Cómo ser felices, según los estóicos: la filosofía que nos enseña a alcanzar la serenidad en tres pasos

Las enseñanzas de filósofos reconocidos, como Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, se han vuelto más actuales que nunca; conocé su guía para vivir con plenitud y felicidad.

Persona feliz
Mujer feliz mira hacia el cielo y sonríe.
Foto: Freepik.

Redacción El País
En un mundo donde la felicidad parece depender del éxito, el dinero o de tener “la vida perfecta” en redes sociales, los estoicosfilósofos de la antigua Grecia y Roma— proponen una mirada muy distinta: la verdadera felicidad no está en lo que pasa fuera, sino en cómo respondemos a ello.

El estoicismo enseña que la filosofía no es un ejercicio teórico, sino una forma de vida. Séneca, Epicteto y Marco Aurelio —sus referentes más conocidos— creían que la sabiduría se demostraba en la práctica diaria: en cómo enfrentamos el dolor, el fracaso o la pérdida.

Para los estoicos, la felicidad no era un estado de euforia permanente, sino algo más profundo: eudaimonía, palabra griega que significa “florecimiento” o “vida plena”. Implica vivir de acuerdo con la virtud, desarrollando al máximo el potencial humano. Como una planta que crece gracias a la constancia y al cuidado, una persona florece cuando actúa con sabiduría, justicia, valentía y moderación.

Felicidad
Hombre feliz al aire libre.
Foto: Freepik.

Cómo alcanzar la felicidad de acuerdo al estoicismo

  1. Distinguir lo que está bajo nuestro control. Preocuparse por lo que escapa a nuestro control —como el clima, el tráfico o la opinión ajena— solo genera frustración. Por eso, hay que entrenar la mente para enfocarse únicamente en lo que sí podemos decidir. Este ejercicio no se domina de un día para otro; requiere práctica y paciencia. En palabras simples: si algo no depende de vos, soltarlo no es rendirse, es sabiduría.
  2. Actuar con virtud. Para los estoicos, la virtud es la “recta razón”: actuar de forma sabia, justa, valiente y moderada. En lo cotidiano, esto puede aplicarse en situaciones simples: responder con calma a una crítica, ser amable aunque el día no acompañe o cumplir con el trabajo con integridad, incluso cuando nadie supervisa.
  3. Alcanzar la serenidad (ataraxia). El resultado de vivir de acuerdo con la virtud y aceptar lo que no podemos cambiar es la ataraxia, una serenidad interior que se parece al “nirvana” budista, aunque por otro camino. Los estoicos entendían que la tranquilidad no depende de que todo salga bien, sino de saber que hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos.

Los estoicos aconsejaban centrarse en el presente: vivir cada momento con atención y propósito. Disfrutar del mate de la mañana sin mirar el celular, hacer bien el trabajo del día, ayudar a un vecino o simplemente detenerse a contemplar una tarde de primavera en la rambla. La clave de la felicidad, según los estoicos, no está en buscar algo más, sino en aprender a vivir plenamente con lo que ya tenemos.

Meditación
Mujer meditando.
Foto: Freepik.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar