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Estamos en época de uvas: algunos mitos y verdades sobre su incorporación a la dieta

Las uvas se caracterizan por su sabor dulce y este año no es la excepción: están sabrosísimas, ¿Las han probado?

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Ricas y saludables.
Foto: PublicDomainPictures.

Lorena Balerio *
Tal como ocurre con las bananas, esta fruta está rodeada de mitos y en consulta siempre despierta polémica, ya sea cuando se busca controlar el peso o si se trata de una persona diabética, aparece la duda, ¿puedo comer uvas?

Si bien las uvas tienen una alta carga de hidratos de carbono, no hay que demonizarlas. De cualquier tipo, tintas o blancas, siempre son una buena opción para incluir en una alimentación saludable. Para muchos esta fruta tan popular puede parecerse a un caramelo. Quizá por eso se le ha creado la mala fama de que engordan, pero tal como he comentado en notas anteriores, ningún alimento solo hace engordar, siempre hay que ver el todo de la dieta. Seamos autocríticos y analicemos realmente, ¿las frutas que comemos diariamente, pueden hacernos engordar?

Podemos comer de todo en su justa medida (siempre y cuando no haya patologías asociadas). En el caso de las uvas, te invito a que leas las propiedades que tiene esta fruta y terminemos con los mitos que la rodean.

Mito: son “una bomba de azúcar”

Se dice que son ricas en azúcar, por ejemplo, en 100 gramos que son unas 10 a 12 unidades, tienen alrededor de 20 gramos de carbohidratos, de los cuales mayoritariamente son fibra, y azúcares propios de la fruta.

Los carbohidratos aportan energía a nuestro cuerpo, pero el problema surge cuando hay un desbalance entre lo que ingerimos y la energía que consumimos con nuestra actividad diaria, porque si ingerimos más de lo que gastamos, a la larga empieza la ganancia de peso. Independientemente de que los carbohidratos provengan de las uvas, u otro alimento, debemos tener en cuenta nuestro gasto energético. Así como no hay alimentos que por sí solos ayuden a adelgazar, tampoco hay alimentos que por sí solos hagan engordar a nadie, este mito está dado por largos años de dietas restrictivas que centran la alimentación en el vago concepto de contar calorías solamente.

Incorporá uvas a tu dieta porque en la medida que correspondan a tus necesidades nutricionales, son siempre saludables.

Mito: son todas iguales

Según la uva elegida, podemos variar el porcentaje de nutrientes que aportamos a nuestro cuerpo. La uva moscatel o negra, debido a su color, presenta una mayor proporción de taninos y polifenoles, por lo que su acción antioxidante es mayor. La uva blanca contiene más azúcares y las uvas pasas, aún más.

El azúcar natural contenido en una fruta con su fibra nunca supondrá un problema que nos lleve a engordar. En vez de fijar la atención en las frutas en sí, mejor hacerlo en todos los productos a base de harinas refinadas y azúcares agregados, que se consumen.

A la hora de comprarlas, es importante que la cáscara no tenga manchas ni esté arrugada. Para guardarlas, usá la heladera, ya que a temperatura ambiente se fermentan.

Verdad: fuente de la juventud

Las uvas aparecen en la historia en todos los relatos de dioses griegos y romanos. Hay ciertos nutrientes que bien hacen a crearle esa fama, ya que son ricas en vitaminas y minerales y pueden ayudarnos a cubrir las necesidades de minerales y vitaminas de nuestro organismo y mantener una hidratación adecuada ya que tienen alrededor de un 80% de agua. En su piel y pepitas encontramos polifenoles, antioxidantes que frenan el ataque de los radicales libres y actúan frenando el envejecimiento celular y ayudan a tener un corazón sano, promoviendo la relajación de los vasos sanguíneos y mantener el flujo sanguíneo saludable. ¡Ahí tenés de donde salió el famoso un vasito de vino es bueno para el corazón!

Verdad: juega en todas las canchas

No solo es una fruta para comer racimos en colaciones entre horas, en desayunos y meriendas. Podemos usarla desde en mermeladas hasta para hacer salsas de vino para acompañar carnes rojas y blancas.

