La búsqueda de identidad es un proceso que ocupa al ser humano a lo largo de toda su vida, pero es especialmente relevante en ciertas etapas, por ejemplo, la que comienza alrededor de los 50 años.
Este período, que está marcado por cambios físicos, sociales y emocionales, puede desencadenar una introspección profunda y la necesidad de redefinir quiénes somos.
Cabe preguntarse por qué razones surge esta búsqueda en este momento de la vida. Tal vez sea porque el envejecimiento trae consigo ciertos cambios en nuestro cuerpo que pueden afectar nuestra autoestima y la imagen corporal. Puede ocurrir también que la jubilación, la independencia de los hijos y la transformación de nuestros vínculos sociales generan una sensación de pérdida y vacío.
Lo cierto es que, a medida que se avanza en edad, la conciencia de la finitud de la vida se vuelve más presente y eso nos puede llevar a cuestionamientos existenciales. Y, al mismo tiempo, la jubilación libera tiempo y energía que podemos dedicar a nuevas actividades y pasiones, lo que a su vez puede generar nuevas preguntas sobre la propia identidad.
Esta exploración puede comenzar de diversas formas. En ocasiones podemos descubrirnos revisando nuestras convicciones y prioridades, buscando un mayor sentido de propósito. Podemos encontrarnos con nuevos intereses y talentos y hacer cambios en el estilo de vida, a la vez que buscamos una conexión más profunda con nuestros seres queridos y la comunidad. Podemos invertir tiempo en nuestro crecimiento personal, a través de la terapia, la meditación o el aprendizaje continuo.
Una búsqueda saludable.
En primer lugar, aceptemos que el envejecimiento es un proceso natural y que los cambios son inevitables. Rodearnos de pares y contar con grupos de referencia puede ser muy propicio, ya que nos da la oportunidad de compartir tiempo y experiencias, celebrar nuestros logros y fijarnos nuevos objetivos personales y profesionales. Esto no solamente puede aumentar nuestra autoestima, sino que también nos ayudará a construir un sentido de dirección y un propósito.

Al abrazar los cambios, explorar nuevas posibilidades y cultivar relaciones significativas, nos estamos dando la oportunidad para crecer, evolucionar y encontrar nuevos desafíos.
El cerebro, un aliado.
Descubrir la propia identidad es un proceso complejo que involucra una serie de habilidades cognitivas. Estas nos permiten reflexionar sobre nuestras experiencias, emociones, valores y creencias, y construir un sentido coherente de quiénes somos.
Veamos algunas de las habilidades cognitivas más relevantes para esta búsqueda:
• Autoconciencia: La capacidad de reconocer nuestros propios pensamientos, sentimientos y motivaciones es fundamental. Implica prestar atención a nuestras emociones, reflexionar sobre nuestras acciones y reconocer nuestros patrones de comportamiento.
• Memoria: La memoria nos permite recordar experiencias pasadas, que son una parte esencial de nuestra identidad. Al recordar eventos que fueron importantes, relaciones significativas y lecciones aprendidas, podemos construir una narrativa coherente sobre quiénes somos.
• Pensamiento crítico: Esta habilidad nos permite analizar y evaluar nuestras creencias, valores y supuestos. Al cuestionar nuestras ideas preconcebidas y buscar nuevas perspectivas, podemos ampliar nuestra comprensión de nosotros mismos.
• Creatividad: La creatividad nos permite explorar nuevas ideas, imaginar diferentes futuros y también encontrar soluciones innovadoras a los problemas. Al ser seres creativos, podemos desarrollar nuevas formas de expresarnos y conectar con nosotros mismos.
• Metacognición: La metacognición es la capacidad de reflexionar sobre nuestros propios procesos mentales. Al ser conscientes de cómo pensamos y aprendemos, podemos desarrollar estrategias que resulten más efectivas para explorar nuestra propia identidad.
• Inteligencia emocional: La inteligencia emocional nos permite reconocer y gestionar nuestras propias emociones, así como las de los demás. Al comprender nuestras emociones, podemos obtener información valiosa sobre nuestros valores y motivaciones.
Para desarrollar estas habilidades podemos practicar, por ejemplo, la meditación en sus diversas modalidades, tomándola como herramienta para desarrollar la autoconciencia y la atención plena. Otra forma de reflexionar sobre nuestras ideas puede ser escribir un diario.
Cuando creemos que no podemos lograr solos nuestro objetivo, lo más aconsejable es recurrir a un terapeuta o participar en determinadas actividades que fomenten el desarrollo personal, como por ejemplo talleres de creatividad o cursos de filosofía.
De la misma manera, generar y mantener conversaciones significativas con personas de confianza puede ayudarnos a obtener nuevas perspectivas.
Capacidades emocionales.
Tal como ocurre con las habilidades cognitivas, la inteligencia emocional también permite comprender nuestras experiencias, conectar con valores y construir un sentido sólido de quiénes somos. Las capacidades emocionales que resultan clave son:
• Autoconciencia emocional: reconocer y nombrar nuestras emociones es el primer paso para entenderlas. Al identificar cómo nos sentimos, podemos comprender mejor nuestras reacciones y motivaciones.
• Gestión emocional: al identificar nuestras emociones, es importante aprender a manejarlas de manera saludable. Esto implica regular emociones intensas como la ira o la tristeza, y encontrar formas constructivas de expresarlas.
• Empatía: Entender y compartir los sentimientos de los demás nos ayuda a construir relaciones significativas y a comprender cómo nuestras acciones afectan a otros.
• Resiliencia: recuperarnos de los desafíos y contratiempos es esencial para desarrollar una identidad fuerte y estable.
• Autonomía: implica confiar en nuestros propios juicios y no dejarnos influenciar excesivamente por las opiniones de los demás.
Desafíos
1. Todas tienen 8 letras y contienen SiT:
· Compresa.
· Carrusel.
· Almacén.
· Huérfano.
· Vividor.
2. Encuentra las palabras que responden a las siguientes definiciones:
· Reportero.
· Colocar.
· Escarnecer.
· Disposición.
· Dulce.
· Liso.
· Desafío.
· Convicto.
· Nota musical.
· Vocal.
Cada palabra se forma quitándole una letra a la anterior. Con las letras descartadas, se forma una palabra que responde a la siguiente definición: “Grados de defecto de un ojo”.3.
Reordena estas letras para descubrir el título de un clásico del Séptimo Arte (la cantidad de palabras del título buscado no coincide necesariamente con las palabras presentadas):
NO IR PADEL
Respuestas 1. Apósito. Calesita. Depósito. Expósito. Parásito.
2. Periodista. Depositar. Pisotear. Apresto. Postre. Terso. Reto. Reo. Re. E.
3. El Padrino.