Redacción El País
Varias vitaminas para la vista como la vitamina A, vitamina C, vitamina E —además de la luteína— desempeñan un papel clave en la protección ocular y el mantenimiento de la salud visual.
Algunas de estas vitaminas para los ojos son especialmente importantes en la edad adulta, ya que ayudan a prevenir cataratas y retrasar el deterioro ocular. Entre todos los nutrientes, la luteína destaca como un antioxidante esencial que no produce el organismo y que debe obtenerse a través de la alimentación.
Este carotenoide se acumula en la retina, contribuye al desarrollo visual desde el embarazo y puede ayudar a prevenir enfermedades como el glaucoma o la degeneración macular asociada a la edad. También se ha relacionado con beneficios para el sistema cardiovascular, el rendimiento cognitivo y la prevención de ciertos tipos de cáncer.
Luteína: un carotenoide esencial para la salud visual
La luteína es un carotenoide con propiedades antioxidantes que, según el portal especializado Healthline, protege frente al estrés oxidativo y la inflamación. El estudio AREDS (Age-Related Eye Disease Study) demostró que la combinación de luteína y zeaxantina redujo en un 25% los casos de degeneración macular avanzada tras cinco años de seguimiento con suplementos específicos.
La luteína se encuentra en altas concentraciones en la parte posterior del ojo, formando parte de los pigmentos maculares, lo que le permite actuar como barrera protectora frente a enfermedades como la retinopatía diabética, el ojo seco y otros trastornos visuales. Además, es fundamental durante el embarazo y la lactancia para favorecer el desarrollo visual del bebé.
Alimentos ricos en luteína y cómo aprovecharla
Las principales fuentes naturales de luteína son las verduras de hoja verde (como espinacas, kale y brócoli), el maíz, las uvas rojas, el trigo durum, los porotos y, sobre todo, la yema de huevo, donde su absorción es más eficiente gracias al contenido graso.
Al tratarse de un nutriente liposoluble, se recomienda consumirlo junto a grasas saludables (como el aceite de oliva o el aguacate) para mejorar su asimilación.
Si bien la mayoría de dietas aportan entre 1 y 3 mg diarios de luteína, los estudios más favorables sugieren un consumo de al menos 6 mg al día. También existen suplementos de luteína con zeaxantina, aunque los especialistas recuerdan que es posible alcanzar los niveles recomendados solo con una alimentación equilibrada. Antes de recurrir a un suplemento, lo ideal es consultar a un médico de confianza.