La aplicación TikTokpresentó un nuevo filtro, llamado Bold Glamour (“Glamour atrevido” o audaz) y es tan eficaz que hasta quienes viven de vender “belleza”, como la influencer Kelly Strack -millones la siguen en distintas plataformas en donde ella comparte tips sobre maquillaje y otros métodos para verse más acorde a lo que se entiende por bello- pide prohibirlo. ¿Será para tanto?
Convengamos que los filtros de sobre todo Instagram hace años que ya están en la picota por distorsionar (o mejorar, dependiendo del punto de vista) lo que el lente de la cámara del teléfono capta. En 2016, por ejemplo, la escritora Nancy Jo Sales publicó el libro "Chicas estadounidenses: redes sociales y la vida secreta de las adolescentes". El libro fue hecho en base a 200 entrevistas, y las conclusiones de Jo Sales fueron tan pesimistas como las que uno espera: las redes sociales funcionan de manera tal que presionan a muchas jóvenes a presentarse ante el mundo con un imagen tan retocada que cualquier vestigio de fidelidad a lo “real” es barrido bajo la alfombra de los filtros de imagen. Algunos observadores vieron este riesgo incluso antes. En 2010, la película La red social recordó que la historia de éxito de Facebook había comenzado como una aplicación para evaluar a estudiantes universitarias de acuerdo a cuán "buenas" estaban. ¿Hay que reiterar que entre quienes inventaron Facebook no había una sola mujer?
Ahora el debate vuelve a calentarse por el ingreso de Bold Glamour. El filtro es tan eficaz - cumple tan bien con su cometido de embellecer el rostro- que supera, a cualquiera de los conocidos hasta el momento. En un artículo publicado recientemente en el medio argentino La Nación lo explicaron así: “La aplicación de este filtro es similar a la de otros precedentes. Una vez abierto TikTok, se presiona sobre el icono ‘+’ y tras ello, sobre ‘Efectos’, donde se verá el filtro Bold Glamour representado por dos rostros. Hay que destacar que todavía no está disponible en todos los mercados, con lo que es posible que no le aparezca en su menú de la red social. Una vez pulsado, sobran las explicaciones: esta capa aplica la inteligencia artificial con una precisión quirúrgica para eliminar todo lo que afea a la estética en el rostro: arrugas, palidez, líneas sin marcar…"
Pero de nuevo: ¿habría que prohibirlo? La respuesta dependerá de muchas cosas, pero antes que salten los defensores a ultranza de todo lo libre, tal vez convenga recordar que muchas cosas se han prohibido en aras del bien común, desde fumar en lugares cerrados a beber alcohol si se tiene pensado o planificado conducir. O usar un celular en un banco. La psicóloga Carla Lorenzo no se asusta ante la palabra prohibición, pero también dice que sería genial si se pudiese llegar a un acuerdo en torno a este tema. Lorenzo señala que todo comienza, por lo general, como un fenómeno divertido: unas orejas y una nariz de conejo o ratón que se aplica al rostro, efectos especiales “de película” (la cara explota, el rostro parece desfigurado por golpes, etc.), pero “de repente empiezan a aparecer estos otros filtros, que son demasiado nocivos para la imagen que tenemos de nosotras mismas, sobre todo cuando estamos hablando de mujeres jóvenes, que son quienes más los usan. Se quiere llegar a una belleza irreal, que se alcanza únicamente mediante estos filtros, que nada tienen que ver con la realidad”.
Como se trata de algo que afecta particularmente a chicas adolescentes y mujeres jóvenes, esto es algo que preocupa a muchos padres. ¿Cómo hacer para que las hijas no sufran por los mandatos impuestos por la industria de la belleza y las redes sociales? En breve: sin juzgar (“Hay que tratar de recordar cómo éramos nosotros de jóvenes”), hablando mucho y siempre. No esperar a que surja un problema, sino intentar cultivar la costumbre de charlar.
Pero tan importante como una comunicación franca con las hijas es, como decía la Biblia, predicar con el ejemplo. Lorenzo dice que más que lo que los padres dicen, los hijos son muy perceptivos en cuanto lo que estos hacen, más que lo que verbalizan. “Cualquier cosa que digamos lo vamos a borrar con el codo si las acciones no se condicen con las palabras. Si una madre no quiere mostrar su cuerpo, ¿qué mensaje le da a la hija? De poco sirve que le diga lindas palabras de que se tiene que querer como es, si en otro momento critica el cuerpo de alguien por sobrepeso, porque tiene granos o celulitis”.
“Para mujeres que están creciendo, que están despertando a a la sexualidad, tienen que hacerlo público ahora. Cuando yo era joven, tenía muchas dudas sobre mi cuerpo, pero no tenía que mostrarme en redes porque estas no existían”, dijo Jo Sales en una entrevista y agregó: “Ahora, las mujeres tienen que hacer público su desarrollo, y además de eso también tienen que ser ‘populares’. Esa distinción, entre populares y las que no lo son, siempre existió, solo que ahora se la llevó a los teléfonos y, de ahí, a la esfera pública”.
Emebellecer lo de afuera, descuidar lo de adentro
Silvana Sottolano es psicóloga y también ha reflexionado y trabajado sobre temas como percepción, autoestima y presión social. Ella prefiere observar antes que tomar acciones como una prohibición de este tipo de filtros. “Muchas veces, fenómenos como este son una ventana por donde mirar qué nos está pasando. ¿Qué es lo que esto refleja de nuestra sociedad?”, se pregunta y ensaya algunas respuestas: “La tecnología dio lugar a que una cantidad de emociones vinculadas a la autoestima, al vínculo con el otro, a nuestras expectativas, en lugar de poder trabajarse, lo que hizo fue poder proyectar una imagen hacia afuera que está idealizada, muy lejos de lo que un adolescente o cualquier persona en realidad siente”. En esa disociación entre lo que se siente y lo que muestra está uno de los principales problemas que plantean los filtros como Bold Glamour. “Las redes han potenciado esto: en vez de ver lo que está pasando en el interior, nos preocupamos de lo que se proyecta hacia afuera. Y se da que hay como una búsqueda constante y frenética de un encuentro con otro mediante aplicaciones de citas, para muchas veces desembocar en desencuentros”.