Redacción El País
Los suplementos alimenticios son cada vez más comunes y promete soluciones rápidas para el sueño, la piel, la concentración y la longevidad. Pero ¿realmente funcionan?
La respuesta no es simple. Aunque algunos suplementos son valiosos en casos específicos, muchos son malentendidos y excesivamente promocionados. Aquí te explico 5 puntos clave que debes considerar antes de invertir en ellos.
1. Priorizá la comida real, no los suplementos
La base de una buena salud siempre será tu dieta. Los alimentos integrales ofrecen un complejo cóctel de nutrientes, fibra y compuestos beneficiosos que trabajan en sinergia, algo imposible de replicar en una pastilla.
Por ejemplo, un filete de salmón te proporciona grasas omega-3, pero también proteína, vitamina D y selenio. Los científicos han intentado aislar los "ingredientes activos" de las frutas y verduras sin éxito; los mayores beneficios provienen del alimento completo.
¿Cuándo sí son necesarios los suplementos?
· Ácido fólico: Antes y durante el embarazo para prevenir defectos del tubo neural.
· Vitamina D: En meses de invierno con poca luz solar.
· Vitamina B12: Para personas que siguen una dieta vegana.
2. El riesgo de sobredosis
Es mucho más fácil excederse con un suplemento que con la comida. A corto plazo, esto puede causar náuseas o diarrea, pero a largo plazo, las consecuencias son graves.
· Vitaminas liposolubles (A, D, E, K): Se almacenan en el cuerpo. Un exceso de vitamina D puede dañar riñones y corazón, y demasiada vitamina A puede causar daño hepático y debilitar los huesos.
· Vitaminas hidrosolubles: El uso excesivo y prolongado de vitamina B6 se ha vinculado con daños en los nervios.
La mayoría de las personas no monitorea sus niveles de nutrientes en sangre, por lo que a menudo no se dan cuenta del problema hasta que aparecen los síntomas.
3. Desconfiá de los consejos en redes sociales
Términos como "natural", "desintoxicante" o "fortalece del sistema inmune" son estrategias de marketing, no afirmaciones científicas. La publicidad de suplementos en redes sociales, especialmente a través de influencers o esquemas de marketing multinivel (MLM), suele basarse en anécdotas personales, no en evidencia sólida. Las regulaciones publicitarias existen, pero son difíciles de aplicar en este entorno.
4. La industria de los suplementos prioriza las ventas, no la ciencia
Con un valor de más de US$100.000 millones, esta industria busca crecimiento y ganancias. Si un suplemento fuera realmente milagroso, lo recomendarían los médicos, no los influencers. Aunque algunos productos, como el hierro o la vitamina D, tienen respaldo científico, muchos otros hacen afirmaciones que exceden por completo lo que los estudios demuestran.
5. No todos los suplementos son seguros para todos
Que sean de venta libre no significa que sean inocuos. Los suplementos pueden tener interacciones peligrosas con medicamentos o no ser aptos para ciertas condiciones:
· Hierba de San Juan: Puede interferir con antidepresivos, anticonceptivos y medicamentos para la presión arterial.
· Vitamina K: Afecta a anticoagulantes como la Warfarina.
· Hierro en dosis altas: Puede causar problemas digestivos y alterar la absorción de antibióticos.
· Embarazo y lactancia: Muchos suplementos no se han testeado para estas etapas. Las dosis altas de vitamina A son especialmente peligrosas.
Antes de gastar en un frasco de píldoras, hacete esta pregunta: ¿Realmente lo necesito, o sería mejor invertir ese dinero en comida saludable?
Si estás embarazada, tomando medicación o gestionando una condición de salud, habla con tu médico, farmacéutico o dietista antes de introducir cualquier suplemento alimenticio en tu rutina.
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