Con la llegada del frío, existen riesgos que no son tan habituales, pero que pueden ser frecuentes en temporada invernal. Uno de ellos tiene que ver con la picadura de abejas a perros y gatos. Le contamos qué hacer en caso de que esto suceda con su mascota.
Con el aumento de las lluvias, se incrementa la humedad del ambiente, lo que afecta directamente a las colmenas, haciéndolas más propicias a hongos o bacterias, y el riesgo de que las abejas resulten impactadas por las gotas de lluvia dificulta el vuelo. Por este motivo, buscan refugio en lugares que les provean un ambiente propicio para formar enjambres y protegerse. Además, la lluvia hace que las flores duren menos, ya que estas caen o se dañan más rápidamente, generando un estrés alimenticio en las abejas.
Todos estos factores hacen que las abejas estén en contacto más estrecho con las zonas urbanas y establezcan sus panales en casas o edificios, incrementando el riesgo de un encuentro con seres humanos y animales.
Tanto los perros como los gatos se ven atraídos por el zumbido de las abejas durante los paseos al aire libre e incluso dentro de casa. Esta curiosidad los hace propensos a sufrir picaduras en diferentes partes del cuerpo, principalmente en las patas, la boca, las orejas, los párpados y la cara.
Si bien las picaduras pueden parecer inofensivas, en algunas ocasiones pueden producirse reacciones graves que comprometen la salud del animal y requieren atención veterinaria de emergencia.
Para identificar que se trata de una picadura de abeja, debe observarse cuidadosamente el entorno. Una de las señales más evidentes es que, luego de olfatear flores o arbustos, o luego de juguetear con algún insecto, el animal vocalice o se queje. Existen algunas señales leves que pueden indicar que la mascota ha sufrido una picadura, como:
- Inflamación de la cara
- Dolor y enrojecimiento del área
- Inquietud
- Rascado frecuente con las patas o contra objetos
- Aparición de bultos en la piel
- Sacudidas de la cabeza
Ocasionalmente, perros y gatos pueden ingerir la abeja, y esta puede picar por dentro de la cavidad oral, lo que llevará a que el animal presente tos o arcadas, aumento de la salivación, sacudidas de la cabeza, y vómitos.
Cuando una mascota ha sido picada por numerosas abejas o cuando el animal es alérgico, se presentan reacciones exageradas que pueden manifestarse con decaimiento, debilidad general, dificultad para respirar, inflamación que se extiende más allá del lugar de la picadura, prurito intenso, coloración pálida de las encías y, en casos más graves, colapso.
Si sospecha que el animal de compañía ha sido picado por una abeja, la observación es clave para actuar a tiempo. En tal caso, debe:
- Retirar el aguijón.
- Reducir la inflamación. Con la ayuda de un paño limpio o una bolsa de hielo, debe aplicar frío en la zona afectada con intervalos de 5 a 15 minutos.
- No automedicar.
- Observación frecuente. Debe estar atento a cambios en la respiración, comportamiento o nivel de alerta. En caso de ver alteraciones, debe buscar ayuda veterinaria con prontitud. Normalmente, las reacciones intensas aparecen pasados 30 minutos de la picadura, pero, en algunas oportunidades, pueden presentarse hasta pasadas varias horas del accidente.
No existe una manera 100 por ciento segura de predecir que un animal tendrá una reacción severa, por ello, lo mejor es monitorear de cerca a la mascota para actuar ante cualquier señal de alerta.
Gabriel García, El Tiempo/GDA