Redacción El País
Mantener una rutina regular de sueño, con una hora fija para irse a dormir, podría convertirse en una estrategia efectiva para reducir la presión arterial en personas con hipertensión.
Así lo señala una investigación de la Universidad de Oregón, que comprobó que este pequeño cambio de conducta logra mejoras medibles durante el día y, especialmente, durante la noche. En nuestro país, donde la hipertensión es una de las afecciones crónicas más frecuentes en adultos, el hábito podría ser un complemento accesible, económico y sencillo.
Un cambio mínimo con impacto real
El estudio, publicado en la revista científica SLEEP Advances, evaluó a once adultos de mediana edad con hipertensión. La intervención fue simple: no se buscó dormir más horas, sino acostarse siempre a la misma hora, sin grandes variaciones nocturnas y evitando siestas. En una primera semana, los investigadores registraron los patrones habituales de sueño, mientras que durante las dos siguientes se pidió a los participantes respetar la misma hora de descanso.
La diferencia fue grande: la variación diaria de la hora de dormir pasó de unos 30 minutos a solo 7 minutos, demostrando un mayor orden del ciclo biológico. A partir de ese ajuste, se observaron descensos en la tensión arterial medidos mediante monitoreo ambulatorio de 24 horas, el método más fiable para captar variaciones entre día y noche.
Resultados clínicos relevantes
En promedio, los valores sistólicos bajaron 4 mmHg y los diastólicos 3 mmHg durante las 24 horas. Pero el impacto nocturno fue mayor: una reducción de 5 mmHg en la sistólica y 4 mmHg en la diastólica, cifras que los médicos consideran significativas para disminuir el riesgo cardiovascular.
Los investigadores explican que el beneficio proviene de una mejor sincronización circadiana. Cuando el organismo se acuesta siempre a la misma hora, recupera la “caída nocturna” natural de la presión –patrón protector– y estabiliza señales autonómicas vinculadas con el corazón y los vasos sanguíneos.
Tan efectivo como otras medidas de salud
Según el equipo, la magnitud del beneficio es comparable al que puede lograrse con reducir el consumo de sal o hacer ejercicio regular, conductas ampliamente recomendadas para quienes viven con hipertensión arterial. Además, la mitad de las personas superó el nivel de mejora considerado óptimo, lo que refuerza que se trata de un hábito simple de adoptar, sin costos y perfectamente compatible con medicación u otras medidas de estilo de vida.
La investigación también recuerda que otros estudios observacionales señalan que acostarse con más de 30 minutos de diferencia entre una noche y otra puede elevar el riesgo de desarrollar hipertensión en más de un 30%, probablemente debido a desajustes del reloj biológico.
Un recurso práctico, aunque con limitaciones
Como toda investigación de pequeño tamaño, el trabajo tiene restricciones: solo incluyó a once participantes y no tuvo grupo control. Sin embargo, el uso de monitoreo ambulatorio permitió detectar cambios que podrían pasar desapercibidos en controles de consultorio.
La conclusión es clara: fijar una hora de dormir y respetarla a diario puede convertirse en una recomendación segura, práctica y útil para el manejo y la prevención de la hipertensión, especialmente en adultos que ya buscan mejorar su bienestar sin medidas restrictivas ni intervenciones costosas.
En base a El Tiempo/GDA
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