Cuatro hábitos simples para aumentar tu felicidad diaria: cómo pequeñas acciones transforman tu bienestar y propósito

La felicidad no es un estado constante ni depende de otros, sino del cuidado diario que le damos a nuestras emociones y acciones. Un especialista explica cómo hábitos sencillos pueden mejorar tu vida.

Mujeres alegres
La amistad puede ser fuente de felicidad.
Foto: Pxhere.

Redacción El País
En medio de rutinas recargadas, encontrar momentos de alegría puede parecer un verdadero desafío. La psicología distingue entre alegría—una emoción breve que surge ante situaciones que generan disfrute inmediato— y felicidad, entendida como un estado más duradero vinculado al bienestar general, la paz interna y la satisfacción personal.

Según la psicología positiva, una vida plena combina emociones positivas, compromiso, propósito y relaciones saludables.

Reconocer esta diferencia ayuda a tener una visión más realista del bienestar. “Hoy más que nunca, es importante dejar de ensalzar la idea de sentirse alegre todo el tiempo. Todos vivimos días difíciles, especialmente cuando la rutina se vuelve pesada. Lo importante no es evitar esos momentos, sino aprender a organizarnos para disfrutar lo que hacemos, encontrar propósito en nuestras actividades y rodearnos de personas que nos aporten bienestar. Así, contribuimos también a que los demás se sientan mejor y ello también es motivo de grandes alegrías”, explica Katiuska Aliaga, coordinadora de la carrera de Psicología de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).

Trabajo, colegas, felicidad
Compañeros de trabajo se felicitan, felices.
Foto: Freepik.

Hábitos para sumar alegría en la vida diaria

Aliaga sugiere incorporar acciones concretas que permitan generar espacios de bienestar y disfrute, incluso en días demandantes:

- Centrarse en el presente: realizar una sola actividad a la vez, con atención plena, ayuda a reducir la ansiedad y a aumentar la satisfacción por las tareas cumplidas.

- Practicar la autocompasión: ser amables con uno mismo ante errores o dificultades y emplear frases de aliento personal puede transformar el tono emocional del día.

- Realizar actividad física: el movimiento contribuye a reducir el estrés.

- Reconocer logros diarios, por pequeños que sean: celebrarlos fortalece la motivación y la autoestima.

- Incluir ejercicios de respiración o pausas activas: dedicar unos minutos a respirar conscientemente o estirarse relaja cuerpo y mente.

Qué influye realmente en la felicidad

Para la especialista, la felicidad no debe concebirse como una meta distante, sino como el resultado de dar sentido al presente y disfrutar del propósito de vida. No depende de otras personas, sino de nuestras propias decisiones y acciones.

Algunas prácticas que pueden acercar a ese estado son:

- Realizar una actividad que apasione, ya sea en solitario o acompañada de personas afines.

- Mantener contacto con la naturaleza y cultivar vínculos saludables.

- Incorporar ejercicio físico regular, como caminatas de 40 minutos día por medio.

“El bienestar no depende de grandes cambios, sino de decisiones conscientes. Muchas veces creemos que la felicidad es una meta lejana o que depende de otras personas, pero no es así. La felicidad se encuentra en el proceso diario, en reconocer nuestras emociones y dar valor a lo que vamos logrando paso a paso. Fomentar conversaciones honestas sobre lo que significa realmente sentirse bien es vital para promover una vida más equilibrada y responsable”, concluye Aliaga.

En base a El Comercio/GDA

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