Redacción El País
Los riñones, órganos fundamentales para la filtración y eliminación de toxinas del cuerpo, pueden verse afectados por la acumulación de calcio, generalmente en forma de cálculos renales.
Estos, más comunes de lo que se cree, suelen formarse cuando las sustancias en la orina no se disuelven correctamente, creando cristales que, con el tiempo, se convierten en piedras.
Factores que favorecen la formación de cálculos renales
El consumo excesivo de ciertos alimentos y hábitos inadecuados pueden alterar el equilibrio necesario para evitar la cristalización de minerales en los riñones.
Dietas ricas en oxalatos, poca ingesta de agua, un consumo elevado de sodio y la excesiva toma de suplementos son factores que, sumados a otros, incrementan las probabilidades de padecer cálculos renales. Estos, a menudo, causan dolores intensos, obstruyen los conductos urinarios y en casos graves requieren intervención quirúrgica.
Consejos prácticos para evitar la acumulación de calcio en los riñones
Aunque existen tratamientos médicos específicos para los cálculos renales, algunos cambios en el estilo de vida y la alimentación pueden contribuir a reducir la formación de piedras de calcio.
- Aumentar la ingesta de líquidos: Beber agua en abundancia es fundamental para diluir la orina y evitar la concentración de minerales. Se recomienda consumir entre 2 a 3 litros diarios de agua, con la opción de añadir jugo de limón, cuya acidez ayuda a prevenir la formación de piedras.
- Reducir el consumo de sodio: El exceso de sal en la dieta puede aumentar la excreción de calcio por los riñones. Es aconsejable evitar los alimentos procesados, conservas y snacks con alto contenido de sodio, buscando siempre alternativas más saludables.
Mujer en consulta médica. Foto: Freepik. - Incluir calcio de manera equilibrada: Es importante mantener una ingesta moderada de calcio a través de alimentos como lácteos y vegetales, ya que su deficiencia puede aumentar el riesgo de cálculos. No se recomienda el uso excesivo de suplementos de calcio sin la supervisión médica adecuada.
- Evitar el exceso de proteínas animales: Las carnes rojas y otros productos de origen animal, como mariscos y huevos, pueden aumentar la excreción de ácido úrico y calcio, lo que favorece la formación de cálculos. Moderar el consumo de estos alimentos puede ser una medida preventiva.
- Controlar los alimentos ricos en oxalatos: Algunos alimentos como las espinacas, la remolacha, el chocolate y ciertos frutos secos contienen oxalatos que, al combinarse con el calcio, pueden formar piedras. Reducir su ingesta es recomendable, especialmente si hay antecedentes de cálculos renales.
- Mantener un peso saludable: La obesidad y el sedentarismo son factores de riesgo para el desarrollo de cálculos renales. Llevar una vida activa y mantener un peso adecuado puede disminuir significativamente este riesgo.
- Consultar con el médico: Para quienes tienen antecedentes de cálculos renales o condiciones metabólicas que predisponen a su formación, es fundamental consultar al médico. El profesional puede recomendar tratamientos adicionales o medicamentos para reducir los niveles de calcio y ácido úrico en la orina.
La clave está en la prevención
Los cálculos renales de calcio son un problema común pero prevenible. A través de cambios en la alimentación, el consumo adecuado de líquidos y la moderación en algunos hábitos, es posible reducir las posibilidades de padecer esta dolorosa afección. Además, los controles médicos regulares permiten identificar riesgos a tiempo y asegurar que la salud renal se mantenga en óptimas condiciones.
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