Cómo conservar el queso en la heladera sin que pierda sabor ni textura: métodos prácticos y efectivos

Evitar el papel aluminio y el film es clave para que el queso se mantenga fresco por más tiempo. Te contamos qué materiales usar y cómo guardarlo bien en la heladera.

Distintos tipos de queso
Distintos tipos de queso
Foto: Freepik

Redacción El País
A quienes disfrutamos del queso nos suele pasar: compramos una buena horma para ir degustando de a poco y, al cabo de unos días en la heladera, nos encontramos con un trozo seco, con textura rara o un olor que ya no invita. Para evitar este tipo de decepciones, hay formas sencillas y eficaces de conservarlo en buen estado.

Lo mejor es que no se necesita gastar de más ni complicarse demasiado. Solo alcanza con saber qué materiales convienen y cuáles es mejor dejar de lado. Uno de los errores más comunes es usar papel de aluminio o film plástico, que, aunque muy populares, en realidad atentan contra la frescura del queso.

Por qué no conviene usar aluminio ni film

Aunque parezca práctico, envolver el queso en papel aluminio no es buena idea. Este material impide la circulación de aire y retiene demasiada humedad, lo que puede favorecer la aparición de moho. Además, el contacto con el metal puede alterar el sabor del queso, dándole un toque algo metálico.

Por su parte, el film plástico crea un ambiente totalmente cerrado que impide que el queso "respire". El resultado es un producto húmedo, pegajoso y con mal olor. Además, al no poder regular su humedad natural, la textura cambia rápidamente y se acelera su deterioro.

Queso con moho.jpg
Queso con moho,
Foto: Alan Levine/Flickr.

Qué materiales usar para conservar el queso

  • Papel especial para quesos

La mejor opción, sin dudas, es el papel diseñado específicamente para envolver queso. Tiene una superficie porosa que permite que el alimento mantenga su humedad natural sin quedar asfixiado. Este tipo de papel se consigue en queserías o fiambrerías grandes.

  • Papel manteca o papel de horno

Si no conseguís el papel específico, podés recurrir al papel manteca o papel de horno. Funcionan muy bien como alternativa casera. Lo ideal es envolver el queso en una hoja de este papel y, si querés una protección extra, cubrirlo con un paño de algodón o colocarlo en un recipiente que no cierre del todo hermético.

Este método es ideal para quesos curados y semicurados, como el gouda, el cheddar o el parmesano.

Recipientes de vidrio o plástico con tapa suelta

Otra alternativa es guardar el queso en un envase de vidrio o plástico, siempre con la tapa puesta, pero sin sellar herméticamente. Así se evita la condensación excesiva, pero el queso sigue respirando. Un truco útil es poner una hoja de papel manteca dentro del recipiente para ayudar a mantener la humedad justa.

Queso Gruyere

Otros consejos clave para cuidar el queso

  • Separalo de alimentos con olores fuertes: El queso es muy sensible a los aromas. Si se guarda cerca de productos como pescado o cebolla, puede impregnarse rápidamente.
  • Ubicalo en el cajón de las verduras: Dentro de la heladera, el mejor lugar para guardar el queso es el cajón de abajo, donde la temperatura es más templada y la humedad más estable.
  • Reenvolvé después de cada corte: Cada vez que saques una porción de queso, envolvelo de nuevo enseguida para que no se seque, y llevalo otra vez a la heladera.
  • Cómo actuar si aparece moho: En los quesos duros, el moho superficial se puede raspar y el resto se puede seguir consumiendo. Pero si se trata de quesos blandos o frescos, lo más seguro es desecharlos.

Con estos cuidados, podés disfrutar del queso durante más tiempo y con la misma calidad del primer día. No se trata de complicarse, sino de hacer pequeños ajustes para aprovechar al máximo uno de los placeres más nobles de la heladera.

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