Redacción El País
Callar para evitar discusiones puede parecer una solución pacífica, pero en realidad es un patrón dañino que la psicología identifica como comunicación sumisa-pasiva. La disciplina de la psicologia ha explicado varias de las causas y consecuencias de este comportamiento, y cómo transformarlo.
¿Por qué algunas personas prefieren callar?
- Miedo al rechazo: Muchas veces temen que expresar sus necesidades lleve al abandono o conflicto.
- Aprendizaje infantil: A veces vienen de familias donde se reprimían las emociones ("No llores", "Eso no es importante") o con dinámicas autoritarias.
- Falta de habilidades: Les da ansiedad no saber cómo comunicar lo que se siente.
- Creencias limitantes: Han internalizado ideas como "Ser bueno significa aguantar" o "Decir lo que pienso es egoísmo".
Perfiles comunes
- Personas altamente sensibles (PAS).
- Quienes padecen ansiedad social o apego evitativo.
- Personas que crecieron asumiendo roles de cuidadores ("niños parentalizados").
Consecuencias de callar siempre
- Acumulación emocional: Explosiones de ira, ansiedad o somatizaciones (dolores musculares, insomnio).
- Pérdida de identidad: Dejar de expresarse erosiona la autoestima.
- Relaciones desiguales: Atraer vínculos donde otros imponen sus necesidades.
Cómo cambiar: claves desde la psicología
- Terapia cognitivo-conductual: Para trabajar creencias limitantes y mejorar la asertividad.
- Entrenar pequeños "noes": Empezar con situaciones cotidianas (ej.: "Perdoná, yo estaba antes en la cola").
- Técnicas prácticas:
- Disco rayado: Repetir un mensaje claro sin justificarse ("No, no puedo ayudarte esta vez").
- Usar el WhatsApp: Ganar tiempo para responder con firmeza.
- Validar emociones: Cambiar el lenguaje interno ("Tengo derecho a expresarme").
Cómo ayudar y acompañar a alguien que calla
- Crear espacios seguros para que hable.
- Validar sus sentimientos ("Te entiendo").
- Dar ejemplo poniendo límites de forma sana.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
- Si el silencio genera ansiedad, dolores físicos o aislamiento.
- Cuando hay explosiones emocionales o patrones repetidos en todas las relaciones.
- Si existe trauma no resuelto o culpa constante por hablar/callar.
En definitiva, quedarse callado siempre no es sinónimo de paz, sino de represión. Aprender a comunicarse con asertividad —ni agresividad ni sumisión— es un acto de autorespeto que mejora la salud emocional y los vínculos.