Redacción El País
Tal vez nunca has oído su nombre, pero esta fruta tiene muchos nutrientes que fortalecen la salud del organismo. La acerola —también conocida como cerecita, manzanita o semeruco— ayuda a regular el azúcar en sangre, tiene una cantidad altísima de vitamina C (al menos 20 veces más que la naranja) y también es una excelente fuente de vitamina A.
Características de la acerola
De tamaño pequeño y aspecto similar a la cereza, la acerola es una fruta de sabor un poco ácido y color rojo o amarillo. Según un estudio publicado en Scientific Electronic Library Online (SciELO), contiene entre 695 y 4.827 mg de vitamina C por cada 100 gramos.
Esto posiciona a la acerola en un nivel muy superior al de la naranja o el limón, que contienen aproximadamente 15 a 30 mg de vitamina C por cada 100 gramos.
La vitamina C es fundamental para reducir la fatiga, de acuerdo a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Además, potencia el funcionamiento del sistema inmune y es ideal para combatir resfriados.
A su vez, esta vitamina ayuda a producir colágeno, una sustancia clave en la estructura de huesos, piel y vasos sanguíneos.
La acerola es fuente de nutrientes esenciales como hierro, calcio y fósforo. Como si fuera poco, aporta proteínas, grasas y vitaminas del grupo B, como la tiamina (vitamina B1) y la riboflavina (vitamina B2). De esta manera, la fruta actúa como un excelente antioxidante, apoya el crecimiento y protege a las células del daño oxidativo.
Estudios de la publicación de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) destacan otros componentes de la acerola como el ácido ascórbico, antioxidante y cicatrizante; y la pectinmetilesterasa, que ayuda a reducir los niveles de glucosa y colesterol en sangre.