Redacción El País
La vida puede parecer un entramado infinito de preocupaciones, deseos, conflictos y búsquedas. Sin embargo, para el psicólogo y escritor Gabriel Rolón, detrás de esa complejidad se esconden apenas dos grandes temas que atraviesan la existencia de todos: la sexualidad y la muerte.
Durante una entrevista en el programa La otra cara, conducido por Lourdes Ferro, Rolón reflexionó sobre cómo, a pesar de los cambios sociales, tecnológicos y culturales, las inquietudes humanas siguen siendo las mismas. Los tiempos modernos, explicó, no modifican la esencia de lo que nos duele o nos moviliza, sino la forma en que lo experimentamos.
Antes, una persona podía sufrir ante la ausencia de alguien durante días o semanas; hoy, esa misma angustia puede surgir apenas unos segundos después de un mensaje sin respuesta. La inmediatez tecnológica no cambió el fondo de las emociones, solo aceleró su manifestación.
Para Rolón —que tiene casi tres millones de seguidores en Instagram—, la historia de la humanidad se sostiene sobre esas dos columnas inevitables: el erotismo y la finitud. La sexualidad representa la fuerza vital, el impulso de conexión, placer y creación; la muerte, en cambio, nos enfrenta a la pérdida, la ausencia y el límite. Entre ambas, se desarrolla todo lo demás: el amor, el miedo, la soledad, la búsqueda de sentido.
Su mirada invita a pensar que, aunque los escenarios cambien, las preguntas esenciales permanecen intactas. Las redes sociales, los avances tecnológicos o las nuevas formas de vínculo no logran borrar esa condición humana profunda: seguimos intentando entender cómo amar y cómo vivir sabiendo que algún día vamos a morir.