Redacción El País
El asado es casi un ritual en Uruguay, aunque no siempre se prepara a las brasas. Cuando la opción es hacerlo al horno, surge la duda: ¿cómo lograr que quede tierno y jugoso, sin necesidad de recurrir a manteca ni a grandes cantidades de aceite?
La clave está en respetar algunos pasos sencillos que realzan el sabor natural de la carne y mejoran la cocción.
Paso 1: dejar reposar antes de hornear
La tira de asado debe salir de la heladera con tiempo. Conviene dejarla a temperatura ambiente entre 20 y 30 minutos antes de meterla al horno. Ese reposo evita que el frío del centro afecte la cocción y ayuda a que las fibras no se tensen demasiado, lo que la volvería más seca.
Paso 2: sellar para retener jugos
Un secreto que muchos cocineros caseros olvidan es el sellado. Colocar la carne en una plancha o sartén bien caliente durante unos minutos por cada lado genera una costra dorada que atrapa los jugos. Así, la carne gana sabor y textura, sin necesidad de sumar grasas extras.
Paso 3: cubrir durante la primera cocción
El horno debe estar precalentado y, durante los primeros minutos, conviene tapar la fuente con papel aluminio. De esta manera, se crea un ambiente húmedo que mantiene la carne jugosa. Al final, se retira la cobertura para lograr el dorado característico y ese crujiente tan buscado.
Consejos extra para un mejor resultado
- Evitar cambios bruscos de temperatura en el horno: lo ideal es mantenerlo parejo desde el inicio.
- Condimentar con sal y especias secas antes de hornear, para realzar el sabor sin enmascararlo.
- Una vez fuera del horno, dejar reposar la carne unos minutos antes de cortarla permite que los jugos se redistribuyan.
Con estos pasos, el asado al horno se convierte en una alternativa igual de sabrosa que el de parrilla. Y lo mejor: no hace falta recurrir ni a manteca ni a aceite para lograr un resultado tierno, jugoso y lleno de sabor.