La alimentación natural gana cada vez más terreno y, poco a poco, se impone entre aquellos que quieren envejecer de manera sana, prevenir enfermedades y rendir al máximo en su día a día. En este camino, los arándanos se imponen como la fruta estrella.
Se trata de un pequeño fruto de color azul, conocido por su poder para prevenir infecciones urinarias, proteger el corazón y la microbiota. Es originario de una planta llamada Vaccinium cyanococcus que tuvo sus primeros registros en los Estados Unidos, país que actualmente se posiciona como el mayor productor a nivel internacional.
¿Qué beneficios aportan los arándanos?
Los arándanos contienen propiedades esenciales para el organismo: sus beneficios impactan en la microbiota intestinal, en el sistema inmune y en el aparato cardiovascular.
Mariana Páez, licenciada en Nutrición e integrante de Tu Grupo Saludable, destaca que tienen un valor calórico bajo: “Una cajita de 125 gramos, contiene aproximadamente 57 calorías y 14,5 gramos de carbohidratos, de los cuales 2,4 gramos son de fibra”, revela la especialista. Además, agrega que presentan bajas cantidades de grasas y proteínas. De esta manera, lo considera un alimento ideal para aquellos que necesitan descender de peso y nivelar el índice glucémico en sangre.
Gracias a su aporte de fibra, “los arándanos tienen beneficios en la microbiota -un conjunto de microorganismos alojados en el colon que se ocupan de regular las funciones del organismo y de mantenerlo en equilibrio- ya que, su fibra es cien por ciento soluble y fermentable y fomenta el crecimiento de los lactobacilos y las bifidobacterias, que son las bacterias que mantienen en equilibrio la microbiota”, aclara la especialista.
A su vez, Páez cuenta que son ricos en fitoquímicos, un grupo de diversos compuestos naturales que forman parte de las plantas y que aportan grandes ventajas al organismo.
Entre ellos se encuentra la quercetina, que genera efectos antiinflamatorios y antihistamínicos favoreciendo así la salud del intestino y por ende, la del resto del organismo, ya que este órgano está conectado con otras zonas del cuerpo, por ejemplo con el cerebro a través de neurotransmisores.
Por su parte, la licenciada en Nutrición Estela Mazzei agrega que son ricos en antocianinas, un pigmento natural que se ocupa de darle color a la fruta y que también son antioxidantes. Por lo tanto, “se evita y retrasa el envejecimiento celular y se protege el sistema inmune”, comenta.
A esta lista también se suman los polifenoles, que también son antioxidantes naturales y que actúan como cardioprotectores. Un estudio citado por la Universidad de Harvard en la revista Harvard Health Publishing comprobó que los arándanos regulan la presión arterial. La investigación se llevó a cabo en un grupo de 40 hombres sanos: a algunos se les suministró una bebida con 200 gramos de este fruto y a otro una que aparentaba serlo, para que tomaran todos los días durante un mes.
El objetivo era monitorear la presión arterial como también la dilatación del flujo sanguíneo de la arteria braquial ubicada en la parte superior del brazo y que se ocupa de distribuir la sangre alrededor de todo el cuerpo. Tal como manifestaron los investigadores en el informe, esta arteria se expande cuando el flujo sanguíneo aumenta. Este signo es sinónimo de que hay poco riesgo de padecer una enfermedad cardíaca.
Al finalizar el análisis, los resultados arrojaron que dicha dilatación mejoraba abruptamente dos horas después de haber consumido la bebida de arándanos, pero no pasaba lo mismo en aquellos que no la habían ingerido.
Muchos mitos giran en torno a que los arándanos son un remedio natural para combatir las infecciones urinarias. Y si bien los especialistas consultados coinciden en que ello es cierto, la realidad es que no curan: “No cumplen una función de antibiótico, si no que protegen y previenen”, comenta Mazzei. Por lo tanto, la especialista recomienda su consumo a personas que tienen tendencia a padecer este tipo de cuadros.
Páez explica que las propiedades de los arándanos hacen que las bacterias no se adhieran a la mucosa del tracto urinario y que puedan ser eliminadas a través de la orina.
¿Cómo se consumen los arándanos?
Este fruto del bosque es característico del verano y puede encontrarse fresco, deshidratado, congelado e incluso en polvo. Mazzei precisa que se pueden combinar en platos dulces y salados: “Se lo puede mezclar en ensaladas de frutas, en yogures, como topping de panqueques o tortas y budines, por ejemplo”.
Además, los paladares valientes pueden incluir este pequeño fruto en platos tales como ensaladas o woks. “Otra opción es incorporarlo en forma de infusiones, en jugos o smoothies”, resalta Mazzei, y advierte en tener cuidado cuando se compra un jugo de arándanos porque puede tener altas dosis de azúcares y distintos aditivos que son dañinos para el cuerpo.
En cuanto a la cantidad estipulada de consumo, Páez comenta que “para obtener sus beneficios lo ideal es que la porción sea de aproximadamente 100 a 150 gramos al día”.
Para Páez, siempre y cuando se ingiera en su cantidad justa, no hay razón que impida su consumo. Pero advierte que aquellos propensos a sufrir alergias alimentarias deben tener especial cuidado debido a que alguno de sus múltiples componentes puede llegar a tener efectos adversos.
No obstante, resalta que se trata de un fruto recomendado para toda la población: “Sugiero que lo podamos incluir con mayor regularidad en nuestro día a día para aprovechar todas sus virtudes y los beneficios que le aporta a nuestro sistema inmunitario, cardiovascular e intestinal”, concluye.
(Por La Nación GDA)