Redacción El País
En la tradición del Feng Shui, cada elemento del hogar tiene un impacto en la energía de quien lo habita. Desde los colores hasta la disposición de los muebles, todo cuenta. Y entre esos detalles llenos de simbolismo, hay uno que ganó popularidad: atar una cinta roja a la planta de laurel.
Esta práctica sencilla tiene un profundo significado dentro de la filosofía oriental. El laurel, conocido por sus propiedades culinarias y medicinales, también es una planta poderosa desde el punto de vista energético y espiritual.
Históricamente, fue un símbolo de triunfo y reconocimiento. En la Antigua Grecia y Roma, las coronas de laurel se otorgaban a héroes, atletas y emperadores como emblemas de honor y gloria. El Feng Shui adopta esta simbología y la traslada al hogar: tener un laurel en casa es una forma de invitar al éxito, la abundancia y la buena fortuna.
Por su parte, el color rojo en el Feng Shui tiene un rol protagónico. Es considerado un color auspicioso, vinculado con la vitalidad, la buena suerte y la protección contra las malas energías. Atar una cinta roja al laurel no solo embellece la planta, sino que activa su poder energético.
Al combinar la fuerza simbólica del laurel con la energía del color rojo, se crea un poderoso canal para atraer prosperidad, éxito y armonía al ambiente.
Para que esta práctica tenga efecto, los especialistas en Feng Shui recomiendan:
- Ubicar el laurel en zonas clave del hogar, como la entrada principal o áreas comunes donde se reúne la familia.
- Atar la cinta roja al tronco o una de las ramas principales, cuidando de no dañar la planta.
- Usar una cinta de tela o hilo resistente, que no se deshaga fácilmente ni bloquee el crecimiento del árbol.
Recordá que estas prácticas forman parte de tradiciones milenarias. Son herramientas simbólicas para cultivar el equilibrio emocional y espiritual, pero no sustituyen acciones concretas ni decisiones personales.