También en ensaladas combina muy bien con hojas verdes y con quesos desde los más suaves a los más curados y de sabor más intenso, generando un efecto agridulce en el paladar delicioso.

¿Y vos, qué otros mitos sobre las uvas conoces? Sea cual sea, son sanas, deliciosas y siempre deberían tener un lugar en nuestra dieta.

Te dejo cuatro ideas para que pruebes incorporarlas a tu menú. 

Recetas

Merluza a la uva 

Ingredientes:

1 merluza ( o pescadilla).

1/2 kg de uva blanca.

1 vaso de vino blanco.

½ cebolla.

1 puerro.

1 zanahoria.

Aceite de oliva, sal, pimienta en grano y perejil.

Preparación:

En 1/2 litro de agua añadir el puerro, la zanahoria, unos granos de pimienta y perejil. En una fuente de horno, colocá las rodajas de merluza salpimentadas y vertí sobre ellas un poco del caldo y el vaso de vino blanco. Dejá que tomen sabor al menos durante media hora. Mientras, triturá las uvas con batidora y colá para obtener el jugo. Rehogá en una sartén la cebolla cortada en juliana durante unos minutos y añadí el jugo de la uva. Pasados un par de minutos vertí el resultado sobre el pescado. Dejá cocinar en horno precalentado a 180º durante unos 10 minutos.

Ensalada agridulce de verdes uva y queso

Ingredientes:

Hojas de lechugas variadas.

1 racimo uvas blancas (20-25 aprox).

100 gr de queso fresco.

Nueces peladas (puede ser almendras).

Aceite de oliva virgen extra.

Vinagre.

Procedimiento:

Lavar y trocear las hojas de lechuga. Pelar (opcional) las uvas, cortarlas a la mitad, cortar el queso en cuadraditos, sumarlos a la lechuga. Picar las nueces y espolvorear en la ensalada. Aliñar con aceite, vinagre y sal (opcional)

Salsa de uvas para carnes

Ingredientes:

1 puerro (parte blanca).

400 ml de agua o de caldo (si es de carne o pollo mejor).

1 cucharada de almidón de maíz.

1 racimo de uvas blancas.

1 ramita de romero.

1 ramita de tomillo.

Orégano seco y pimienta al gusto.

Aceite de oliva. 

Preparación:

Cortar el puerro y saltearlo hasta que esté tierno (podés usar un chorrito de leche que ayuda a sacarle el amargor y no te cae tan pesado). Añadir una pizca de sal para extraer su agua. Añadir las uvas, revolver. Disolver el almidón de maíz en medio vaso de caldo o agua. Incorporar este caldo al sartén y agregar las hierbas aromáticas, pimienta negra y finalmente incorporar el almidón disuelto en caldo. Mezclar bien y dejar que rompa el hervor. En ese momento, sin dejar de remover y bajar el fuego casi al mínimo. Cocinar hasta que la salsa espese. Reservá en caliente mientras preparas la carne.

#Nutritip: Puede hacerse con cebolla roja en lugar de puerro. Queda mejor para carnes rojas con cebolla y para las blancas con puerro.

Mermelada de uvas (ideal cuando las uvas están pasadas)

Ingredientes:

1/2 kilo uvas.

Agua (muy poca).

Jugo de medio limón.

1/2 cucharada de chía. 

Procedimiento:

Lavar y desinfectar las uvas, colocar en la licuadora, moler y llevar a una olla, agregar muy poca agua. Cocinar a fuego lento y sumar el jugo de limón, revolver para que no se pegue ni queme, controlar que se reduzca y espese. Retirar del fuego, entibiar un poco y añadir la chía, que se utiliza para espesar la mermelada.

* Conocé a nuestra columnista

Lorena Balerio

Lorena Balerio
Lorena Balerio

Licenciada en Nutrición. Dicta charlas y talleres y promueve la alimentación real y saludable. Consultas personalizadas a domicilio y online. Podés seguirla en su redes sociales Instagram y Facebook .

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