¿Se te va la mano con las compras? Te explicamos el trastorno de compra compulsiva

Armar un presupuesto y llevar un registro de compras pueden ayudar a recuperar el control. La meditación ayuda a reducir el estrés y la urgencia de comprar.

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Foto: Unsplash.

Redacción El País
El trastorno de compra compulsiva, también conocido como oniomanía, es más común de lo que parece y afecta tanto la vida personal como la economía de quienes lo padecen. Este comportamiento compulsivo de compra se caracteriza por la necesidad persistente e irresistible de adquirir productos, lo que genera problemas financieros, conflictos familiares y una notable disminución del bienestar emocional.

¿Qué es el trastorno de compra compulsiva?

La compra compulsiva suele aparecer entre los 18 y los 30 años y tiende a ser un trastorno crónico. Está asociada con otros trastornos psicológicos, como la ansiedad, la depresión, los trastornos alimentarios o la adicción a sustancias. Se estima que afecta entre el 1% y el 11,3% de la población, siendo más frecuente en mujeres que en hombres.

Mientras que los hombres suelen adquirir productos tecnológicos, de ocio o relacionados con la independencia, las mujeres se inclinan más hacia artículos de moda, belleza y bienestar emocional.

Compra compulsiva online: un problema creciente

Con el auge de las compras online, este trastorno ha aumentado, alcanzando cifras del 16%. Internet facilita el descontrol porque permite comprar sin ser observado, con gratificación inmediata y sin interacción social, lo que refuerza la conducta impulsiva.

Tratamientos para la compra compulsiva

Superar la adicción a las compras requiere un enfoque integral que combine psicoterapia, tratamiento farmacológico y estrategias de autocontrol.

Terapia cognitivo-conductual

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las más efectivas. Busca identificar y modificar pensamientos irracionales que impulsan la conducta de compra, reemplazándolos por creencias más realistas. También enseña técnicas de autocontrol y solución de problemas.

Tratamiento farmacológico

En casos más graves, se pueden usar antidepresivos o estabilizadores del ánimo para reducir la ansiedad y la depresión vinculadas al trastorno. Siempre deben ser recetados y supervisados por un profesional de la salud mental.

Establecer un presupuesto personal, limitar los gastos y llevar un registro de compras son pasos esenciales para recuperar el control. Asimismo, técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda ayudan a reducir el estrés y la urgencia de comprar.

Apoyo familiar y social

El apoyo del entorno familiar y social es clave para reforzar hábitos saludables, prevenir recaídas y mantener la motivación durante el proceso terapéutico.

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