Si tenés 60 años o más y te acordás de estos hechos de la infancia, tu cerebro está en buen estado

Redacción El País
Mantener una memoria activa después de los 60 años es un excelente indicador de salud cognitiva. Si lográs recordar con claridad algunos de estos nueve aspectos de tu vida pasada, es probable que su mente conserve una notable agilidad 

• El número de teléfono antiguo: recordar esta secuencia numérica demuestra que tus conexiones neuronales siguen siendo sólidas. 
  

  

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• Nombres de amigos de la infancia. Evocar rostros y nombres de personas que ya no forman parte de tu día a día refleja una memoria activa.
  
• La distribución de tu casa de la niñez. Describir con precisión los espacios de su hogar infantil indica que su memoria espacial se mantiene intacta.
  
• Letras de canciones antiguas. Si aún podés cantar melodías de tu juventud sin errores, tu memoria musical funciona correctamente.
  

  

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• La dirección de tu primera vivienda. Recordar estos datos confirma que tu memoria a largo plazo permanece fuerte.
  
• Pasatiempos que practicabas años atrás. Tener presentes actividades que ya no realizás sugiere que tu memoria episódica sigue vigente.
  
• Anécdotas familiares con detalles precisos. Narrar historias del pasado con exactitud es señal de una memoria narrativa en buen estado.
  
• Fechas de cumpleaños de viejos amigos. Conservar estas fechas en la memoria revela una conexión emocional aún viva.
  
• Pequeños detalles cotidianos de décadas atrás. Recordar momentos aparentemente insignificantes es un signo de lucidez mental.
  

  Los recuerdos y la memoria episódica, un tesoro personal que puede fortalecerse para construir futuro

La salud cognitiva no depende únicamente de la genética; hábitos diarios pueden fortalecerla:

• Descanso adecuado: Dormir 7-8 horas ayuda al cerebro a consolidar recuerdos.
• Alimentación balanceada: Incluya omega-3 (pescados, nueces), hierro (espinacas, legumbres) y vitaminas B (cereales integrales).
• Ejercicio físico y mental: Caminar, resolver crucigramas o aprender habilidades nuevas mantienen la mente ágil.
• Vida social activa: Las interacciones personales y el control del estrés son clave para preservar la memoria.

• Hierro: Carnes magras, lentejas, espinacas.
• Omega-3: Salmón, chía, linaza.
• Grasas saludables: Palta, aceite de oliva, almendras.
• Café o té con moderación: Favorecen la concentración sin afectar el sueño.