Redacción El País
En los últimos años, la psicología del color empezó a ocupar un lugar destacado en los estudios sobre personalidad. Cada vez más especialistas sostienen que las preferencias cromáticas pueden ofrecer pistas sobre cómo una persona se muestra —o no— con honestidad frente al mundo. En ese marco, ciertos tonos aparecen repetidamente asociados a individuos que tienden a vivir de manera auténtica y coherente.
Profesionales del área coinciden en que la elección de color no es un gesto impulsivo ni meramente estético. Detrás de cada preferencia hay, en muchos casos, un modo de vincularse con uno mismo y con los demás. Y aunque la autenticidad es, ante todo, un fenómeno interno, algunos colores funcionan como señales que pueden ayudar a interpretarla.
Colores vinculados con la autenticidad
- Azul. Relacionado con la calma y la introspección, el azul aparece como un color típico de quienes no necesitan exhibirse para sentirse seguros. Suelen ser personas que proyectan serenidad, equilibrio emocional y una forma de autenticidad tranquila, sin estridencias. Los psicólogos señalan que quienes se inclinan por este tono suelen transmitir confianza y apertura en sus vínculos.
- Verde. Dentro de la psicología humanista, el verde se asocia con la expansión personal, la naturalidad y el contacto con lo esencial. Representa frescura y libertad interior, y se vincula con individuos que no se dejan moldear fácilmente por presiones externas. También está relacionado con la empatía y con una forma de autenticidad que favorece relaciones cercanas y estables.
- Blanco. Simbólicamente ligado a la claridad y la honestidad, el blanco expresa transparencia emocional. Quienes lo eligen tienden a valorar la comunicación directa y la apertura. Para los especialistas, este color resalta la genuinidad y la coherencia de una persona tanto en su estilo personal como en su manera de relacionarse.
Los expertos señalan que incorporar estos colores —ya sea en la ropa o en los espacios cotidianos— puede ayudar a reforzar una imagen coherente con la propia esencia y favorecer un trato más auténtico con el entorno.
En la psicología contemporánea, los colores funcionan como un lenguaje silencioso: no determinan la personalidad, pero sí pueden reflejar estados internos y modos de vinculación. Por eso su estudio se ha vuelto una herramienta cada vez más utilizada para comprender cómo las personas expresan su mundo emocional más allá de las palabras.
En base a El Tiempo/GDA
-
La revelación de Harvard que desarticula un mito: por qué ser feliz no es lo mismo que vivir en bienestar
Detox de dopamina: qué dice la ciencia sobre la idea de “reiniciar” el cerebro y evitar recompensas inmediatas
Cómo entrenar el cerebro para el autocontrol y lograr objetivos sin ceder ante impulsos y distracciones