Redacción El País
La leche de camello constituye una fuente vital de nutrientes y ha formado parte de la dieta humana durante siglos, especialmente en regiones desérticas. Este alimento destaca por su riqueza en vitaminas, proteínas y grasas saludables.
Tiene diferencias significativas en comparación con la leche de vaca. La del camello contiene menos grasa saturada y más vitaminas C y B, calcio, hierro y potasio. Las proteínas de esta leche son distintas, lo que permite que las personas con alergia a la leche de vaca la toleren mejor. Además, posee grasas beneficiosas como los ácidos grasos de cadena larga, que promueven la salud del cerebro y el corazón.
El contenido de lactosa de la leche de camello es menor que el de la leche de vaca, lo que facilita su digestión para las personas con intolerancia a la lactosa.
Los beneficios para la salud de la leche de camello
La menor cantidad de lactosa hace que la leche de camello sea una opción viable para personas con intolerancia a la lactosa. Las proteínas únicas en la leche de camello también sugieren una menor reacción alérgica en personas propensas a alergias a la leche de vaca.
La leche de camello podría ayudar en la regulación de los niveles de azúcar en sangre y mejorar la sensibilidad a la insulina, especialmente en individuos con diabetes tipo 1 y tipo 2. Contiene proteínas similares a la insulina y cantidades beneficiosas de zinc, lo que podría contribuir a estas propiedades antidiabéticas.
Además, compuestos como la lactoferrina y las inmunoglobulinas en la leche de camello refuerzan la función inmune y aportan efectos antibacterianos, antifúngicos, antivirales y antioxidantes.
Este alimento puede ayudar a reducir ciertos niveles de enzimas hepáticas, favoreciendo así la salud del hígado. Además, podría beneficiar la función renal, promoviendo la curación de úlceras y la disminución de la inflamación en el revestimiento gástrico.
Estudios han demostrado propiedades anticancerígenas de la leche de camello, induciendo la muerte celular y el daño al ADN en las células de cáncer colorrectal y de mama.
La leche de camello podría aliviar síntomas de alergias como el eczema, por su capacidad para reducir la inflamación y mejorar la función del sistema inmune.
Por último, se está explorando el potencial de la leche de camellos en su aporte a condiciones de comportamiento y neurodesarrollo, incluyendo el autismo y enfermedades como el alzhéimer y el Parkinson.
Cómo incorporar la leche de camello en la dieta
La leche de camello puede agregarse a sopas, salsas, licuados y utilizarse en la producción de quesos, yogures y otros productos lácteos, aunque su disponibilidad puede ser limitada debido a la naturaleza exclusiva de la leche de camello. Hay opciones tanto de leche cruda como pasteurizada; sin embargo, se recomienda la leche pasteurizada para evitar la contaminación bacteriana.
Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.