Neurocientífico español estuvo muerto 7 segundos y contó lo que vivió: “Vi un pozo con una luz dorada”

Álex Gómez Marín, investigador español, relató su experiencia tras permanecer clínicamente muerto durante siete segundos. Dice que lo que vio fue “más real que la propia realidad”.

Luces doradas
Luces doradas
Foto: Freepik

Redacción El País
El neurocientífico español Álex Gómez Marín, doctor en física teórica, relató una experiencia que marcó un antes y un después en su vida. Tras sufrir una hemorragia interna severa, su corazón se detuvo durante siete segundos. En ese breve lapso, según su testimonio, sintió que ingresaba “a un pozo con una luz dorada” y experimentó una calma absoluta, sin miedo ni dolor.

El investigador ha contado su vivencia en distintas entrevistas y charlas, lo que despertó un gran interés tanto en el público como en la comunidad científica.

“Fue más real que la realidad”

Gómez Marín habló del episodio en el programa español La Rosa de los Vientos, donde aseguró que su experiencia no se parecía a un sueño ni a una alucinación, sino que la sintió “más real que la propia realidad”. Aquellos segundos, dice, transformaron su comprensión de la conciencia y del sentido de la existencia.

El episodio ocurrió mientras permanecía hospitalizado en estado crítico. Durante el paro clínico, asegura haber visto una escena que le resulta imposible explicar desde la ciencia. “Estaba en un pozo con una luz dorada arriba y tres figuras que me ofrecían ayuda. Pensé en mis hijas y decidí volver”, recordó.

A pesar de lo extremo de la situación, no sintió angustia ni desesperación, sino una profunda serenidad y una claridad mental que, afirma, nunca había experimentado.

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Foto: Pixabay.

Una vivencia que desafía las explicaciones científicas

Para Gómez Marín, su experiencia no puede reducirse a una simple reacción del cerebro ante la falta de oxígeno. “No fue una alucinación, fue algo que desafía la lógica materialista”, explicó. El episodio lo llevó a revisar sus propias convicciones sobre la relación entre mente, cuerpo y conciencia.

En su libro La ciencia del último umbral, el investigador profundiza en estas reflexiones y plantea que la conciencia podría ir más allá de los límites físicos del organismo. “Durante mucho tiempo se creyó que solo existe la materia, pero el amor, el dolor o la conciencia también son reales, aunque no se puedan medir”, sostiene.

Aclaró que no se considera una persona religiosa, pero desde entonces percibe una dimensión espiritual en la vida cotidiana. Para él, lo sagrado no necesariamente implica fe o religión, sino todo aquello que trasciende lo tangible y conecta al ser humano con algo más amplio.

Luces doradas
Luces doradas
Foto: Freepik

Una nueva mirada sobre la vida y la muerte

En una charla junto al médico Manuel Sans Segarra, Gómez Marín reflexionó sobre cómo las experiencias límite pueden alterar nuestra percepción de la realidad. Haber estado tan cerca de la muerte —dice— lo llevó a valorar más la vida, los afectos y el presente.

“El miedo a morir es uno de los más universales”, comentó, “pero quienes hemos estado cerca entendemos que no es algo oscuro ni aterrador”. Y agregó con serenidad: “Morirse puede ser una experiencia hermosa”.

Para el científico, su vivencia no solo transformó su visión de la muerte, sino también de la vida. “A veces olvidamos que hay vida antes de la muerte”, concluye, dejando una invitación a mirar el día a día con más gratitud y conciencia.

En base a La Nación/GDA

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