En nuestra vida diaria, la comunicación es esencial. Sin embargo, a menudo, las conversaciones se ven empañadas por malentendidos, confusiones y frustraciones.
Para evitar obstáculos y lograr diálogos más efectivos y satisfactorios, podemos seguir una serie de estrategias y habilidades comunicativas.
Escucha activa. La escucha activa no consiste simplemente en oír las palabras de otra persona, sino en prestar atención plena a lo que dice, tanto verbal como no verbalmente, y de demostrar interés genuino en su mensaje.
Es un proceso que implica:
• Concentración: Prestar atención total a la persona que habla, sin distracciones ni juicios previos.
• Comprensión: Entender el mensaje desde su perspectiva, incluyendo sentimientos y emociones.
• Respuesta: Mostrar que estamos escuchando, ejecutando señales verbales y no verbales, como asentir, hacer preguntas y resumir lo que ha dicho.
Si queremos mejorar nuestra escucha activa debemos procurar un lugar tranquilo y libre de distracciones para tener las conversaciones más importantes o difíciles, y durante el diálogo mirar a la persona que habla a los ojos para demostrar interés, asentir con la cabeza para indicar que estás siguiendo el mensaje y formular preguntas para aclarar dudas o para profundizar en algún tema.
Resumir lo que hemos escuchado para confirmar que hemos comprendido correctamente, dejar que el otro termine de hablar antes de dar nuestra opinión y ser empáticos, colabora con el desarrollo de una charla profunda.
Claridad y precisión.
La claridad y la precisión son dos pilares fundamentales en el arte de conversar. La claridad se refiere a la cualidad de ser fácilmente comprendido. Implica utilizar un lenguaje sencillo, directo y libre de ambigüedades. La precisión se centra en la exactitud de nuestras palabras. Nos aseguramos de que nuestras palabras reflejen fielmente lo que queremos decir, sin dejar lugar a interpretaciones erróneas.
Entre las estrategias para cultivar la claridad y la precisión, se encuentran las siguientes:
• Antes de hablar, dediquemos un momento a organizar nuestras ideas y elegir las palabras que mejor las expresen.
• Evitar rodeos innecesarios. Nuestro mensaje será más fácil de entender si lo presentamos de manera directa y concisa.
• Ilustremos las ideas con ejemplos concretos. Esto ayudará a nuestro interlocutor a comprender mejor lo que queremos decir.
• Si utilizamos palabras técnicas o poco comunes, asegurémonos de definirlas para que la persona que nos escucha no tenga dudas sobre su significado.
• Al final de la conversación, pidamos a la otra persona que nos diga si ha comprendido nuestro mensaje.
Al cultivar la claridad y la precisión en nuestras conversaciones, construimos puentes de entendimiento con los demás. Nuestras palabras se convierten en herramientas poderosas que nos permiten compartir ideas, expresar emociones y construir vínculos saludables.
Comunicación no verbal.
Esta forma de comunicación incluye expresiones faciales, lenguaje corporal, contacto visual, tono de voz y otros elementos que pueden complementar o contradecir lo que se dice verbalmente.
La comunicación no verbal puede reforzar o debilitar el mensaje verbal. Un apretón de manos firme y un contacto visual directo pueden transmitir confianza y sinceridad, mientras que una postura encorvada y una mirada evasiva pueden sugerir inseguridad o desinterés.
Además, la comunicación no verbal puede revelar información sobre el estado emocional de quien habla, sus intenciones y su actitud hacia el tema de conversación.
Es importante recordar que la comunicación no verbal es un lenguaje universal, pero su interpretación puede variar según la cultura y el contexto.
Para ser un buen conversador, es fundamental prestar atención tanto a las palabras como a las señales no verbales de nuestro interlocutor, pero también ser conscientes de nuestra propia comunicación no verbal. Mantengamos una postura abierta y relajada, hagamos contacto visual con nuestro interlocutor y utilicemos gestos naturales para transmitir confianza y cercanía.
Evitar los conflictos y cuidar los vínculos.
Evitar las suposiciones es una de las claves para dominar el arte de conversar. Cuando nos comunicamos, a menudo caemos en la trampa de asumir que sabemos lo que el otro piensa o siente, pero esto puede llevarnos a malentendidos.
Cuando suponemos, corremos el riesgo de:
• Malinterpretar el mensaje entendiendo algo diferente de lo que el otro quiso decir.
• Reaccionar de forma inapropiada, ofendiendo, hiriendo o generando un conflicto.
• Perder la oportunidad de conectar, cerrándonos a la posibilidad de comprender la perspectiva de la otra persona.
Afortunadamente, evitar las suposiciones es una habilidad que se puede desarrollar. Aquí te dejo algunos consejos de los profesionales:
• Seamos conscientes de nuestros propios prejuicios: Todos tenemos prejuicios y sesgos que pueden influir en nuestra interpretación de los mensajes. Tratemos de ser conscientes de ellos para evitar que nos impidan escuchar de manera objetiva.
• Pongámonos en el lugar del otro: Intentemos comprender su perspectiva y sus sentimientos para evitar juzgar sus palabras o acciones desde nuestro propio punto de vista.
• Seamos humildes: Reconozcamos que no lo sabemos todo y que podemos equivocarnos. Permanezcamos abiertos a la posibilidad de cambiar nuestra postura cuando es pertinente.
Al incorporar estos hábitos, podemos mejorar nuestras relaciones ya sea en nuestros ambientes de trabajo, en la familia y con los amigos, porque la comunicación se vuelve más clara, honesta y respetuosa.
Desafíos.
1. Encuentra una palabra que:
• Comienza con la combinación “po”.
• Contiene la combinación “rt”.
• Termina con la combinación “io”.
• Tiene 9 letras.
2. Encuentra tres palabras siguiendo estas pistas:
• Soy un postre.
• Si me cambias una letra, soy un propósito.
• Si me agregas una letra, soy un croquis.
3. Encuentra las palabras que responden a las siguientes definiciones:
• Arreglo.
• Grano.
• Camaradería.
• Brillo.
• Marchito.
Todas contienen la combinación “ST”.
Respuestas:
1. Portuario.
2. Flan. Plan. Plano.
3. Ajuste. Alpiste. Amistad. Lustre. Mustio.