La psicología detrás de apostar siempre al mismo número aunque eso no aumente las chances de ganar

La posibilidad de acertar de acuerdo a la estadística es de una entre cien mil, sin importar si se juega siempre la misma combinación o una diferente cada vez.

Boleto de juego del 5 de Oro.
Boleto de juego del 5 de Oro.
Foto: Leonardo Mainé/El País.

Redacción El País
Cada año, miles de personas participan en la lotería apostando siempre por la misma cifra. Detrás de esta costumbre suelen estar las tradiciones familiares, el apego emocional o la simple superstición. Sin embargo, desde el punto de vista matemático, las probabilidades no cambian: en cada sorteo todos los números tienen exactamente las mismas opciones de salir premiados.

Especialistas en estadística y sociología coinciden en que repetir un número no mejora las chances. La probabilidad de ganar el primer premio ronda apenas el 0,001%, según la Regla de Laplace, y la posibilidad de acertar es de una entre cien mil, sin importar si se juega siempre la misma combinación o una diferente cada vez.

La insistencia con un número suele estar ligada a la creencia de que la constancia traerá suerte, aun cuando la razón diga lo contrario. Los psicólogos señalan que la mente humana tiende a conectar hechos simultáneos como si fueran causa y efecto, lo que explica por qué algunas personas creen que repetir un boleto puede influir en el resultado. Aunque estas supersticiones no son necesariamente dañinas, sí pueden condicionar conductas y decisiones importantes.

Cerebro humano
Cerebro humano
Foto: Freepik

Para otros jugadores, lo que pesa es el valor personal de los números. Fechas de cumpleaños, aniversarios o recuerdos especiales se convierten en la elección fija de cada año. También existe el deseo de exclusividad: algunos buscan cifras poco habituales para sentir que tienen un boleto “único”, aunque la probabilidad de éxito siga siendo idéntica.

La costumbre de apostar siempre por el mismo número combina emoción, creencias y símbolos personales. Pero más allá del significado que cada quien otorgue a su elección, la estadística permanece inmutable: cada sorteo empieza desde cero y la suerte no entiende de fidelidades numéricas.

En base a información de El Tiempo/GDA

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar