vez haya que probar varias medicinas para encontrar la indicada y la dosis justa, añadió Wilkins, y la mayoría de las personas que las necesitan deben tomar estatinas de por vida. Suspender el tratamiento puede hacer que vuelvan a subir los niveles de colesterol y el riesgo de padecer una cardiopatía. “Nadie tiene riesgo cero”, dijo. “Pero se puede hacer mucho para mitigarlo”.