Durante sus 15 años de experiencia clínica, la psicóloga Sabina Alcarraz y autora del libro 'Decido quererme' observó que la falta de autoestima es una de las principales causas por las cuales las personas buscan ayuda terapéutica. En este sentido, abordó las claves para iniciar el camino hacia el amor propio, derribó mitos comunes y explicó por qué conocerse a uno mismo es esencial para fortalecer la autovaloración.
“Un 98% de mis pacientes, directa o indirectamente, llega a la consulta para trabajar sobre su autoestima”, afirma la autora. “A veces tienen claro que es un tema en el cual quieren indagar; otras, llegan frustrados y perdidos. La causa, parcial o totalmente, es siempre la carencia de amor propio”.
La psicóloga identifica dos momentos clave en la vida donde la autoestima se ve más afectada: “La adolescencia, porque comenzamos a forjar nuestra identidad y nos comparamos con los demás constantemente; y después de los 40, especialmente en las mujeres, debido a los cambios hormonales que afectan la imagen personal y el vínculo con una misma”, explica.
Al ser consultada sobre la dificultad de decidir amarse, responde: “Diría que está un poco por encima de cinco en una escala del 1 al 10. No es una decisión fácil, implica introspección, evaluaciones y tiempo. Y vivimos en una época de aceleración que va en contra de estos procesos”.
“No se puede querer algo que no se conoce; no de una manera sana. Para planear un cambio, primero debemos saber dónde estamos parados”, señala la especialista y explica que conocerse a uno mismo ayuda a aceptarse y diseñar un plan de acción realista hacia el bienestar emocional.
Entre las estrategias recomendadas para iniciar un camino de autoconocimiento, sugiere:
- Dedicar 15 minutos diarios a estar a solas con uno mismo.
- Identificar lo que genera disfrute o incomodidad.
- Preguntarse si los gustos personales cambiaron con el tiempo.
“Las respuestas están dentro de uno, pero hay que buscarlas activamente”, enfatiza. Y agrega: “Nunca está mal amarse. El narcisismo y el amor propio no tienen nada que ver”. Mientras que el narcisista necesita denigrar al otro para elevarse, una persona con amor propio se respeta y cuida sin necesidad de compararse ni imponerse sobre los demás.
La psicóloga concluye que la base del amor propio se construye desde la infancia: “Nuestros padres son quienes nos enseñan a respetarnos. Luego, cada experiencia en la vida nos da herramientas para seguir construyéndolo”.
Camila Paola Sánchez Fajardo, El Tiempo/GDA
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