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Cómo afecta el aburrimiento a nuestro cerebro y qué podemos hacer para desarrollar tolerancia al tedio

Cognitivamente, la monotonía puede tener efectos tanto positivos como negativos, y la clave está en encontrar un equilibrio entre el aburrimiento y los múltiples estímulos que nos proporciona la tecnología.

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Foto: Flickr.

El aburrimiento es un estado afectivo caracterizado por la falta de interés, motivación o placer en la actividad que se está realizando. Se asocia con una sensación de tedio, apatía y desgano, y con una dificultad para concentrarse y mantener la atención.

¿Por qué es importante hablar del aburrimiento? Porque en primer lugar es una experiencia humana común que afecta a personas de todas las edades, culturas y niveles socioeconómicos. Además, puede tener graves consecuencias en la salud mental y física. Desde diferentes disciplinas se lo ha relacionado con la ansiedad, la baja autoestima y la falta de atención, entre otros trastornos.

Existe una gran cantidad de información errónea, mitos y estigmas sociales en torno al aburrimiento. A menudo se considera como un defecto personal o una señal de pereza o falta de carácter. Pero puede ser una oportunidad para el crecimiento personal y la creatividad. Cuando nos sentimos aburridos, podemos usar ese tiempo para reflexionar sobre nuestras vidas, explorar nuevos intereses y desarrollar nuevas habilidades.

Nuestra inclinación a sentir (o no) aburrimiento es un aspecto que contribuye a nuestro autoconocimiento, y por lo tanto a comprendernos mejor, y desarrollar las mejores estrategias para alcanzar el bienestar.

La relación entre la hiperestimulación y el aburrimiento no es simple. Primero hay que considerar varios factores, como la estimulación constante y superficial, que proviene de las redes sociales o la televisión. Esta puede generar una sensación de insatisfacción con las actividades cotidianas que son menos estimulantes.

La estimulación sin un propósito personal puede ser menos efectiva para combatir el aburrimiento que la estimulación que tiene un significado para el individuo. Algunas personas son más propensas al aburrimiento que otras, independientemente del nivel de estimulación en su entorno. La falta de sueño, la mala alimentación, el estrés y la ansiedad también pueden aumentar la probabilidad de experimentar aburrimiento.

Tres desafíos cerebrales para quebrar la monotonía

1. En una clase hay más de 20 y menos de 30 alumnos. Si se forman grupos de 4 alumnos, sobran 2 y se agrupan de 5 en 5, sobra 1. ¿Cuántos alumnos hay en la clase?

2. Este es un desafío para resolver rápida y mentalmente: A 1000 súmale 40, luego 1000, 30, 1000, 20, 1000 y, por último, 10. ¿Cuál es el resultado?

3. Si en una caja de 5 docenas de huevos, 3 de cada decena están rotos, ¿cuántos huevos sanos quedan?

Respuestas:

1. 26.

2. 4100.

3. 42.

Luego, tenemos que analizar los posibles efectos negativos de la hiperestimulación, como la exposición constante a la información puede dificultar la concentración en tareas que requieren atención sostenida. La afición extrema a la gratificación instantánea puede hacer que las personas sean menos tolerantes al aburrimiento y busquen constantemente nuevas formas de estimulación.

La comparación constante con las vidas idealizadas que se muestran en las redes sociales puede generar una sensación de insatisfacción con la propia vida. Sin embargo, la hiper estimulación también puede tener algunos efectos positivos, como la motivación. La exposición a una variedad de ideas y experiencias puede motivar a explorar nuevos intereses y aprender cosas nuevas.

También la creatividad, porque la estimulación puede ayudar a las personas a encontrar nuevas soluciones a los problemas. Por último, la tecnología facilita la conexión con otras personas y la participación en actividades que pueden ser estimulantes y gratificantes.

En conclusión, no se puede decir con certeza si la hiperestimulación produce aburrimiento, o si los seres humanos nos aburrimos más hoy en día que hace un par se siglos. Lo que sí parece cierto es que el aburrimiento es una experiencia subjetiva y que lo que una persona encuentra aburrido, a otra persona puede encontrar estimulante.

Es importante no confundir la tolerancia al aburrimiento con la resignación a una vida monótona. Es fundamental buscar un equilibrio y aprender a disfrutar del aburrimiento (en pequeñas dosis), pero también buscar actividades que nos motiven. Acá, unos consejos para desarrollar la tolerancia al aburrimiento:

—Reducir gradualmente el tiempo frente a las pantallas.

—Dedicar tiempo a actividades que no impliquen tecnología, como leer, escribir, armar rompecabezas o jugar juegos de mesa.

—Aprender a disfrutar de los momentos de silencio y soledad.

—Practicar la meditación o el mindfulness.

—Establecer metas y proyectos que nos motiven.

—Salir de nuestra zona de confort y probar cosas nuevas.

Si bien es cierto que el aburrimiento puede afectar nuestras habilidades cognitivas y emocionales hay que considerar la necesidad que tenemos de desarrollar la tolerancia a este.

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