Redacción El País
El trastorno de compra compulsiva, también conocido como oniomanía, es más común de lo que parece y afecta tanto la vida personal como la economía de quienes lo padecen. Este comportamiento compulsivo de compra se caracteriza por la necesidad persistente e irresistible de adquirir productos, lo que genera problemas financieros, conflictos familiares y una notable disminución del bienestar emocional.
¿Qué es el trastorno de compra compulsiva?
La compra compulsiva suele aparecer entre los 18 y los 30 años y tiende a ser un trastorno crónico. Está asociada con otros trastornos psicológicos, como la ansiedad, la depresión, los trastornos alimentarios o la adicción a sustancias. Se estima que afecta entre el 1% y el 11,3% de la población, siendo más frecuente en mujeres que en hombres.
Mientras que los hombres suelen adquirir productos tecnológicos, de ocio o relacionados con la independencia, las mujeres se inclinan más hacia artículos de moda, belleza y bienestar emocional.
Compra compulsiva online: un problema creciente
Con el auge de las compras online, este trastorno ha aumentado, alcanzando cifras del 16%. Internet facilita el descontrol porque permite comprar sin ser observado, con gratificación inmediata y sin interacción social, lo que refuerza la conducta impulsiva.
Tratamientos para la compra compulsiva
Superar la adicción a las compras requiere un enfoque integral que combine psicoterapia, tratamiento farmacológico y estrategias de autocontrol.
Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las más efectivas. Busca identificar y modificar pensamientos irracionales que impulsan la conducta de compra, reemplazándolos por creencias más realistas. También enseña técnicas de autocontrol y solución de problemas.
Tratamiento farmacológico
En casos más graves, se pueden usar antidepresivos o estabilizadores del ánimo para reducir la ansiedad y la depresión vinculadas al trastorno. Siempre deben ser recetados y supervisados por un profesional de la salud mental.
Establecer un presupuesto personal, limitar los gastos y llevar un registro de compras son pasos esenciales para recuperar el control. Asimismo, técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda ayudan a reducir el estrés y la urgencia de comprar.
Apoyo familiar y social
El apoyo del entorno familiar y social es clave para reforzar hábitos saludables, prevenir recaídas y mantener la motivación durante el proceso terapéutico.
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