Redacción El País
Este té japonés se ha consumido en Japón durante siglos y hoy es un infaltable en cafeterías y restaurantes internacionales. A pesar de su popularidad y de ser considerado un superalimento, estudios señalan que el matcha contiene taninos, compuestos naturales que interfieren con el hierro no hemo (proveniente de alimentos de origen vegetal). Esto puede dificultar que el cuerpo lo absorba de forma adecuada.
Según nutricionistas, quienes beben matcha todos los días junto con comidas ricas en hierro podrían notar una menor absorción de este mineral. Aunque no siempre lleva a una deficiencia, en personas vulnerables como veganos, vegetarianos, mujeres embarazadas o quienes ya padecen anemia, el efecto puede ser más significativo.
La Clínica Mayo explica que una baja ingesta de hierro puede reducir la producción de hemoglobina, dificultando el transporte de oxígeno en la sangre y causando cansancio y dificultad para respirar.
No obstante, los expertos remarcan que el problema se puede prevenir fácilmente. Para seguir disfrutando del té matcha sin comprometer la salud, recomiendan:
- Esperar al menos una hora entre el consumo de matcha y alimentos o suplementos ricos en hierro.
- Mantener un consumo moderado (una taza al día es una buena referencia).
- Incluir en la dieta alimentos ricos en hierro como verduras de hoja verde o tofu.
Además, el matcha ceremonial suele contener menos taninos que el matcha culinario, y preparaciones como el latte de matcha pueden reducir aún más este efecto.
Pese a esta advertencia, el matcha sigue siendo valorado por sus múltiples beneficios: aporta L-teanina, un aminoácido con efectos calmantes que, junto a su cafeína natural, brinda energía estable sin los nervios que provoca el café.
En conclusión, el matcha es una bebida saludable siempre que se consuma con moderación y se combine con una alimentación equilibrada.