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¿Estresada con la larga lista de autocuidados? "Hacé solo lo que funcione y dé placer” dicen especialistas

Muchas mujeres se sienten abrumadas con todo lo que hay que hacer para autocuidarse.

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Hay que hacer pila de cosas para estar bien. Tantas, que al final te sentís mal.
Foto: Commons.

O Globo - GDA
Tenés que hidratarte, dormir bien, comer de manera saludable, meditar, estar delgada, hacer ejercicio aeróbico, hacerte chequeos, ir a terapia, dormir ocho horas, encontrarte con amiga... Tenés que estar bien.

¿Un poco mucho verdad? En realidad, es demasiado. Para los expertos, el autocuidado, que debería ser una mirada generosa de las personas consigo mismas, especialmente las mujeres, puede estar convirtiéndose en otra carga más entre tantas obligaciones, como el trabajo y las demandas familiares.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que el autocuidado es la capacidad de individuos, familias y comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades y mantener el bienestar. Pero, ¿cómo surgió esta mentalidad?

La antropóloga Mirian Goldenberg, autora de más de 30 libros, cree que la idea de autocuidado surgió para compensar una sociedad cada vez más individualista.

“Algunas palabras entran de moda, como autoestima, estrés... Ahora es autocuidado, que creo que existe mucho debido a que las mujeres no tienen tiempo para cuidarse porque cuidan de todos. Pero podríamos quitar el "auto" y hablar sobre lo que es cuidado hoy. También es cuidar de quien cuida para que la persona no se estrese tanto. Cuidar el uno del otro sería lo ideal, pero eso ya no existe más, vivimos en una sociedad egoísta”, reflexiona.

Según ella, cuando se habla de autocuidado, el objetivo es, en general, la mujer misma: “Ellas cuidan de todos y nadie cuida de ellas. El autocuidado masculino es totalmente diferente. En primer lugar, los hombres no se cuidan, quienes cuidan a la gran mayoría de los hombres son las mujeres, que los llevan al médico, cortan las uñas, eligen la ropa. Ellos reservan sus preocupaciones para otras cosas.

La cuestión central es que lo que debería ser una mentalidad positiva termina convirtiéndose en otra forma de presión, como mucha gente viene sintiendo.

“El autocuidado es algo muy individual: correr y meditar puede ser bueno para uno, mientras que otro quiere descansar. Cada uno debe encontrar el suyo. Vemos estas reglas, pero no se puede generalizar. Hay que disminuir la voz externa y aumentar la voz interna porque solo tú sabes lo que te gusta y lo que cabe en tu rutina. Se queda mucho en el 'debería' y la persona deja de entender lo que tiene sentido para sí misma”, dice la psicóloga Julia Bittencourt.

Según ella, es importante tener un tiempo para uno mismo, prestar atención a la salud, disfrutar de pasatiempos, pero a veces, hacer una cosa al día por uno mismo ya es suficiente dentro de la rutina.

Sin embargo, la persona se exige hacer diez cosas que escuchó y no puede lograr: "Cuando se piensa en el comportamiento humano, siempre hay ese todo o nada. Antes, todos estaban ocupados, con trabajo, hijos, cumpliendo con una lista de verificación sin incluirse en ella. Surgió la idea de que necesitamos cuidarnos. Es importante, pero tal vez ha ido al otro extremo, beber agua con limón, hacer musculación, despertarse a las 5 de la mañana para meditar... La agenda de la salud está en alza y es esencial, pero no debe ir al otro extremo.

La propia Mirian Goldenberg, que enfrenta una situación personal difícil en este momento, cuenta que, incluso ante la presión de hacer musculación, continúa con sus caminatas diarias.

“El autocuidado para mí hoy no puede estar relacionado con otra obligación y trabajo. Camino todos los días, lo hago desde los 8 años, y siempre fue mi forma de elaborar pensamientos, mis sufrimientos. Esto para mí es autocuidado, no es algo que alguien me haya dicho. Tienes que hacer musculación... El 'tenés que', especialmente en los momentos en que más lo necesitas, se convierte en una nueva forma de presión y sufrimiento. Porque además te sientes culpable por no hacer lo 'tenés que'. El autocuidado es importante, pero es individual. No puede venir desde fuera”, explica.

La solución para esto la encuentra la antropóloga en la filosofía estoica: el principio básico es actuar al máximo y mejor en lo que tienes control y evitar que afecte tu vida lo que no tienes control. “Y, dentro de eso, vivir la vida de la mejor manera posible, tener una vida equilibrada. Pero va a pasar un montón de cosas; hay gente que se cuida al 100% y muere en un incendio o ahogada”, afirma Goldenberg.

Estética

Hace mucho tiempo que se escuchan críticas de que alguien, generalmente una mujer, está descuidada. ¿Está relacionado el aspecto estético con el autocuidado? No debería.

“Existe el autocuidado de la salud física, mental y espiritual, y existe el cuidado de la apariencia, que no llamaría autocuidado. Esta idea de que si no eres coqueta, no te cuidas. Llevo 30 años investigando a mujeres y he escuchado eso 200 veces. Lo nuevo es que, con la pandemia, las personas comenzaron a priorizar lo que es un cuidado real. La cuestión estética para algunas mujeres puede ser algo importante. Hay que comprender la lógica de cada persona, sin juzgar”, afirma la antropóloga.

“Cada una de nosotras decide lo que realmente es importante a pesar de la presión. No somos víctimas indefensas; la madurez es la autonomía de elección. Hay presión, pero no me hago las uñas; hay presión, pero no hago musculación”, completa.

Julia Bittencourt sigue la misma línea. ¿Hacerse las uñas, pintarse el cabello, hacer tratamientos faciales, estar delgada o bien vestida? ¿Cuánta presión externa hay para estar linda y cuánto es algo que te da placer o te hace bien? “La persona debe evaluar lo que le sirve a ella y lo que sirve al otro”, advierte.

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